Se acerca el final de 2013, es hora de empezar a echar la vista atrás al año seriéfilo. Antes de decantarnos por lo mejor del año, comenzamos nuestro repaso por esas otras series a las que también nos hemos enganchado este año. Una lista de cinco series compuesta por placeres culpables y series palomiteras que, reconozcámoslo, también nos han hecho disfrutar en 2013.
Scandal
Olivia Pope llegó arrasando con su segunda temporada. La creación de Shonda Rhimes se coronó como el placer culpable por excelencia este año. Esa serie que no puedes dejar de ver aunque la mayoría de las veces no entiendas por qué la ves, que contiene tal grado de locura en sus guiones que engancha sin remedio. Varias listas de las mejores series del año tienen ya el nombre de Scandalen su top ten (incluida la lista del American Film Institute). Kerry Washington, su protagonista, estuvo nominada al Emmy y repetirá opción de premio en los Globos de Oro. Locuras (e insensateces) a un lado, hay que reconocer que Scandaltiene algo (¿el morbo de un presidente estadoundiense con amante?, ¿los tejemanejes políticos imposibles?) y que, en parte, ha marcado el año seriéfilo.
Nashville
Otro placer culpable que ha pasado a transformarse en un culebrón de esos con finales que te dejan deseando ver otro capítulo más, con odios, venganzas, envidias, triángulos amorosos... y todo ello, regado con algunas canciones pegadizas. En la primera temporada pasaron tantas cosas que parecía imposible que hubieran transcurrido solo 21 capítulos. La segunda temporada ha aflojado el ritmo y anda más perdida, pero sigue regalando momentos de esos que te mantienen enganchado al culebrón que protagonizan Rayna Jaymes (Connie Britton) y Juliette Barnes (grande Hayden Panettiere). Y todo a pesar de que entre el reparto masculino de la serie el carisma brilla por su ausencia.
Sleepy Hollow
Sobre el papel no pintaba nada bien. Una versión televisiva de Sleepy Hollow... uf. Pero resulta que funciona perfectamente. Y lo hace a base de historias regadas de toques sobrenaturales, con mucha fantasía, brujas, demonios... y gracias a la química de los dos protagonistas. El soldado británico Ichabod Crane vuelve a la vida doscientos años después, a la vez que lo hace el jinete sin cabeza. La policía Abbie Mills y él (unidos por casualidad, o quizá no sea cosa del azar...) se ayudarán mutuamente en su lucha contra las fuerzas del mal. Aunque todavía le falte un toque mayor de gamberrismo, es una serie palomitera muy disfrutable. Además, con su casaca, camisa y botas del siglo XVIII,ha convertido a Tom Mison en uno de los descubrimientos del año.
Orphan Black
Orphan Black o el show de Tatiana Maslany. Increíble el trabajo de esta mujer, otro descubrimiento de 2013, que prácticamente ella solita saca adelante esta entretenida serie de ciencia-ficción en la que interpreta a varios clones. La protagonista, por casualidad, descubre que hay más mujeres idénticas a ella y se ve dentro de una trama en la que conocerá a esos otros yo que pueblan el mundo. La interpretación de Maslany en esta serie de la minoritaria BBC America le ha valido varios reconocimientos en forma de premios y una nominación al Globo de Oro.
Bunheads
No estará entre lo mejor del año, pero fue un bonito intento y a los fans de Las chicas Gilmore nos trajo buenos recuerdos. La creadora de la serie protagonizada por Lorelai y Rory Gilmore regresó a la televisión con Bunheads, protagonizada por una bailarina de Las Vegas que, en una noche de borrachera, se casa con un fan y lo deja todo para ir a vivir a un pintoresco pueblo. La serie, cancelada tras solo una temporada, fue ganando enteros según avanzaban los capítulos, crecían las referencias a la cultura popular (algo habitual también en las Gilmore) y según se asentaban los personajes. Una pena que no vaya a haber más capítulos.
