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CÁMARA OCULTA
Columna
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Los Gaudí y su escandalera

De izquierda a derecha, Julio Fernández, Luis Tosar, Marta Etura y Jaume Balagueró en la gala de los premios Gaudí.
De izquierda a derecha, Julio Fernández, Luis Tosar, Marta Etura y Jaume Balagueró en la gala de los premios Gaudí. MASSIMILIANO MINOCRI

De nuevo una entrega de premios del cine con bronca. Tras aquella histórica ceremonia de los Goya, la del NO a la guerra, que incluso tuvo prolongación en los Oscar de aquel 2003, o las intervenciones de Ricky Gervais en los dos últimos Globos de Oro, ahora toca el escándalo a los recientes Gaudí de la Academia de Cine catalana. Al conseller de Cultura le ha ofendido que en la ceremonia se deslizaran chistes sobre los recortes económicos emprendidos por la Generalitat, o sobre la corrupción de algunos políticos, aduciendo que “una gala como esta no se puede convertir en un pequeño disparate contrario a la autoestima colectiva”. O sea, nuevamente las suspicacias del político que van más allá de si el humor de esa gala había sido fino o grosero. Y suspicacias también las de los propios directores de cine catalanes airados porque hubiera chistes sobre sus colegas Agustí Villaronga y Ventura Pons.

Y es que los cómicos han sido fustigadores de tirios y troyanos desde tiempos inmemoriales, y buena parte del mejor teatro y cine se ha basado en ese afán crítico. Ahora, con la matraca de lo políticamente correcto, parece que ya no está bien visto. Hace años contaba el genial Antonio Mingote que en el guion de Soltera y madre en la vida, en el que él intervino, el malo de la película era un practicante, y dicho gremio se le echó encima por denigrar a la profesión. “Nos hemos vuelto cursis”, decía entonces resignado el humorista. Que un político se ofenda hoy porque se diga que en su profesión hay corruptos —entre el público estaba incluso Arthur Mas, que aparecía sonriendo profesionalmente ante las cámaras— cuando en cualquier periódico puede leerse sobre ello largo y tendido cada mañana, no es de recibo. Un poco de sentido del humor, si us plau. Otro tema es que la gala de los Gaudí fuera ingeniosa o boba (para tener opinión propia pueden verse en YouTube algunos fragmentos de la misma). El caso es que ahora la mirada se dirige a lo que vaya a hacer y decir Eva Hache la semana que viene en los Goya. Menudo embolao tienen sus guionistas, con la que está cayendo. ¿Aludirán a la crisis, los recortes, la cultura y sus políticos, el mecenazgo, las televisiones, las descargas… o se la cogerán discretamente con papel de fumar? Se admiten apuestas.

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