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La ONU urge a Europa a que recorte sus emisiones al menos un 55% en una década

António Guterres apela al liderazgo climático de la UE para que presente en diciembre sus nuevos objetivos de recorte de gases de efecto invernadero

Manuel Planelles
António Guterres, secretario general de Naciones Unidas en septiembre de este año.
António Guterres, secretario general de Naciones Unidas en septiembre de este año.MIKE SEGAR (Reuters)

2020 tenía que ser el año en el que se impulsara la lucha internacional contra el calentamiento global. Pero la crisis del coronavirus hizo que se retrasara un año la cumbre climática de la ONU que se debía estar celebrando este mes en Glasgow (Reino Unido) y en la que los países tenían que poner sobre la mesa planes de recorte más fuertes que los que han presentado hasta ahora. António Guterres, secretario general de la ONU, ha apelado este jueves al “liderazgo” histórico de la Unión Europea para que empuje a una mayor ambición a otras potencias —especialmente las del G20, que son responsables del 80% de las emisiones mundiales—. En concreto, Guterres ha pedido a la UE que presente en diciembre un nuevo objetivo de recorte de sus emisiones de gases de efecto invernadero de al menos un 55%, lo que supone 15 puntos más que el compromiso actual.

Hace seis años, cuando se estaba preparando el camino para el Acuerdo de París de 2015, Europa prometió a recortar en 2030 un 40% sus emisiones respecto a las de 1990 y presentó aquel compromiso ante la ONU. Todos los países que se adhieren al Acuerdo de París deben presentar planes de recorte para esta década, aunque cada uno decide qué objetivos se pone. Eso sí, la suma de todos planes debe servir para cumplir la principal meta del pacto: que el incremento de la temperatura media global del planeta no supere los 2 grados centígrados respecto a los niveles preindustriales y en la medida posible no sobrepase los 1,5 grados. El problema es que los planes de los países hasta ahora llevarán a un incremento de más de 3 grados. Por eso se necesita que los países presenten compromisos más ambiciosos ahora.

Las instituciones europeas afrontan en estos momentos la fase final de las negociaciones para incrementar su objetivo para 2030. La Comisión aboga por fijar ese recorte de al menos el 55%; el Parlamento Europeo propone un 60%; y una amplia mayoría de miembros de la UE también apuesta por el 55% de recorte. La previsión era que esta negociación se cerrara en la reunión del Consejo Europeo del 10 y 11 de diciembre, pero esta cita se celebrará con un ambiente enrarecido por el veto de Polonia y Hungría al presupuesto comunitario. Estos dos Estados son, precisamente, los más reacios a las políticas climáticas dentro de la UE.

Guterres ha apuntado este jueves que lo ideal sería que la UE presentara oficialmente su nuevo objetivo de recortes durante la llamada Cumbre de Acción Climática, una cita virtual organizada por la ONU, Reino Unido y Francia para celebrar los cinco años de la firma del Acuerdo de París. Esa cumbre, en la que se pide a los Estados participantes que presenten planes climáticos más ambiciosos, se celebrará el 12 de diciembre y la duda ahora es si Europa podrá acudir con su nuevo plan o si el veto de Polonia y Hungría al presupuesto se puede trasladar también a la lucha contra el calentamiento global.

“Es esencial que la Unión Europea acelere su transición hacia las energías limpias”, ha señalado Guterres en un acto virtual del think tank Consejo Europeo de Relaciones Exteriores. El secretario general ha aplaudido los pasos dados hasta ahora y los planes de recuperación acordados por las instituciones europeas, como el Pacto Verde, en los que las inversiones en políticas climáticas tienen un papel muy destacado.

Pero Guterres también ha exigido ir un paso más allá y, por ejemplo, ha pedido que la UE se despida del carbón en 2030. Esto entraría en contradicción, por ejemplo, con las políticas que defiende Polonia. Pero también con las políticas de Alemania, cuyos planes actuales contemplan mantener abiertas sus centrales eléctricas de carbón hasta 2037. La mayoría de países de la UE, sin embargo, tiene programas para dejar atrás esta contaminante fuente energética durante esta década.

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Planes a largo plazo

Si presentar objetivos más duros para 2030 está siendo muy complicado, más fácil está resultando que los países se comprometan a lograr en 2050 la llamada neutralidad climática (emitir solo la cantidad de gases de efecto invernadero que sean capaces de absorber los sumideros, principalmente, los bosques). Guterres ha recordado que la Unión Europea, Japón y Corea del Sur han prometido ya esa neutralidad para mediados de siglo, con lo que son ya más de un centenar de países los que lo han hecho. Además, China ha prometido llegar a ese punto en 2060. “A principios de 2021, los países que representan más del 65% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono y más del 70% de la economía mundial habrán asumido compromisos ambiciosos con la neutralidad del carbono”, ha apuntado en su discurso Guterres.

Pero esos compromisos son los más fáciles de asumir. El problema son los planes a corto plazo, para 2030. Y, de momento, prácticamente ningún país ha presentado objetivos más duros para esta década, de ahí la importancia de que Europa lo termine de hacer este mes de diciembre. Uno de los objetivos principales de la cumbre virtual que se ha convocado para el 12 de diciembre es, precisamente, animar a los países a que pongan ya sobre la mesa sus nuevos recortes. “El mundo volverá a buscar en la Unión Europea el liderazgo climático”, ha señalado Guterres respecto a esa próxima cita.

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Sobre la firma

Manuel Planelles
Periodista especializado en información sobre cambio climático, medio ambiente y energía. Ha cubierto las negociaciones climáticas más importantes de los últimos años. Antes trabajó en la redacción de Andalucía de EL PAÍS y ejerció como corresponsal en Córdoba. Ha colaborado en otros medios como la Cadena Ser y 20 minutos.

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