Me encantó Nashville desde el capítulo 1. Y la banda sonora es muy buena, aunque la temporada 1 estuvo mejor.http://areaestudiantis.com
El otro día, mientras veía un capítulo de la tercera de Scandal, concretamente cuando la vicepresidenta hace lo que hace, yo también me preguntaba ¿pero por qué veo esto? ¿Cómo se les puede haber ido tanto la pelota? Pero no puedo dejar de mirar... De Nashville, soy muy fan, no puedo ni quiero evitarlo. Me gusta la banda sonora, me gustan los actores y, aunque es cierto que la primera temporada estuvo mejor, no puedo parar de mirar. Dominan como nadie el arte del cliffhanger, los que han despedido la primera mitad de esta temporada son... ¡Eso no se hace!
Me encantó Bunheads, no lo puedo negar. Sigo Orphan y he visto dos de Sleepy pero no me engancha. Scandal la tengo pendiente porque me hablan muy bien de ella y Nashville no me llama nada.
Al igual que con las películas, la gran masa no sabe distinguir bien entre el grano y la paja. Breaking Bad siempre fue un truño. Se inteligente, House of Cards y Utopia superan a cualquier caquita como Juego de Tronos.
heraklito, ya que parece que quieres hacernos ver que tienes el paladar fino, tendrías que tener claro que Utopia es un mierdón para modernos.
Bueno, ya estamos como siempre: esa es un truño, aquella es la mayor obra de arte desde Hamlet. El post es sobre las que (en teoría) no están consideradas top, pero eso no quiere decir que sean malas. A mí me encantó Orphan Black, que tiene uno de los mejores capítulos (el de la fiesta en casa de la maruja) que yo haya visto en ninguna serie. ¿Las hay mejores? Sí. Pero veo absurdas estas discusiones porque es materialmente imposible ver todas las series que existen, así que no nos queda otra que elegir unas cuantas y disfrutarlas.
Scandal ha sido un fiasco. Pensaba que podía tener la misma intensidad que series como Homeland, pero desgraciadamente me desconecte en el 2º capitulo.
Yo este año me ha dado por las series petardas. Es decir, por aquellas series que nacen sin pretensiones de grandeza ni de contar la Gran Historia Americana y que se arman de autoconciencia para ofrecer un producto divertido, irreverente, original y, en muchas imprevistas ocasiones, libertario. Eso es lo que llamo una buena Serie Petarda, y lo cierto es que estos últimos años me han dado muchas alegrías. Fringe con su friquerío poético, Spartacus con su libertad absoluta, Scandal con sus tramas de "¿y por uqé no?" y sus diálogos imposibles, American Horros Story con todo su morro, Person of Interest con su espionismo de bolsillo, y este año se ha añadido Slípi Jolou que atesora momentos dignos de una maratón del Retiro en el festival de Sitges. Yo no las veo como placers culpables, sino como petardismo y libertad creativa frente a las (falsas) pretensiones de otras series que nacen con más ínfulas.
Falta la sueca Hëllfasdenz, alucinante, divertida, gayer, maravillosa. Y muy minoritaria. Un bocado di cardinale absoluto.
Pues mi placer culpable es Revenge. Reconozco el mierdón que es, y esos giros absurdos de guión con apariciones de personajes que crean tensión inmediata pero se esfuman como el humo sin haber dejado nada de provecho... pero no puedo dejar de ver capítulo tras capítulo y esperar a cómo se consumará la ansiada y cambiante venganza de Emily Thorne
Mis votos por Homeland, The Killing y House of Cards. Feliz tele a la carta a todos! Y Feliz 2014!
No se olviden de Ray Donovan. Es una excelente serie.
Y nadie habla de BANSHEE?Es sin duda la mejor serie del momento, junto con Ray Donovan y Bates Motel!
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Redactora de la sección de Televisión. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, donde trabajó en Participación y Redes Sociales. Desde su fundación, escribe en el blog de series Quinta Temporada. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y en Filología Hispánica por la UNED.
