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'Hannibal' no se corta

Natalia Marcos

Hay pocos personajes de ficción tan perturbadores como el doctor Lecter. Y hay pocas series tan inquietantes y a la vez tan atrayentes como Hannibal. Su primera temporada fue de menos a más, envolviendo al espectador en una atmósfera enfermiza de cuyas redes es complicado escapar una vez que te atrapa. La historia se fue volviendo más oscura y perturbadora según avanzaba, según los personajes desarrollaban su personalidad y la complicidad con el espectador permitía que lo explícito y lo implícito fuera cada vez un paso más allá. La segunda temporada (de la que en Quinta Temporada ya hemos podido ver los dos primeros capítulos gracias a un pase organizado por AXN, la cadena que estrenará en España la segunda entrega el 3 de abril) no se corta en mostrar y en sugerir.

Hannibal

Hannibal regresa por la puerta grande. Cocinando sus famosos platos. Y con pelea a vida o muerte en breve un flashforward para regresar después al punto en la que habíamos dejado a los protagonistas. Will Graham en la cárcel, culpado por unos crímenes que no recuerda, pero que poco a poco va siendo consciente de quién le ha hecho esto. Por otra parte, Hannibal comienza a ocupar el puesto que antes tenía Will como ayudante del FBI en un cambio de roles que nos prepara para una temporada que, por lo visto en este arranque, no parece dispuesta a hacer concesiones. Si el primer capítulo empieza con la tensión por las nubes, el segundo comienza con una de las escenas más desagradables (rozando el gore) de la serie. Eso por no hablar de las nuevas delicias culinarias que prepara Hannibal en su equipadísima cocina y cuya preparación se muestra con todo lujo de detalles.

Y detrás de los personajes, los actores. Mads Mikkelsen luce como nadie las corbatas horteras que caracterizan al Lecter de la televisión y el impermeable transparente que utiliza para los trabajos más sucios y con el que no necesita perder estilo mientras asesina, corta o hace lo que corresponda. Hugh Dancy tampoco se queda atrás como sufridor paciente de las consecuencias de la extraña relación que establece su personaje con el de Mikkelsen. Para más inri, y derrochando fuegos artificiales, el regreso también recurre a Gillian Anderson, la psicóloga de Hannibal. ¿Qué más se puede pedir?

Will

Hannibal vuelve en lo más alto para celebrar que el año pasado el canal NBC renovara su confianza en ella in extremis (fue la última serie de la cadena en conseguir la renovación) por culpa de unos datos de audiencia que no acompañaron. ¿Una serie demasiado oscura para un canal en abierto estadounidense? Quizá, pero también es verdad que sin Hannibal, nos perderíamos una de las mejores producciones de la actualidad, una de las que tiene las cosas más claras. Una ficción que sabe qué es y lo que quiere dar. Bryan Fuller, responsable de la serie, parece dispuesto a echar el resto en los nuevos capítulos por si fueran los últimos. Esperemos, recemos, roguemos que no lo sean.

Mientras, disfrutemos. Bon appetit.

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Sobre la firma

Natalia Marcos
Redactora de la sección de Televisión. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, donde trabajó en Participación y Redes Sociales. Desde su fundación, escribe en el blog de series Quinta Temporada. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y en Filología Hispánica por la UNED.

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