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La sobrexplotación amenaza a las especies silvestres de las que dependen miles de millones de personas en el mundo

Un amplio grupo de expertos en biodiversidad advierte de la necesidad de que el ser humano haga un uso sostenible de estos animales y plantas

Varias especies de tiburón en una playa de Songolo, en Pointe-Noire (República del Congo).
Varias especies de tiburón en una playa de Songolo, en Pointe-Noire (República del Congo).SHAUN SWINGLER (Reuters)
Manuel Planelles

Un amplio grupo de los mayores expertos internacionales en biodiversidad ha lanzado este viernes una advertencia sobre la necesidad de que el ser humano haga un uso sostenible de las especies silvestres. Ese tipo de gestión conviene tanto a esas especies, que verían reducido el riesgo de extinción, como a los seres humanos. Porque miles de millones de personas en el mundo, tanto en países desarrollados como en desarrollo, se benefician a diario de estos animales, plantas, hongos y algas para obtener alimentos, energía, materiales y medicamentos. Un par de ejemplos: una de cada cinco personas dependen de ellas para comer o tener ingresos, y para una de cada tres es básica la madera para poder cocinar. Ambos datos vienen recogidos en el informe elaborado por la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (Ipbes, sus siglas en inglés).

Este organismo, del que forman parte 139 países, fue creado en 2012 y se inspira en la labor que realiza el IPCC (el Panel Intergubernamental de Cambio Climático) desde 1990, pero en su caso sobre el trabajo se centra en la biodiversidad. El informe del IPBES que se presenta este viernes es el resultado de cuatro años de trabajos liderados por 85 expertos internacionales y se centra en el uso sostenible de las especies silvestres, aquellas que no han sido domesticadas y que pueden sobrevivir independientemente de la intervención humana. El resumen final, donde se condensa esta gran radiografía, ha sido aprobado por los representantes de esos 139 países en una reunión en Bonn (Alemania).

Este informe no se puede abstraer del contexto general de extinción en el que se está adentrando el planeta en buena medida por la acción del ser humano: un millón de las especies de animales y vegetales de los ocho que hay en la Tierra están en peligro de desaparecer en estos momentos. Esto también supone un serio problema para el hombre, como refleja este último estudio de IPBES. Porque aproximadamente 50.000 especies silvestres son utilizadas en el ámbito global como alimento, energía, medicina, materiales u otros propósitos. De ese total, en al menos el 34% de los casos se hace un uso “sostenible”.

El problema es cuando no ocurre eso, lo que deja a estos animales y plantas en situación de peligro. “La sobrexplotación se ha identificado como la principal amenaza para las especies silvestres en los ecosistemas marinos y la segunda mayor amenaza para los ecosistemas terrestres y de agua dulce”, señala el informe. Por lo que “abordar las causas del uso insostenible y revertir la tendencia, dará como resultado mejores resultados para estas especies silvestres”, añade.

Pesca dañina

“El uso de especies silvestres está operando en el contexto de una disminución significativa de las poblaciones y áreas de distribución”, se advierte. El 34% de las poblaciones de peces marinos silvestres se sobrexplota, concluye el IPBES. Hay casos realmente sangrantes, como el de los tiburones y rayas, a los que se ha llevado hasta el límite. De las 1.199 especies de estos animales que se han analizado, 449 —el 37,5%— están amenazadas por la pesca insostenible. Para entender su “drástica” disminución es importante saber que el 99% de las capturas de tiburones y rayas se declararan oficialmente como accidentales, aunque luego se aprovechan como alimento por su alto valor. Esto hace que se quede fuera de los planes de gestión.

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La caza descontrolada e insostenible también es un problema: “Se ha identificado como una amenaza para 1.341 especies de mamíferos silvestres”. Lo mismo ocurre con las plantas: “Se estima que el 12% de las especies de árboles silvestres están amenazadas por la tala insostenible”. Además, durante los últimos 40 años “el comercio mundial de especies silvestres ha aumentado considerablemente”. Esto también ha supuesto un incremento del comercio ilícito, que anualmente supone entre 69.000 y 199.000 millones de dólares. El mayor volumen de este tráfico ilícito se centra en la madera y los peces.

“La sobrexplotación es una de las principales amenazas para la supervivencia de muchas especies silvestres terrestres y acuáticas”, ha insistido este viernes John Donaldson, uno de los coordinadores del informe. “Abordar las causas del uso insostenible y, siempre que sea posible, revertir dichas tendencias, brindará resultados positivos para las especies silvestres y las personas que dependen de ellas”, ha añadido.

Aunque es un problema global, de nuevo los que menos tienen son los que más sufren. “Las poblaciones rurales de los países en desarrollo son las más expuestas por el uso insostenible, ya que la ausencia de alternativas complementarias suele obligarlas a seguir explotando especies silvestres que ya se encuentran en riesgo”, ha explicado a través de un comunicado Jean-Marc Fromentin, otro de los coordinadores. “El 70% de las personas pobres en el mundo dependen de las especies silvestres”, explica este experto. Esto no significa que solo en las naciones en desarrollo sean fundamentales. “Desde el pescado que comemos hasta los medicamentos, los cosméticos, los objetos de decoración y las actividades recreativas, el uso de especies silvestres es más común de lo que la mayoría cree”, concluye Fromentin.

Los autores del informe tratan de realizar una proyección sobre lo que ocurrirá en el futuro. Y advierten de algunos factores que pueden aumentar el estrés y agravar la reducción de la abundancia de especies y cambios en sus distribuciones espaciales que ya se está observando. Entre estos factores están los cambios en el paisaje, el cambio climático, la contaminación y las especies exóticas invasoras. Para evitar los escenarios más pesimistas, se apuntan políticas concretas. En el caso de la pesca, por ejemplo, se propone reducir los subsidios perniciosos, apoyar la pesca de pequeña escala o adaptarse a los cambios en la productividad oceánica debido al calentamiento global. Respecto a la tala, se aboga por la certificación de los bosques o las innovaciones tecnológicas para reducir el desperdicio en la fabricación de productos de madera. Los autores apuntan a que si se aplican medidas de gestión sostenible, se pueden lograr buenos resultados. Como ha ocurrido con la recuperación de la población de atún rojo del Atlántico, que ahora se pesca “dentro de niveles sostenibles”.

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Sobre la firma

Manuel Planelles
Periodista especializado en información sobre cambio climático, medio ambiente y energía. Ha cubierto las negociaciones climáticas más importantes de los últimos años. Antes trabajó en la redacción de Andalucía de EL PAÍS y ejerció como corresponsal en Córdoba. Ha colaborado en otros medios como la Cadena Ser y 20 minutos.

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