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Salmones
Tribuna
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El Gobierno ecológico y la salmonicultura

¿Cuál será el liderazgo y el legado ambiental del presidente Boric? Crear el Parque Nacional Kawésqar representaría un cambio de paradigma

Región de Magallanes en Chile
Vista de la región de Magallanes en la Antártida chilena.Sylvain CORDIER (Gamma-Rapho via Getty Images)

Un gran compromiso de campaña del presidente de Chile, Gabriel Boric, es que su Gobierno sería ecológico. El presidente y su Gobierno tienen una inminente oportunidad de hacer cumplir la promesa que asumió frente al país.

Un Gobierno ecológico implica hacer las cosas de manera distinta y no seguir haciendo negocios como siempre (businnes as usual). En otras palabras, dejar de tomar decisiones privilegiando a las actividades económicas de alto impacto ambiental por sobre la conservación de la naturaleza, como se ha hecho normalmente en Chile.

Una buena manera de poner a prueba la solidez de esta promesa de campaña es mirar lo que ocurre con la reserva nacional Kawésqar, en la región de Magallanes, la región originaria del presidente.

En la reserva nacional Kawésqar se encuentra un ecosistema único e irremplazable. En ninguna otra parte del mundo confluyen en un solo lugar las aguas del Océano Pacífico, los enormes glaciares y sus deshielos, los serpenteantes fiordos, los bosques de algas gigantes, ecosistemas marinos vulnerables compuestos por corales de agua fría y las profundidades oceánicas.

Por eso es de las zonas de mayor prioridad de conservación mundial ya que alberga un alto número de especies únicas, muchas de ellas amenazadas y en peligro de extinción.

El actual Gobierno ha dado prioridad en su discurso a la lucha contra el cambio climático. En la reserva nacional Kawésqar está su mejor aliado. Los bosques de grandes algas, que en la reserva abundan y están entre los mejor conservados del mundo, son capaces del absorber grandes cantidades de CO2 –causante del efecto invernadero– y, así, ayudar a mitigar el calentamiento global.

También, y de gran importancia, la reserva es parte del territorio del pueblo Kawésqar que ha habitado esta zona por más de 6000 años. Acá este pueblo originario se funde de manera indisoluble con el mar y la tierra. De ahí se desprende su identidad cultural, sus conocimientos tradicionales y los usos consuetudinarios para vivir de lo que provee la naturaleza.

Pero en esta misma reserva nacional Kawésqar está autorizada la salmonicultura. Se trata de una de las industrias con peor comportamiento ambiental en Chile. Entre sus impactos más graves están el uso descomunal de antibióticos y antiparasitarios, la degradación de los bosques de algas, la destrucción de los fondos marinos, la transmisión de enfermedades, la muerte de ballenas, delfines y lobos marinos que quedan atrapados en sus redes, y los escapes masivos de salmones, que son una especie invasora y carnívora.

A pesar de figurar hoy como área protegida, la reserva nacional Kawésqar cuenta actualmente con 68 concesiones para el cultivo industrial de salmón, con varias jaulas para peces cada una, y otras 57 concesiones solicitadas y en trámite.

La industria salmonera no ve problemas en seguir operando e incluso expandirse dentro de la reserva nacional Kawesqar argumentando que la regulación existente aseguraría la integridad del ecosistema. Los hechos han demostrado que la regulación aplicable a la salmonicultura en las áreas protegidas no sirvió.

Empresas salmoneras que operan en la reserva Kawesqar han sido descubiertas excediendo sistemáticamente los límites de producción. Es el caso de Australis Mar que hoy está expuesta a recibir la multa más grande de la historia en Chile por su infracción reiterada. Un centro de engorde de salmón de la empresa AquaChile trajo el Virus ISA a la reserva Kawésqar. Nova Austral, la empresa que tiene más solicitudes de concesiones en trámite para ingresar a la reserva, fue condenada por los tribunales de justicia por falsificar datos sobre sus mortalidades y destruir el fondo marino arrojando 200 toneladas de tierra para ocultar que esos lugares han quedado desprovistos de oxígeno.

No se puede confiar el cuidado de un ecosistema tan valioso e irremplazable a actores económicos con tal desprecio por el medioambiente y la ley. El costo de cada uno de estas vulneraciones es demasiado alto e incluso irreparable. Por eso, la simple regulación de la salmonicultura no es un instrumento suficiente para salvaguardar el tesoro natural de un área protegida. Ningún Gobierno ha puesto realmente límites a la expansión de la industria salmonera y la pérdida de lugares de alto valor ecológico ha sido dramática.

Las empresas del sector han dicho, para justificar su presencia en la reserva, que son la opción más segura para el empleo regional. Pero las cifras demuestran que por la automatización de las labores, las salmoneras contratan cada año menos trabajadores y que su participación en el mercado laboral de Magallanes es muy menor. Además, Australis Mar y Nova Austral están al borde de la quiebra por su propia mala gestión.

Comunidades del pueblo Kawésqar hicieron una petición formal al Gobierno del presidente Boric para que la reserva nacional Kawesqar sea declarada parque nacional. Esto daría un mayor grado de protección a esta zona ya que un parque nacional no admite actividades como la salmonicultura.

Los científicos han recomendado de manera categórica que protejamos los pocos ecosistemas prístinos o en buen estado de conservación que quedan en el planeta. Es la mejor herramienta para proteger la biodiversidad, mitigar el cambio climático y asegurar las fuentes de alimento y miles de empleos en base actividades sustentables. Los parques nacionales son la mejor forma para alcanzar estos fines.

En el primer período del presidente Sebastián Piñera se pasó del 0.03% al 5% de mar protegido. Durante el segundo período de la presidenta Michelle Bachelet se aumentó la superficie de mar sujeta a protección hasta el 42%, convirtiendo a Chile en uno de los países con más área marina protegida en todo el mundo. ¿Cuál será el liderazgo y el legado ambiental del presidente Boric? Crear el Parque Nacional Kawésqar representaría un cambio de paradigma, donde la conservación de un ecosistema clave a nivel mundial se aúna con la preservación de un lugar fundamental para la cultura de un pueblo indígena.

No podemos fallar en algo tan fundamental, menos cuando estamos enfrentando la crisis ambiental y climática más grave de la historia. Tenemos que hacernos responsables y tomar decisiones que nos permitan revertir la amenazante situación actual. El Gobierno ecológico del presidente Boric se necesita más que nunca.




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