Spartacus: Sudor, sangre, sexo y sandalias
Tan mal acostumbrados estamos a veces a series tan elaboradas y complejas y de tanta calidad (no nos cansamos en Quinta Temporada de recomendar The Wire, Los Soprano y un largo etc.) que a veces somos totalmente injustos con otras. Injustos por no darles igual una oportunidad, por no tener paciencia o por no verlas como hay que verlas: para disfrutar. Es el caso de Spartacus, uno de los mayores guilty pleasures (placeres culpables, de los que hablaba Toni García en este blog) que ofrece hoy en día la televisión estadounidense. Una mezcla de la estética de la película 300 con -salvando las distancias- la coproducción HBO-BBC Roma. Mucha sangre (exagerada adrede), mucho sexo, mucho sudor y unas cuantas sandalias. Y que en enero de 2012 volverá con una nueva temporada titulada Spartacus: Venganza.
La serie rompre muchos tabúes, especialmente en EE UU, al no cortarse en los litros de sangre, la violencia, las escenas de sexo y los tacos. En ocasiones todo parece gratuito, pero acaba enganchando. Spartacus tuvo una primera temporada de 13 episodios. Al finalizar el rodaje, al actor principal que encarna al famoso esclavo tuvo, Andy Whitfield, le detectaron un grave cáncer (línfoma de no-Hodgkin), que se le reprodujo tras meses de tratamiento,por lo que se aplazó el rodaje de la segunda temporada. Para no perder comba, la cadena Starz rodó una precuela en la que se explicaba el origen de muchos de los protagonistas. Fueron solo seis episodios, pero que mejoraron mucho la calidad de la serie. Seis horas que no dan respiro, con abundantes giros en el guión mezclados con batallas entre gladiadores y sexo. Whitfield no vuelve a la serie y tras darle muchas vueltas (los productores pensaron cancelar la serie), se eligió a un nuevo actor para encarnar a Espartaco, Liam McYintire. La segunda temporada se estrenará en EE UU en enero de 2012. En España Canal + emite ahora mismo la miniserie-precuela, Spartacus, dioses de la arena (los lunes a las 22.00).
A Manu Bennett le gusta mostrar músculos y va a todas partes con un chaleco vaquero negro con trozos de cuero. Parece salido directamente de la serie. Vive pegado a una cámara de fotosy lo primero que hace es tomar fotos de los periodistas y posar con ellos. Dice que sus movimientos durante las luchas en la serie vienen de su formación como breakdancer, bailarín de ballet y muchas horas de rugby.
Lucy Lawless es la que tiene más experiencia con los medios. Se muestra encantadora e inquietante a partes iguales. No duda en debatir con el periodista en ningún momento. Y tiene mucho sentido del humor. Su sueño es hacer una comedia y de hecho la llamaron hace poco para Parks & Recreations, pero tuvo que decir que no porque estaba en pleno rodaje de Spartacus. De la ronda de entrevistas se va con una palabra aprendida que dice hará las delicias en su próximo rodaje: "chingona".
Katrina Law no sale en la precuela, pero sí en la primera temporada y estará en la segunda. Interpreta a la esclava que intenta seducir a Espartaco, Mira. Law reconoce ser consciente del cambio que está dando a su vida. Comienza a ser conocida, pero se muestra muy sencilla. No para de contar anécdotas del rodaje de la serie en Nueva Zelanda e insiste una y otra vez que allí los actores son los que más se quejan ("tengo frío" "tengo hambre"...) y las actrices son más duras (también por ser menos en la serie).
Dustin Clare aparece por primera vez en la precuela. Y ya podemos avanzar que también saldrá a partir del quinto capítulo de la segunda temporada. Pregunta a todos los periodistas su nacionalidad y se muestra encantado cada vez que encuentra uno de un país de donde todavía no le han entrevistado. "Eres mi primer belga, eres mi primera austríaca", dice. Musuculoso, fibroso, en la serie lucha siempre con protectores de piel en las piernas que en realidad esconden dos tirillas.
Comentarios
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.