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La violencia en el fútbol destruye parte del memorial de las víctimas de la dictadura de Pinochet en el Estadio Nacional

Los graves incidentes durante el partido entre Colo Colo y Huachipato por la Supercopa de Chile de este domingo terminaron con 15 personas detenidas y daños en el sitio que recuerda a los detenidos desaparecidos tras el golpe de Estado de 1973

hinchas de Colo Colo provocan incidentes en el Estadio Nacional
Hinchas de Colo Colo provocan disturbios en la tribuna durante la final de la Supercopa 2024 del fútbol chileno, en el Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos en Santiago, el 11 de febrero de 2024.Osvaldo Villarroel (EFE)
Sebastián Dote

La violencia en el fútbol chileno ha alcanzado a la memoria reciente del país sudamericano. Los graves incidentes registrados este domingo durante el partido entre Colo Colo y Huachipato por la Supercopa de Chile han causado daños en el memorial por los detenidos desaparecidos durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) instalado en el Estadio Nacional, de la ciudad de Santiago.

El partido, que enfrentaba a Huachipato, el campeón del torneo local de la Primera División; y a Colo Colo, el monarca de la Copa Chile, era el primero de la temporada 2024. También era una prueba para la seguridad del recinto deportivo, que estuvo cerrado por varios meses para ser remodelado por los Juegos Panamericanos que se realizaron en noviembre de 2023. El organizador del encuentro era la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP), el organismo oficial del balompié profesional de Chile. La cita deportiva era atractiva para los aficionados, ya que fue el primer partido oficial disputado por el centrocampista Arturo Vidal con la camiseta de Colo Colo tras 17 años de carrera en Europa y Brasil.

La tensión marcó el evento desde el principio. La Garra Blanca, la denominación que recibe la barra brava que sigue a Colo Colo, no respetó el minuto de silencio en homenaje al expresidente Sebastián Piñera, fallecido el martes luego que el helicóptero que pilotaba cayera al lago Ranco en el sur de Chile. Los integrantes de este grupo lanzaron gritos contra el exmandatario, que entre 2006 y 2009 fue accionista de Blanco y Negro, la sociedad anónima deportiva que administra al popular club chileno. Además de las consignas, los barristas portaron un lienzo con un mensaje en contra de Piñera.

Los seguidores del equipo albo se enfrentaron con los equipos de seguridad del estadio y paralizaron el partido en al menos dos oportunidades. Durante el minuto 78 —cuando el marcador iba 2-0 en favor de Colo Colo— la situación se salió de control, luego que un grupo de individuos incendiara las butacas plásticas en la galería norte del coliseo ubicado en el municipio santiaguino de Ñuñoa. En ese momento el árbitro José Cabero decidió suspender definitivamente el juego, quedando pendientes unos 12 minutos para su final.

Los desórdenes afectaron al memorial de las víctimas de la dictadura. Inicialmente se había informado sobre un incendio en el lugar, pero tras una inspección preliminar se determinó que los daños corresponden a la rotura de algunos de los tablones históricos del Estadio Nacional, resguardos en una zona delimitada como espacio de memoria de los detenidos en 1973.

Marcelo Acevedo, presidente de la Corporación Memorial Estadio Nacional, señaló a BiobioChile que respecto a los demás incidentes de incendios y otros destrozos que “son daños menores, pero hay que recordar que estos tablones tienen una significación histórica: son donde estuvieron los prisioneros en el Estadio Nacional. Son irreparables e irremplazables, por lo tanto, el daño patrimonial al memorial y al sitio de memoria es complejo”.

El Estadio Nacional fue el mayor campo de concentración levantado por la dictadura militar tras el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973. Se estima que durante sus casi dos meses de funcionamiento permanecieron unas 7.000 personas —todos presos políticos y adherentes del depuesto presidente socialista Salvador Allende—, entre las que se encuentran torturados, fusilados y desaparecidos. Los camarines fueron ocupados como calabozos, mientras que los tablones de madera usados como asientos para los espectadores, eran el lugar en donde los presos podían tener un leve contacto con el exterior.

En 2010 el recinto fue reparado y los tablones de madera fueron reemplazados por butacas de plástico. Las autoridades decidieron dejar un espacio con las instalaciones originales y cerrarlo para montar un memorial en homenaje a las víctimas de violaciones a los derechos humanos. Este trozo de las gradas fue cerrado para el público y fue complementado con un letrero que lleva el mensaje Un pueblo sin memoria es un pueblo sin futuro.

Un hincha herido grave

Camila Vallejo, la ministra portavoz del Gobierno del presidente Gabriel Boric, ha informado este lunes que los graves incidentes han dejado a 15 personas detenidas, de las cuales cuatro quedaron en libertad tras ser formalizadas por diversos cargos. Además, la autoridad ha reportado que un aficionado se encuentra conectado a ventilación mecánica debido a las lesiones sufridas por las acciones violentas. A él se sumaron siete carabineros y otros seis guardias de seguridad heridos. “Nada justifica que se haya dañado la infraestructura del estadio, nada justifica que haya terminado dañándose el memorial que, simbólicamente, además es muy violento para nuestra memoria histórica y para los familiares de víctimas de la dictadura y nada justifica tampoco que se haya terminado con tantas personas detenidas y lesionadas”, ha detallado.

El Ministerio del Deporte y el Instituto Nacional del Deporte, las entidades gubernamentales a cargo del desarrollo de la actividad deportiva en Chile, han entregado un comunicado en donde lamenta los incidentes al interior del Estadio Nacional. “Condenamos abiertamente la violencia en cualquiera de sus manifestaciones. La seguridad para las familias que asisten a los eventos deportivos es nuestra principal preocupación”, han expresado los representantes del Ejecutivo, que también ha anunciado que tomará acciones contra los responsables directos de los enfrentamientos.

El futbolista Carlos Palacios fue uno de los jugadores de Colo Colo que intentó dialogar con la Garra Blanca para calmar la situación y conocer las razones detrás de la violenta reacción de la barra brava. “Me dijeron que Carabineros les había quitado un lienzo, que por eso había empezado el problema, pero me dijeron que ellos no estaban haciendo nada, no estaban tirando cosas, que todo empezó cuando le quitaron el lienzo”, dijo el deportista en una declaración a radio ADN. Arturo Vidal también opinó sobre el suceso y criticó la suspensión del duelo, mencionando que “en un partido como el de Argentina con Brasil en las clasificatorias a Qatar se estaban matando y se siguió jugando. No sé por qué acá son tan graves”.

La ANFP ha anunciado que los minutos restantes del partido se jugarán en una fecha y lugar que se definirán próximamente.

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Sobre la firma

Sebastián Dote
Es encargado de redes sociales y SEO de la edición chilena de EL PAÍS. Es licenciado en Comunicación Social de la Universidad Santo Tomás de Chile. Trabajó en medios regionales de 'El Mercurio' y en el diario digital 'El Dínamo'.

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