Alerta orca: el Gobierno marca a estos cetáceos para evitar choques con las embarcaciones
Los datos de seguimiento por satélite servirán para confeccionar un mapa semanal del área por la que se mueven estos mamíferos para los navegantes que se desplazan por el estrecho de Gibraltar
Las primeras interacciones de varios ejemplares de orca (Orcinus orca) con embarcaciones se detectaron en julio de 2020 en el estrecho de Gibraltar y en las costas gallegas, y desde entonces no han hecho más que aumentar y han llevado al Ministerio para la Transición Ecológica a recurrir al marcaje de estos cetáceos. De momento, ya se sigue a un ejemplar y la intención del proyecto piloto es instalar un dispositivo de seguimiento por satélite a otras cinco orcas conflictivas en la zona del Estrecho. En lo que va de año, la organización Orca Atlántica ha detectado hasta 53 interacciones en el área: en 12 se han registrado daños en los barcos y 31 han correspondido a avistamientos. Una cifra mayor que otros años en la misma época, aunque todavía es pronto para sacar conclusiones.
En sus interacciones las orcas se acercan a diferentes tipos de barcos, “pero son los veleros los que más daños sufren porque hacen palanca con el timón y consiguen romperlo”, indica Renaud de Stephanis, coordinador de la organización de Conservación, Información y Estudio sobre Cetáceos (CIRCE), que colabora con el ministerio en el marcaje de las orcas. El seguimiento permitirá conocer la localización de los ejemplares en las últimas horas y elaborar un mapa semanal de la zona aproximada en la que se han estado desplazando durante ese periodo, señala el departamento de Teresa Ribera en un comunicado. Esta información se compartirá con las administraciones competentes, que la difundirán para conocimiento de los navegantes con objeto de tratar de minimizar el riesgo de interacción, evitando o disminuyendo la navegación por dichas áreas, añade.
Desde los primeros contactos, hace tres años, se han registrado 744 encuentros en la zona entre el norte de África y la Bretaña francesa. De ellos, 239 son avistamientos de orcas en la distancia y 505 interacciones en las que estos animales se acercan, con o sin contacto físico con los veleros, señalan los datos de Orca Atlántica. En el estrecho de Gibraltar viven 60 orcas distribuidas en varias familias, de las que son algunas las conflictivas y han sido las elegidas para instalarles el marcaje. Hace un mes, CIRCE colocó la marca a una de ellas. “El dispositivo se instala disparando un dardo de titanio con un rifle de aire comprimido, que queda enganchado a la aleta y que esperamos que dure unos dos meses”, comenta De Stephanis. El miércoles tienen previsto marcar al segundo ejemplar.
El aparato ofrece información en tiempo real y “de esta forma se puede avisar de dónde se encuentra el mamífero”, aclara el coordinador de CIRCE. La posición exacta no se puede determinar debido a que se mueven continuamente, pero los datos permiten realizar modelos de predicción de por dónde se hallan. La organización conservacionista cuenta con datos de las orcas del Estrecho desde hace 25 años. “Sabemos cuáles son”, continua De Stephanis. Pero con su tamaño ―pueden llegar a medir siete metros― son capaces de provocar daños graves, hasta naufragios de barcos. Este 4 de mayo se registró uno de los incidentes más violentos que provocó el hundimiento del velero Champagne, en el que sus cuatro ocupantes pudieron ser rescatados a tiempo. Además, “van aprendiendo unas de otras; empujan el timón haciendo palanca hasta que se rompe”. Las interacciones se producen en primavera y verano porque es cuando están esperando el atún, en aguas menos profundas. “Nos hemos dado cuenta de que la zona de conflicto es muy reducida y que se podría evitar”, señala.
Alfredo López, biólogo marino e integrante del grupo de Orca Atlántica, explica que las interacciones este año han sido mayores que en esta época en años anteriores, “pero no podemos decir que aumentan hasta evaluar el final del año, dado que las orcas van cambiando el área y la intensidad a lo largo del tiempo”. López evita usar la palabra ataque porque es un término “ambiguo”, y prefiere hablar de interacciones. El grupo calcula que el 20% de los encuentros se convierten en graves y dejan a los barcos impedidos para la navegación. El equipo lleva años intentando dar con la clave del inicio de estas interacciones, e incluso ya han realizado una publicación científica al respecto en la revista especializada Marine Mammal Science. Barajan la posibilidad de que un primer ejemplar tuviese un encuentro traumático con un barco o una combinación de factores, como agotamiento de pesquerías o la perturbación que provocan las de embarcaciones, combinada con la curiosidad e inteligencia de las orcas, capaces de transmitirse conocimientos a través del aprendizaje social.
Los trabajos de marcaje, indica el ministerio, dan continuidad al estudio científico desarrollado a finales de 2021 por la Coordinadora para el Estudio de los Mamíferos Marinos (CEMMA) y el Grupo de Trabajo de la Orca Atlántica (GTOA) sobre los episodios de interacción de la población de orcas con veleros en aguas de Galicia y del estrecho de Gibraltar. Entre sus conclusiones, se instaba a testar técnicas de minimización de las interacciones, y a profundizar en el conocimiento sobre los hábitos de la especie. Este proyecto piloto pretende mostrar las diferentes técnicas para ofrecer unas pautas claras de actuación, especialmente a los veleros, que permitan que su navegación sea segura. Al mismo tiempo, se buscará el desarrollo de actuaciones orientadas para evitar que las orcas se habitúen a acercarse a las embarcaciones.
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