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¿Quiénes son los hermanos Sauer? Las claves para entender un nuevo escándalo financiero en Chile

Más de 100 clientes, la mayoría familiares y amigos de la comunidad judía, son los afectados por la trama que devela los oscuros recovecos del negocio del ‘factoring’ en el país sudamericano

Antonieta de la Fuente
Hermanos Sauer
Daniel y Ariel Sauer, fundadores de Factop y STF Corredores de Bolsa.CORTESÍA

Una serie de querellas presentadas en contra de los hermanos Daniel y Ariel Sauer y Rodrigo Topelberg, dueños de la empresa de factoring Factop y de la corredora de bolsa STF, tiene enfrentados en la justicia chilena a amigos de toda la vida. Se calcula que serían más de 100 las personas afectadas, la mayoría parte de la colonia judía en Chile. Es el segundo escándalo financiero, después de Primus Capital, que tiene a esta industria como protagonista en los últimos seis meses.

¿Quiénes son los Sauer?

Ariel (50 años) y Daniel Sauer (45 años) son hijos del empresario textil Alberto Sauer, dueño de Confecciones Sauer, un negocio que fundó en 1965 y que, tras su quiebra en la década del 2000, se reenfocó en el sector financiero e inmobiliario. En 1995 creó el colegio Wessex y desde 2006 se unió a sus hijos Daniel y Ariel en Factop. Desde 2012, es también socio de la Sociedad Pesquera Orión. Ariel estudió ingeniería comercial en la Universidad Católica y se sumó a la empresa familiar tras egresar en 1997. Ese mismo año, su hermano Daniel entró a estudiar ingeniería comercial en la Universidad Diego Portales y, tras titularse en 2002, ser unió a Confecciones Sauer.

Ambos crearon, junto a Rodrigo Topelberg, la empresa de factoring Factop en 2004, en la que tienen el control con el 75% de la propiedad. Luego, en 2015, entraron al negocio del corretaje a través de STF, que ingresó como corredora a la Bolsa de Comercio de Santiago en 2021, tras comprar el negocio a Tanner. Ahí los Sauer tienen el 60,52% de la propiedad. Además, son dueños de la corredora de la Bolsa de Productos Factop, negocio que, junto a los dos anteriores, forman el conglomerado Grupo Sum.

¿Quién es Rodrigo Topelberg?

Excompañero de colegio de Daniel Sauer y amigos íntimos hasta julio de este año cuando decidió demandarlo, Topelberg estudió ingeniería en ejecución en administración de empresas en el Instituto de Formación Empresarial. Es dueño de la agencia de marketing Stereo Free, que trabaja como productora y que, además, arrienda espacio para talleres. Su abuelo, León Kleinkopf, fue durante las décadas de los setenta y ochenta representante en Chile de los camiones Scania y Mercedes Benz. En 2004 se unió a los hermanos Sauer para fundar Factop, donde actualmente tiene un 6,67% de la propiedad, que, sumado a las acciones de su familia en el factoring, suman 25%. Años más tarde se sumó también a la corredora STF, en la que tiene un 25%.

¿Cómo arrancó el caso?

Las primeras irregularidades salieron a la luz en marzo de este año cuando la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) -el organismo que en Chile supervisa la actividad de bancos, compañías de seguros, emisores de valores y corredoras de bolsa- informó la suspensión provisional de las operaciones de STF, la empresa de corretaje creada en 2015 por los hermanos Daniel y Ariel Sauer junto a Rodrigo Topelberg. La empresa no había entregado sus estados financieros auditados en la fecha correspondiente, y, por lo mismo, la cobertura patrimonial para sus operaciones no estaba acreditada. Además, la empresa auditora se había negado a firmar los documentos por falta de evidencia para corroborar el patrimonio.

En mayo, la CMF decidió abrir una investigación, por medio de la cual detectó fallas en los sistemas de control y de riesgo de la corredora y la entrega de información falsa al mercado. El 8 de agosto pasado, el regulador informó de la cancelación definitiva de STF del registro de corredores de bolsa y la aplicación de una multa de unos 560 mil dólares a la firma por proporcionar información falsa al mercado, efectuar operaciones con el objeto de fijar el precio de un valor, realizar operaciones ficticias, no cumplir con los índices de cobertura patrimonial y realizar operaciones de su giro pese a estar suspendidas sus actividades. Para los hermanos Sauer la multa fue de 750 mil dólares, mientras que al exgerente general, Luis Flores, se le aplicó una sanción de unos 448 mil dólares. A los tres los inhabilitó por cinco años para ejercer labores de directores o ejecutivos de empresas fiscalizadas por la CMF.

Dos días más tarde, el 11 de agosto, la CMF suspendió las operaciones de la corredora de la Bolsa de Productos Factop, por no reconocer un importante pasivo en su patrimonio. Se trata de una deuda que mantiene con el fondo de inversión LarrainVial Facturas, a través de un pagaré.

