Ada Colau suspende por primera vez en la encuesta municipal de Barcelona

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha sido suspendida por primera vez desde que fue elegida en 2015, según el resultado del barómetro municipal. Colau fue puntuada con un 4,7 y Ernest Maragall, presidente del grupo municipal de ERC, es el único que aprueba, con un 5 justo. De acuerdo con la encuesta a 831 barceloneses, la situación política general cada vez preocupa más, hasta el punto de que se ha convertido en el segundo problema de Barcelona, justo por detrás de la inseguridad, que vuelve a batir récords y es la respuesta señalada por el 29,1% de los preguntados.

Las notas que ponen los barceloneses a los políticos municipales van a la baja y a peor en casi todos los casos. Colau, que fue puntuada con un 5,2 en el barómetro de junio, ahora suspende con un 4,7. Maragall baja de 5,4 a 5 y Collboni,  que en junio aprobó justito (5,1), ahora suspende (4,8).

El resultado del barómetro evidencia, también, que la política es algo que preocupa y un 14,9% de los encuestados contestó —de forma espontánea— que el principal problema de Barcelona es el encaje de Cataluña en España, mientras que otro 9,1% contestó que los “aspectos políticos” eran el problema más grave. Entre ambos apartados, un 24% de los barceloneses concluye que el panorama político general es lo más preocupante, hasta el punto de ocupar el segundo puesto en el ranking de los quebraderos de cabeza. Y a solo cuatro puntos de distancia de la inseguridad, lo que más inquieta al 29,1% de los encuestados, muy por delante de aspectos como la vivienda —el 6,5% de las respuestas en este barómetro frente al 14% de junio pasado—, el turismo o la contaminación y el medio ambiente.

La encuesta se realizó entre el 25 de noviembre y el 5 de diciembre. Precisamente la cercanía del trabajo de campo a la sentencia del procés y, sobre todo, a los incidentes posteriores con una semana de altercados en las calles de Barcelona son los hechos que se relacionan con la preocupación al alza de la situación política general. “Por norma, los barómetros de Barcelona se mantienen al margen de la política general y se contesta de forma espontánea sobre aspectos de ciudad. Creemos que en este caso la influencia y el impacto de los hechos permanecían en la retina y seguramente eso también ha repercutido en parte en otras valoraciones”, manifestaba Jordi Martí, concejal de Presidencia del consistorio barcelonés, al presentar el segundo barómetro semestral del año.

Martí opina que los incidentes posteriores a la sentencia no son ajenos a que la percepción de la inseguridad haya vuelto a subir, registrando otro valor récord con casi dos puntos más respecto al sondeo de junio. “Una cosa es la percepción y otra los datos objetivos que nos indican que el nivel de comisión de delitos en la ciudad está bajando en los últimos meses”, añadió Martí. La falta de efectivos policiales se convirtió en un caballo de batalla entre Colau y el Govern de la Generalitat, un déficit de mossos que no se empezó a corregir hasta inicios de este otoño. Percepción o realidad objetiva, la inseguridad se ha disparado en las encuestas municipales desde el segundo semestre de 2018.

En el último año la ciudad va a peor para 67,7% de los consultados. Pero hay cierto optimismo frente al futuro y un 57,5% cree que las cosas mejorarán. En cuanto al pacto de gobierno entre los comunes y el PSC, tiene más defensores, un 55,2%, que detractores, un 38,7%. Sin embargo, cuando la pregunta es la intención de voto, ERC vuelve a ser el partido mejor situado y si ahora se hicieran elecciones municipales subiría dos puntos (16%) respecto al resultado de las municipales del 26 de mayo (14,1%).

Empate técnico

Los comunes también sumarían casi dos puntos, del 13,7% de las elecciones al 15,5%, por lo que la situación de empate técnico con ERC se volvería a producir. Mientras, el PSC recula en intención de voto y pasa del 12,1% de las urnas al 8,9% según los encuestados, que también restan dos puntos a Junts per Catalunya entre la intención de voto y el 26-M.

Si ahora se celebraran elecciones autonómicas, el recuerdo de voto le es más favorable a ERC: se sitúa en el 23% (en las elecciones de diciembre de 2017 fue del 17%) y, en cambio, Junts per Catalunya baja cinco puntos, del 15,9% de hace dos años al 10,5% en el sondeo.

La valoración de la gestión municipal es muy mala o mala para el 43,6% de los preguntados, un tanto por ciento que no deja de crecer barómetro tras barómetro desde el 21,9% que daba esa respuesta en junio de 2015. Y la de la Generalitat es peor: un 56,1% de los entrevistados dice que es mala o muy mala. La percepción de la evolución de la economía de Barcelona en el último año es que va a peor para el 62%. Sin embargo, cuando la pregunta se hace respecto a la evolución de la economía del hogar, la percepción de que había empeorado era prácticamente la mitad: el 33%.