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Carballeira: 75 años en alta mar

Militares, contrabandistas y percebes figuran en la historia de la marisquería barcelonesa, que celebra su aniversario

Una imagen del Carballeira.
Una imagen del Carballeira. ALBERT GARCIA

Entrar por la puerta del Carballeira es como adentrarse en un navío atemporal. Los camareros, uniformados y sonrientes, parecen haber sobrevivido al Titanic,y las reliquias marineras que decoran sus rincones, desde hélices antiguas y timones hasta réplicas de barcas, hacen dudar sobre si se está a punto de comer o de navegar. El pasado 12 de abril, la emblemática marisquería celebró su 75º aniversario en su local junto a un total de 340 invitados. El director del establecimiento, Ángel Alonso, asegura que la clave de su éxito tras casi un siglo se debe a su "calidad de productos y servicio", unos elementos que han convertido al Carballeira en un punto de unión entre modernidad y tradición.

Uno de los rasgos que más llama la atención sobre el Carballeira es su historia acumulada. Fundado en 1944 por el empresario Constante Millán y su esposa Francisca Minguell, el local, que por aquel entonces no era más que una taberna, fue la primera marisquería de la ciudad condal. En consecuencia, ganó fama rápidamente entre las clases sociales más poderosas de la Barcelona de la posguerra. Desde funcionarios de alto rango hasta militares y contrabandistas, los clientes se acercaban atraídos por productos gallegos como los percebes, por aquel entonces exóticos en la ciudad, que desembarcaban cada día del puerto de Barcelona para ir a parar al restaurante.

Muchas de las fotos que cubren las paredes son de Leopoldo Pomés, socio del negocio y cliente habitual

En 2010, el restaurante pasó a las manos de Pancho Izquierdo y Gemma Llagostera, pero mantuvo su esencia intacta. Hoy en día, aún hay rastro de los primeros años del restaurante en las fotografías, en blanco y negro, que llenan las paredes con recuerdos de la Barcelona de los años cincuenta. Muchas de ellas son obra del artista Leopoldo Pomés, cliente habitual y socio del negocio.

Como Pomés, la clientela del Carballeira está formada principalmente por habituales. Ángel Alonso define su perfil de clientes como gente establecida, con poder adquisitivo y arraigada a la ciudad y al restaurante. "Nos gustaría que nuestro restaurante también atraiga a una clientela más joven", asegura Alonso.

Recientemente, el restaurante ha actualizado su menú con el objetivo de fundir las cocinas catalana y gallega. "En la carta de vinos, buscamos un equilibrio entre las Denominaciones de Origen gallegas y catalanas, mientras que lo mismo ocurre con los platos, donde queremos mezclar cocina catalana con productos típicamente gallegos" afirma Ángel Alonso. Actualmente, el 80% de sus productos provienen de Galicia, mientras que la mayoría del 20% restante proviene de las costas catalanas.

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"Nosotros estamos en contra del negocio en piscifactorías, así que todo nuestro pescado es salvaje y no está manipulado" declara el director, que mantiene que la clave de una buena cocina española es conservar el sabor natural del producto.

Mick Jagger no es la única estrella que ha comido en el Carballeira: también han estado Pedro Almodóvar, Michael Schumacher o Montserrat Caballé. Por el restaurante también han pasado peces asombrosos. Hace años tuvieron un mero de 70 kilos. Y un enorme pez espada que, una vez convertido en menú, el antiguo chef utilizó para hacerse un sable.

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