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Las ofertas salvan el verano en los hoteles de la Costa Brava

Los pisos turísticos ofrecen un 40% más de plazas que los hoteles

Un playa de la Costa Brava llena de bañistas, este verano.
Un playa de la Costa Brava llena de bañistas, este verano.Toni Ferragut

La temporada de verano ha sido irregular para los hoteleros de las comarcas de Girona. Aunque por lo general se ha conseguido una ocupación parecida a la del año pasado, en algunos casos han debido programar ofertas de última hora y bajar precios, casi a parámetros de invierno, para conseguir llenar. En la Costa Brava Sur se ha conseguido la mayor ocupación, un 93%. La más baja, con un 73%, en el Ripollès. Las cifras no se atribuyen tanto a la pugna con mercados más competitivos como Turquía y toda la costa de los Balcanes, sino al auge de viviendas de uso turístico, que casi doblan las plazas hoteleras. El presidente de la Federación de Hostelería de Girona, Antoni Escudero, advierte de “un cambio de tendencias” y augura que los hoteles deberán “adaptarse” al cambio.

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Según los datos obtenidos de las 1.600 empresas integradas en la Federación de Hostelería de las comarcas Girona, la ocupación hotelera en agosto en el litoral se ha movido entre el 86% de la comarca del Alt Empordà, el 91% de la zona de la Costa Brava centro y el 93% de la Costa Brava sur. En las zonas de interior, en la capital gerundense y sus alrededores se ha llegado a una ocupación del 87%, en la Garrotxa ha sido del 79% y en el interior de la comarca de la Selva, del 74%. De las zonas del Pirineo, el mayor número de pernoctaciones ha sido la Cerdanya con un 82% de ocupación, nueve puntos más que el Ripollès.

Según el Idescat, en julio la Costa Brava tuvo una ocupación del 76,7%, por detrás de marcas turísticas como Barcelona, que fue la más visitada con un 88,8%, la costa de Barcelona y la Costa Daurada.

A pesar de haber cumplido las expectativas, con cifras semejantes al verano pasado, algunos establecimientos de la Costa Brava Sur —que cuenta con la mayoría de plazas hoteleras de la provincia de Girona, concretamente con municipios como Lloret de Mar y Blanes— han podido alcanzar estas cifras gracias a las ofertas de última hora.

Uno de los factores a que se atribuye esta situación es a la cada vez mayor competencia que hacen las viviendas de uso turístico. En las comarcas de Girona hay 889 hoteles y hostales que ofrecen 83.333 plazas. Los pisos turísticos llegan ya este verano a 35.094 con una oferta de 140.376 plazas, un 40,6% más de plazas que los hoteles. Ante este apogeo, algunos empresarios hoteleros se han sumado también a esta oferta. En Begur (Baix Empordà), este verano se ha aprobado una moratoria hotelera de un año. La veintena de hoteles que hay en su término municipal, contando las playas, ofrecen unas 300 plazas frente a las 1.382 viviendas de uso turístico que hay dadas de alta. Desde el sector hotelero reclaman además un control de la oferta ilegal de este tipo de viviendas, del que no se dispone de cifras pero se sospecha que es elevado.

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Escudero sostiene que los hoteles no pueden competir contra este tipo de oferta y considera “injusto” que a los empresarios del sector les hagan cumplir con muchos y estrictos requisitos, mientras que las viviendas turísticas, una vez son dadas de alta en cada consistorio, ya pueden ser ocupadas al instante sin ninguna medida restrictiva. “Las viviendas turísticas son más económicas, los hoteles no pueden competir con estos precios. Estamos llenando pueblos y ciudades de este tipo de oferta y esto comporta que el tipo de turismo está cambiando, cada población deberá valorar qué tipo de turismo quiere”, señala Escudero.

Competencia de mercado

El presidente de la Federación de Hostelería de Girona, Antoni Escudero rechaza competir con los destinos que se han reabierto los últimos años como Turquía o Túnez. “Somos un destino de primera división y esto se paga”, sostiene. La previsión de ocupación se prevé más alta durante la primera quincena de septiembre, excepto en Girona ciudad. De nuevo tendrán una mayor ocupación las zonas de la Costa Brava. El perfil de visitante en septiembre será principalmente parejas de mediana edad y jubilados, catalanes y franceses.

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