Puigdemont aparta La Crida del 28-A pero impone sus candidatos al PDeCAT

La Crida Nacional per la República, el partido impulsado por el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont, ha decidido este miércoles no concurrir en solitario a las elecciones generales del 28 de abril, y ha descartado hacerlo en coalición con otros partidos, pese a que sus militantes habían expresado, mediante una consulta, que querían que la Crida se presentase si otras formaciones independentistas se sumaban a una candidatura conjunta. Con las negociaciones para una lista con el PDeCAT encalladas, Puigdemont ultima ahora una maniobra para que los neoconvergentes acepten en sus listas a miembros de la Crida como independientes.

La decisión del partido de Puigdemont es una muestra más del caos que vive el espacio político que dejó la antigua Convergència. La pugna por construir una lista para las elecciones del 28 de abril se libra entre presiones del PDeCAT, partido que cuenta con la financiación, la estructura y el despliegue en el territorio, y del espacio del expresident Puigdemont, que quiere que sus independientes se sitúen en posiciones altas de una hipotética lista conjunta.

El secretario general de la Crida, Toni Morral, ha acusado a los demás partidos de no querer construir una lista unitaria: “Lamentamos mucho que no hayan querido hacer una lista conjunta. Quieren enterrar el referéndum del 1 de octubre, y nosotros reivindicamos este mandato”. Morral ha justificado así el cambio de criterio de la Crida después de que los militantes votasen que sí querían concurrir a las generales en confluencia con otros partidos. Según Morral, esta confluencia está muy lejos de producirse, y el partido prefiere esperar para ser, en el futuro, más determinante. “Pensamos que la Crida puede ser a corto plazo una organización sociopolítica que puede ser central. Por eso no pondremos en riesgo nuestro objetivo a la primera de cambio”, ha dicho.

Fuentes de la dirección del PDeCAT han afirmado, sin embargo, que el hecho de que la Crida no se presente se explica por su intención de no hipotecar esta marca en un momento en el que las encuestas no dan muy buenos resultados para los neoconvergentes. Además, las mismas fuentes señalan que no concurrir a las elecciones no le impedirá a Puigdemont colocar a personalidades destacadas de su movimiento en la lista que PDeCAT negocia con el espacio de Junts per Catalunya. Hasta el punto de que los políticos que representan al PDeCAT más tradicional pueden quedar relegados a la mínima expresión.

Así, el objetivo del expresident es que la lista la encabece Jordi Sánchez, que se encuentra en prisión preventiva, y que le sigan Míriam Nogueras (vicepresidenta del PDeCAT pero próxima a Puigdemont), Eduard Pujol, el abogado Alfonso Cuevillas y ya, en la quinta posición, un miembro del sector considerado “pragmático” del PDeCAT, que sería —si lo acepta— Carles Campuzano. Los presos Jordi Turull y Josep Rull también se perfilan como candidatos a cabeza de lista para Lleida y Tarragona, mientras que el exconsejero Lluís Puig, que huyó a Bélgica tras la declaración de independencia en 2017, sería el número uno por Girona.

El partido que preside David Bonvehí ha mostrado sus reticencias a ceder las primeras posiciones de la candidatura a los independientes propuestos por Puigdemont. De hecho, el PDeCAT puso en marcha sus primarias, en las que, en una primera fase, salió elegido el actual portavoz en el Congreso, Carles Campuzano. El diputado, cercano a las tesis más pragmáticas del independentismo, aseguró que su intención es ser el cabeza de lista, y que solo renunciaría a ello si uno de los políticos presos quiere ir de número uno. Este miércoles, el PDeCAT ha reunido a su ejecutiva y este jueves tiene previsto celebrar un Consejo Nacional para decidir sobre la lista para el 28 de abril.