La querella del socio

El 31 de julio, la querella presentada por Rodrigo Topelberg en contra de Ariel y Daniel Sauer encendió las alertas: los problemas patrimoniales y de solvencia también estaban afectando al factoring Factop. En la acción judicial, el socio acusa a los Sauer de crear un mecanismo de emisión de facturas ideológicamente falsas, es decir, provenientes de transacciones que nunca se realizaron, para obtener dinero del mercado de valores y de operar como prestamistas informales para favorecer a ciertos grupos empresariales. Entre ellos, menciona a la familia Jalaff, uno de los principales accionistas de la compañía inmobiliaria Patio, que tiene negocios en Chile, Perú, México, Estados Unidos y España. Topelberg menciona en su querella que “los principales favorecidos con este financiamiento ilegal han sido los señores Álvaro Jalaff Sanz, Antonio Jalaff Sanz y sus empresas relacionadas, quienes, con o sin conocimiento de la ilicitud de estos fondos, se habrían aprovechado de ellos”. Entre los Sauer y los Jalaff existe un vínculo familiar: la esposa de Daniel, María Isabel Ahubert Jalaff, exmodelo, es prima de los controladores de Patio.

Las otras acciones judiciales

Tras conocerse la arremetida de Topelberg comenzaron a plegarse nuevas querellas contra Factop y los Sauer. Algunas incluyen al socio minoritario del factoring y otras no. Apropiación indebida, administración desleal, estafa y lavado de activos son algunos de los delitos que se le imputan a los dueños de Factop en las nueve querellas que se acumulan en el 4º juzgado de garantía de Santiago y que hoy investiga el fiscal jefe de la Fiscalía del municipio de Las Condes, Felipe Sepúlveda. La mayoría de estas acciones fueron presentadas por amigos cercanos.

En paralelo, la firma acumula una demanda de liquidación forzosa de parte de la administradora de fondos Zurich por el no pago de sus obligaciones, y otra por parte de la empresa Tanner Servicios Financieros por unos 7 millones de dólares.

Cómo operaba Factop

Según se ha podido conocer a través de las acciones presentadas, Factop utilizaba una especie de fondo para financiar sus operaciones, en el cual participaban familiares y amigos de sus fundadores. Según ha mencionado la prensa local, el total de deudas de Factop sumaría unos 45 millones de dólares, de los cuales unos 14 millones de dólares correspondería a inversionistas. “Factop ofrecía oportunidades de inversión. En concreto, quienes invirtieran en la referida compañía recibían un interés mensual de 1%, el que podían capitalizar o retirar. Así, Factop captó grandes cantidades de recursos de distintas personas, entre las cuales se incluyen la familia de nuestro representado”, detalla la acción judicial presentada por Topelberg. Según los cálculos preliminares, serían poco más de 100 personas las afectadas, la gran mayoría de la comunidad judía en Chile.

La respuesta de los Sauer

En dos oportunidades Daniel Sauer ha dado entrevistas a medios chilenos en las últimas semanas. Una fue en el diario La Tercera el 12 de agosto, donde señala que el problema se originó por una estrategia de forwards de dólares que no tuvo éxito y que les generó pérdidas por 10 millones de dólares en la corredora. Afirma también que “entramos (al negocio del corretaje) sin la experiencia suficiente a un negocio regulado” y asegura que su intención es responder el cien por ciento de sus compromisos.

Esta semana, el socio de Factop, concedió otra entrevista, esta vez a Diario Financiero (DF), en la que afirma que Rodrigo Topelberg llevaba facturas ideológicamente falsas desde sus otros negocios hasta Factop y que él estaba al tanto de que parte de los documentos con los que operaba el factoring no estaban sustentados en operaciones reales. Pero, además, plantea que la falta de control es una característica de esta industria en Chile. “Todos sabemos que existe la factura ideológicamente falsa y que todos los factoring las debemos tener entre un 25% y 30%”.

Las reacciones del gremio y del regulador

Las palabras de Daniel Sauer no dejaron indiferente al gremio del factoring no bancario. El presidente de Empresas de Servicios Financieros, que agrupa a las firmas que realizan factoraje en Chile, Ricardo Schliebener, se desmarcó de las declaraciones del dueño de Factop y dijo a DF que las afirmaciones son “un atentado a la fe pública”. En paralelo, los reguladores chilenos empezaron a tomar cartas en el asunto. En el mismo DF, la comisionada de la CMF, Bernardita Piedrabuena, señaló que en el marco de la Ley Fintech (que regula a la industria de las empresas financieras que operan a través de plataformas tecnológicas y que actualmente está en etapa de implementación en Chile) el factoring no bancario se transformará en una actividad supervisada.

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Sobre la firma

Antonieta de la Fuente
Es periodista de EL PAÍS en Chile, especializada en negocios y economía. Ha trabajado en los principales medios escritos del país, como 'Qué Pasa', 'La Tercera', 'Diario Financiero', 'La Segunda' y 'Revista Capital' de la que fue editora general entre 2013 y 2019.

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