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Cae la ‘banda de Jaime’, uno de los mayores grupos de atracadores de la Comunidad de Madrid

Eran "extremadamente peligrosos", según la Policía. Tres de ellos ya están en prisión

Manuel Viejo
Dos de los cinco miembros de la banda, durante un asalto a una casa de apuestas.
Dos de los cinco miembros de la banda, durante un asalto a una casa de apuestas.Policía Nacional

La chispa saltó en agosto. Este mes, según la Policía, aumentaron de manera fulgurante los robos con fuerza en los centros comerciales de la Comunidad de Madrid. El repunte no era casual. Coches de alta gama llegaban a distintos establecimientos a altas horas de la noche, reventaban los cristales mediante el método de alunizaje y arrasaban con las cajas fuertes de todo tipo de locales. Otras madrugadas, sin embargo, aparcaban en los alrededores, se bajaban del coche y destrozaban todo a golpe de mazo para sustraer el dinero y los bienes más caros en cuestión de segundos. ¿Quiénes eran estos tipos? Tras varias sospechas y grabaciones de imágenes, la policía situó el anzuelo en un grupo de cinco amigos —tres hombres y dos mujeres— liderados por Jaime Vidal López, de 27 años. El mayor de todos.

Este grupo, sibilino, adoptaba grandes medidas de seguridad para evitar que fueran detenidos. Su modus operandi casi siempre era el mismo. Primero, robaban vehículos de alta gama. Después, se enfundaban con ropa cómoda y se anudaban bien el pasamontañas. Y a robar. Tras el botín, las dos mujeres de la banda les esperaban con coches de alquiler para salir pitando… a toda velocidad. Una vez, incluso, a 226 kilómetros por hora por la M-30.

Los investigadores ya sabían quiénes eran. Solo faltaba detenerles. El grupo de Jaime Vidal, de entre 20 y 27 años, también contaba con pequeños refugios para evitar el alto policial. Y, por supuesto, disponían de los míticos aguadores, colaboradores que dan el chivatazo en cuanto apareciese o sospecharan de alguna patrulla policial por su zona. “Un hecho que nos complicaba enormemente las tareas de investigación […] Eran extremadamente peligrosos”, asegura la Policía en un comunicado.

Una vez, el grupo fue sorprendido en Leganés después de cometer varios robos. Para huir, vaciaron un extintor que, una vez agotado, arrojaron a los agentes nacionales para evitar ser alcanzados. Otro día agredieron a varios policías arrastrándolos varios metros con el coche que llevaban, provocándoles lesiones graves.

La Policía les tenía entre ceja y ceja. El líder no era un cualquiera. Jaime López, de 27 años, cuenta 25 detenciones a sus espaldas, según fuentes policiales. López es íntimo amigo de Rafael García, más conocido como El Rafita, condenado por asesinato y violación de la joven de Sandra Palo en 2003. García tenía 14 años. Ella 22. Su cuerpo apareció en una cuneta en la carretera de Toledo. La secuestraron y la violaron por turnos. Después, la quemaron comprando un euro de gasolina y atropellaron hasta en quince ocasiones. Jaime López, sin embargo, no tiene vínculos con estos hechos, según las mismas fuentes.

A principios de este mes, los investigadores siguieron más de cerca al grupo de López. El pasado 9 de diciembre los tres hombres de la banda quedaron para verse en el sur de Madrid. “Era el momento menos peligroso para detenerles”, explica un portavoz policial. Cuando se juntaron, se les detuvo. Horas más tarde dieron el alto a las dos mujeres del grupo. La banda de uno de los mayores grupos de atracadores que se recuerda en la Comunidad quedó desarticulada.

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Tras la detención, los investigadores también lograron localizar ocho vehículos valorados en 250.000 euros que el grupo tenía previsto utilizar para posteriores robos, además de extintores, artilugios para robos con fuerza, ropa, pasamontañas y guantes.

A la banda de López se le imputa cargos por 11 robos con fuerza, 11 sustracciones de vehículos, dos delitos contra la seguridad vial, cinco delitos de daños, dos delitos de atentado y tres delitos de lesiones leves además de pertenencia a grupo criminal. Tres de ellos ya duermen en prisión. Las dos mujeres han quedado en libertad con cargos. Ellas también tenían la misión de avisar a los tres chavales de que no había agentes merodeando por sus casas. Algunas veces, incluso, se hacían pasar por sus novias. Una no tenía ningún antecedente. La otra ya contaba con seis.

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Sobre la firma

Manuel Viejo
Es de la hermosa ciudad de Plasencia (Cáceres). Cubre la información política de Madrid para la sección de Local del periódico. En EL PAÍS firma reportajes y crónicas desde 2014.

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