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OPINIÓN / RICARDO MÉNDEZ
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Territorios ganadores

Barrio residencial de Majadahonda (Madrid).
Barrio residencial de Majadahonda (Madrid).Getty Images

De nuevo esta semana los medios de comunicación se han hecho eco de los indicadores urbanos del proyecto europeo Urban Audit y de la destacada posición de algunos municipios del noroeste de la Comunidad, a la cabeza de las ciudades españolas en muchos de ellos. Todas las grandes áreas urbanas europeas cuentan con esos sectores donde se concentran grupos sociales de elevados ingresos, tal como ocurre con el oeste de Londres o el sur de París. Pero la pregunta tras los datos es: ¿por qué en el Noroeste? Echar la vista atrás ayuda a esbozar una respuesta para este territorio aquí identificado con los municipios de Pozuelo, Las Rozas, Boadilla, Majadahonda y Villaviciosa de Odón.

Hace medio siglo, frente al crecimiento urbano e industrial del Sur Metropolitano o el Corredor del Henares, los municipios al noroeste de la capital quedaron al margen. Sólo en los ochenta la oleada urbanizadora les alcanzó de lleno y, si en 1970 esos cinco municipios sumaban 32.000 habitantes, al comenzar este siglo superaban los 200.000, llegando ahora a 333.000.

Desde el inicio de ese proceso, tanto los intereses de los promotores como las políticas públicas favorecieron aquí el desarrollo de un modelo urbanizador de baja densidad, con alta proporción de viviendas unifamiliares. Se aprovechó también el reclamo que suponían la mayor calidad ambiental y paisajística de este borde de la capital próximo a la sierra, o la inexistencia previa de áreas industriales y barrios con viviendas de baja calidad que pudieran dañar la imagen del entorno para el tipo de compradores que se pretendía atraer. Para completar el proceso, los sucesivos gobiernos de la Comunidad realizaron enormes inversiones en infraestructuras de transporte de alta capacidad para facilitar la accesibilidad en vehículo privado.

El resultado fue la instalación de una población bastante homogénea en lo socioeconómico, laboral, cultural y hasta político. Los profesionales cualificados y los altos directivos de empresas o de la Administración, con ingresos superiores al promedio y empleos estables, son predominantes. Al calor de esa demanda, se instalaron desde universidades y hospitales privados a centros comerciales y servicios de alta calidad, o sedes empresariales en parques de oficinas. En ese ambiente, los gobiernos conservadores han repetido mayorías absolutas, convirtiéndose también en lugares de referencia para algunos de los casos de corrupción judicializados. En las últimas elecciones autonómicas, las candidaturas del PP, Cs y Vox obtuvieron 122.616 votos, multiplicando por dos veces y media los del PSOE, Más Madrid y Podemos.

El noroeste es uno de esos territorios que a veces se califican de ganadores, de ahí su reiterado protagonismo en los indicadores de Urban Audit. Pero también hay otros territorios madrileños que podrían calificarse de perdedores, como resultado de las fuertes influencias selectivas del mercado y débiles políticas públicas aplicadas.

Ricardo Méndez es geógrafo y profesor honorífico de la Universidad Complutense de Madrid.

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