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La reconversión de la industria del automóvil amenaza 38.000 empleos

La Generalitat elabora un informe sobre las empresas más afectadas por la transición al vehículo eléctrico

Dani Cordero
 Coche eléctrico en una estación de carga, en Madrid.
Coche eléctrico en una estación de carga, en Madrid. Álvaro García

La reconversión a la que se enfrenta el sector de la automoción con la irrupción del vehículo eléctrico amenaza el futuro de 38.000 puestos de trabajo en Cataluña, más de una tercera parte de la ocupación generada por el sector auxiliar de la automoción. Ese es el diagnóstico del Departamento de Empresa tras realizar un mapeo del sector, en el que ha detectado 503 compañías proveedoras y 235 empresas con mayor afectación. La consejera Àngels Chacón admitió el problema: “El sector de la automoción se enfrenta a una tormenta perfecta. Esto no es un grito desesperado, pero sí una señal de alerta, más que una alarma”.

El estudio solo hace referencia a la electrificación de los vehículos, la primera de las revoluciones tecnológicas que afronta el sector. Ni incluye el posible impacto de los cambios vinculados al futuro coche autónomo ni otros, como el proceso de digitalización. El mayor ejemplo de este último es el de la fábrica de Continental en Rubí, amenazada con el cierre y con el despido de 760 trabajadores porque sus dispositivos analógicos tienen fecha de caducidad y el grupo alemán no pretende trasladar otra generación de productos a Cataluña.

“La afectación final dependerá de cómo acabe implantándose el vehículo eléctrico. Las previsiones iniciales dicen que en 2025 un 25% de las ventas tendrían que ser de ese tipo de coches”, avisaba ayer la directora general de Industria, Matilde Villarroya. La cuestión sobre esa espada de Damocles es muy simple. Los nuevos vehículos propulsados solo por baterías no tienen ni motor ni cambios de marchas y otros muchos componentes tendrán que ser modificados. Las empresas especializadas en esos componentes tendrán que buscar una alternativa a esas producciones y prepararse para acompasar su introducción a la sustitución del vehículo de combustión por el eléctrico.

Algunos países, nórdicos sobre todo, tienen pensado prohibir la matriculación de coches con motores de combustión a partir de 2030. Francia y Reino Unido han postergado esa decisión hasta 2040. Otros, como España y Alemania, los dos mayores fabricantes europeos de vehículos, no han puesto fecha todavía. Esos plazos y las sanciones impulsadas por la Unión Europea por vender excesivos coches muy contaminantes marcarán el ritmo del cambio.

Una veintena de empresas están en la primera línea de esa amenaza. Son las que fabrican exclusivamente piezas innecesarias en el coche eléctrico y emplean a unas 5.800 personas. Empresa les ha puesto la etiqueta de “muy alto riesgo de desaparición de la cadena”. “Esas serán las primeras empresas que se tendrán que atacar para salvarlas”, señala Villarroya, que explicó que o buscan nuevas opciones o, como alternativa, deberán buscar salida en otros países que continúen fabricando coches con motores de combustión. No es improbable tampoco que las fábricas españolas, pese a prohibirse la venta de coches de combustión, continúen fabricando a menor ritmo para exportarlos.

Plan de ayudas

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El Departamento de Empresa pretende crear un plan de ayudas que requerirá de más de 20 millones de euros para este año. De momento, solo cuenta con poco más de dos millones de euros que se consignaron en el proyecto de ley de Presupuestos que está tramitándose en el Parlament. El resto de recursos necesarios podría llegar de los 73 millones de euros de margen con los que la Generalitat contará gracias a las dos décimas complementarias de déficit con las que contarán las comunidades autónomas este año. Chacón afirmó que está en conversación con el Departamento de Territorio para poder beneficiarse de los ingresos que generará el impuesto que gravará las emisiones de dióxido de carbono de los vehículos.

En Empresa aseguran que todavía están a tiempo de solventar una situación crítica, antes de que los expedientes de regulación de empleo empiecen a afectar a las empresas con mayores riesgos. Hay un total de 235 compañías afectadas.

Una de las bases del plan de acción para ayudar al sector catalán de la automoción es el intento de captación de una fábrica de baterías eléctricas. La Generalitat se ha puesto en contacto con operadores asiáticos interesados en instalarse en Europa y ha desechado la opción de participar en una oferta conjunta presentada por el Ministerio de Industria. La posibilidad de participar en alguno de los procesos vinculados a las baterías sería una de las opciones de reconversión para algunas de las empresas del sector.

“Tenemos la obligación de actuar. Queremos hacerlo ahora porque hay una señal de alerta, que no de alarma. Si no hacemos algo, estos puestos de trabajo podrían empezar a desaparecer”, subrayó la consejera Chacón, tras recordar los 143.000 empleos que dependen actualmente del sector de la automoción.

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Sobre la firma

Dani Cordero
Dani Cordero es redactor de economía en EL PAÍS, responsable del área de industria y automoción. Licenciado en Periodismo por la Universitat Ramon Llull, ha trabajado para distintos medios de comunicación como Expansión, El Mundo y Ara, entre otros, siempre desde Barcelona.

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