Surrealista, dadaísta, la formación filosófica de Ernst (1871-19t6) lo llevó a explorar nuevas vías en el arte moderno. Influyó en la creación de la colección de Peggy Guggenheim, con quien estuvo casado. Oníricas. Este cuadro responde a la técnica habitual de Ernst. Plantas que semejan criaturas fantásticas enmarcadas en un espacio que recuerda los bodegones románticos.Paul Gauguin (1848-1903) tuvo como primer maestro a Camille Pissarro. Coqueteó con el impresionismo, para pasarse luego al simbolismo y al primitivismo. Profundidad. Gauguin pintó este parque otoñal con pinceladas cortas, tal y como mandaban los cánones del impresionismo. Las figuras, en primer plano, para dar mayor sensación de profundidad.Primero en el grupo de los Nabis, la pintura de Bonnard (1867-1947) fue oscilando hacia un posimpresionismo que favoreció su amistad con Monet.Para no despertar<. Una escena intimista, un jardín que envuelve a la protagonista y una sensación de paz, a lo que contribuye el detalle de la mesa, de la que han desaparecido los restos de comida. Todo es plácido, cálido.Paul Cézanne (1839-1906) pasó largas temporadas con Camille Pissarro en Pontoise, cercano a París. Allí descubrió la pintura de los huertos de coles y los jardines. Paisaje. Los planos y los volúmenes, tan característicos de Cézanne, se unen aquí con la maestría del color. En los paisajes que pintó en Pontoise, los tonos vivos acaparan la escena.Camille Pissarro (1830-1903) fue el aglutinador de los impresionistas. Participó en las ocho exposiciones del grupo y mantuvo excelentes relaciones con todos. Flores y coles. Éragny-sur-Epte, una población al norte de París, fue el hogar de Pissarro durante 20 años. Pintó su jardín repetidas veces, un espacio que combinaba el huerto con los arriates de flores, árboles y frutales.Vinculado al grupo impresionista, al que ayudó económicamente, Caillebotte (1848-1894) murió joven y Monet y Renoir le organizaron una exposición homenaje. Macizo de flores. Caillebotte se trasladó a vivir a Petit Gennevilliers, a orillas del Sena. Su jardín era su orgullo, y la pintura de unas esplendorosas dalias, una variedad exótica entonces, fue muy alabada por los impresionistas.Cuentan que Monet (1840-1926) siempre se quejó de que el cuadro 'Impresión, sol naciente' hubiera dado nombre al movimiento. Lo cierto es que él fue el representante de la pintura de jardines como obras de arte.Luz mediterráneaEl viaje de Monet por Italia y Niza llenó su paleta de tonalidades cálidas. Descubrió la vegetación del sur y encontró nuevos motivos de inspiración para retratar jardines diferentes.Vincent van Gogh (1853-1890) bebió también del impresionismo durante su etapa en Barbizon (Francia). El color de sus flores y paisajes seduce a primera vista. Sueño. Azules, verdes y amarillos, los tonos preferidos por Van Gogh, componen una extraña armonía en este bosque de árboles retorcidos comidos por la hiedra. En esta época en que vivía en la casa de salud de Auvers, su pintura se centra en las flores y en los paisajes.
