100% Coixet
Es la única directora que en un mismo año ha estrenado en las dos principales plataformas del momento, Netflix y HBO, en la que presenta ahora ‘Foodie Love'
Se encuentran en un café. Ella trabaja en una editorial y no se puede permitir pagar el piso en el que vive. Él es un matemático que disfruta de un año sabático. Es su primera cita. Se han conocido a través de una app. Son los protagonistas de Foodie Love, la primera serie escrita y dirigida por Isabel Coixet. “He puesto todo lo que he vivido, he sentido y he comido en ella”, reconoce la autora. Sus tres primeros capítulos se pudieron ver por primera vez el miércoles por la noche en Madrid, en los cines Callao. Los personajes dicen cosas que ella podría decir perfectamente y viven situaciones 100% Coixet. “Es como una destilación de todas mis obsesiones”, admite.
Estreno mundial. A la directora cuyas películas se han estrenado en el Festival de Cannes, la Mostra de Venecia o la Berlinale le tentaron ya hace tiempo para hacer televisión. “Me llamaron para hacer dos capítulos de True Blood, luego me llamaron para Homeland y también me querían para Narcos”, revela. “Me parecían series valiosas, pero me apetecía hacer algo desde el principio”. Hace cuatro años empezó a rondarle la idea de Foodie Love, que ha rodado entre Barcelona, Roma, Tokio y el sur de Francia. “Cuando estás rodando, el resto no existe. Para mí la vida es el cine”. Para el estreno mundial de la serie eligió Madrid. Mientras se iba llenando el patio de butacas en Callao, sonaba música elegida personalmente por ella para esa noche, como Senza fine, de Gino Paoli.
Filias y fobias. En sus citas a lo largo de la serie, la pareja protagonista de Foodie Love descubre filias y fobias comunes.
-Karl Ove es insoportable, dice ella.
-Es una puta mierda, coincide él.
El autor noruego superventas da pie a una de las conversaciones. Lo que detestan también les une mucho. Cita a cita se van conociendo en distintos restaurantes y coctelerías. La ficción creada para HBO estrenará a la vez sus ocho capítulos, de media hora cada uno, el 4 de diciembre en España y a partir del 25 de diciembre en el resto del mundo. En la cabecera, creada por un artista hindú que la directora descubrió en Instagram, se escucha a Jay-Jay Johanson. En uno de los capítulos, a Lola Flores. “Siempre había querido poner Cómo me las maravillaría yo y por fin encontré el sitio”, reconocía después del estreno.
Química brutal. Isabel Coixet comenzó a hacer películas cuando le regalaron una cámara de 8mm por su primera comunión. En 1988 debutó como guionista y directora con Demasiado viejo para morir joven. Desde el principio, indistintamente ha rodado en inglés o en español. Ha dirigido a estrellas tan reconocidas como Sarah Polley, Ben Kingsley, Penélope Cruz, Tim Robbins, Juliette Binoche, Patricia Clarkson o Emily Mortimer. A la protagonista de Foodie Love, Laia Costa, la tuvo en su cabeza desde que la vio en Victoria. Le costó más encontrar a su pareja, Guillermo Pfening, al que había visto en Nadie nos mira, pero en cuanto lo conoció se enamoró. “Va a romper muchos corazones, aviso”. Ambos están en casi todos los planos de la serie. “Tienen una química brutal. Ha sido facilísimo trabajar con ellos”. La cineasta con más premios Goya está deseando repetir con los dos.
Ruta completa. En la habitación de la protagonista hay un neón en el que se lee You´re what you read (Eres lo que lees). Lectora voraz, Isabel Coixet acaba de leer un libro sobre Simone de Beauvoir y Jean-Paul Sartre, Tête a tête. “Me ha reconciliado mucho con ellos”. Lo recomienda vivamente. Le gustó tanto, que la semana pasada se fue a París con su novio, Reed Brody, para seguir los pasos de la pareja. “Estuvimos en un hotel donde estuvieron en los años 30, fuimos a cenar a La Coupole, que ellos frecuentaban mucho, visitamos sus tumbas…” En el cementerio de Montparnasse también hicieron sus ofrendas a Margherite Duras, Julio Cortázar, Serge Gainsburg o Eric Rohmer.
Estímulo continuo. Distinguida en Francia como Chevallier de L´Ordre des Arts et des Lettres, Isabel Coixet también ha sido reconocida en España con la Medalla al Mérito en las Bellas Artes. Tiene su propia productora, Miss Wasabi Films, con la que además de desarrollar sus películas apoya a nuevos realizadores. En Foodie Love ha contado con cuatro personas al frente de la dirección de fotografía: Natasha Braier, Jean Claude Larrieu, Nils Dalmases y Jennifer Cox. “Ha sido muy estimulante. Dado que yo iba a dirigir todos los capítulos de la serie, quería tener personas que en cada capítulo me pusieran las pilas, que me obligaran a superarme y a estar despierta”, explicaba tras el estreno la artífice de Mi vida sin mí, La vida secreta de las palabras, Mapa de los sonidos de Tokio o La librería. Los protagonistas de Foodie Love disfrutan probando cócteles, descubriendo vinos, brindando por diversas razones. “Ana María Matute decía que el gintonic te da una lucidez absoluta”, dice ella. Isabel Coixet está de acuerdo con la escritora. Y añade: “Por eso no te puedes tomar solo un gintonic porque tanta lucidez no la aguanta nadie”.
Doblete inédito. Isabel Coixet es la única directora en el mundo que en un mismo año ha estrenado en las dos principales plataformas del momento, Netflix y HBO. “Soy una mercenaria”, decía para quitarle importancia a ese dato excepcional. Primero estrenó Elisa y Marcela, una historia de amor que le ha dado alegrías como que la semana pasada la alabase públicamente la histórica activista Boti García Rodrigo en el festival Lesgaicinemad. “Da mucha felicidad conectar con algo que la gente lleva dentro”. Los guiones que está sacando adelante uno tras otro llevan años de trabajo detrás. Su cabeza siempre está bullendo. Ahora está más tranquila al tener ya firmados los contratos de sus dos próximas películas, Nieva en Benidorm y La contadora de películas, mientras estos días las paredes del centro de Madrid se están llenando de carteles de Foodie Love, de la que está muy orgullosa. “Ojalá quienes la vean disfruten tanto como nosotros haciéndola”.
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