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Podemos plantea al sector crítico la ruptura de En Marea

Amparado en una auditoría que cuestiona la limpieza de las primarias, el partido morado propone una confluencia sin los nacionalista de Villares

El líder de Podemos en Galicia, Antón Gómez-Reino, el pasado octubre.
El líder de Podemos en Galicia, Antón Gómez-Reino, el pasado octubre.ÓSCAR CORRAL

En Marea —la confluencia de izquierdas creada en Galicia en 2016 para las elecciones autonómicas en las que se convirtió en la segunda fuerza en el Parlamento gallego— se sitúa al borde de la ruptura. Las primarias celebradas en diciembre entre denuncias de fraude y demandas judiciales amenazan con dar al traste con el partido instrumental. El triunfo contra pronóstico del portavoz parlamentario Luís Villares, cuestionado durante los comicios por el sector crítico, queda empañado ahora por un informe de un perito externo contratado por sus adversarios que sostiene que los comicios se celebraron “sin garantías”.

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Amparándose en este peritaje, Podemos pide a las organizaciones críticas, mayoritarias en En Marea, que no reconozcan a la nueva dirección y formen una nueva confluencia al margen de Villares y del sector que lo respalda, de corte puramente nacionalista. Estos creen que es una estrategia de Pablo Iglesias por hacerse con el espacio electoral de cara a las municipales. La organización morada, liderada en Galicia por el diputado Antón Gómez-Reino, apoyó junto a Esquerda Unida, los nacionalistas de Anova y los alcaldes de las mareas de Santiago, A Coruña y Ferrol, la candidatura de David Bruzos que acabó perdiendo por sorpresa con un 40% de los votos frente a Villares, que en teoría contaba con menos apoyos.

Durante los comicios, celebrados días después de que el sector oficial anulase las votaciones alegando una supuesta incursión clandestina en el censo por parte de los críticos a Villares, estos denunciaron que las votaciones transcurrían sin interventores que supervisasen el recuento y alertaron de que el sistema informático tenía “enormes agujeros de seguridad programados para enviar mensajes desde fuera de la página”, lo que permitiría, señalaban entonces, “manipular los votos”. Villares defendió la limpieza del proceso y pidió a los derrotados que dejasen “de enredar” instando al sector crítico a que escuchase “el mandato claro de fortalecer un proyecto político grande, no una suma de siglas” expresado por las bases. El vencedor animó a sus adversarios a reflexionar “porque nadie entendería” una escisión.

El informe técnico encargado por los adversarios de Villares, realizado por Lorenzo Martínez, experto de la consultoría Securízame, pone de manifiesto que la plataforma utilizada en esas primarias presentaba “graves deficiencias” que posibilitaban a cualquier usuario del sistema el “acceso a datos personales del resto”. Puntualiza el perito que las deficiencias podrían haberse corregido o mitigado si se hubiera llevado a cabo una auditoría de seguridad previa “que ofreciera unas garantías mínimas”, como reclamó sin éxito en los comicios la candidatura de Bruzos. Entiende el experto que las elecciones se celebraron con “graves deficiencias” de la plataforma informática que “no pudo garantizar “la inalterabilidad de las votaciones” ni tampoco “la auditabilidad posterior” del proceso.

A la vista de ese informe “que inhabilita la elección de Villares” la cúpula de Podemos Galicia ofrece a Esquerda Unida, Anova y las mareas locales abrir un “diálogo” fuera de En Marea para “articular, de forma democrática y colectiva la Galicia que viene”. El partido morado propone organizar una “conferencia política” en la que se escenifique la ruptura del partido instrumental; una nueva etapa sin la presencia del magistrado en excedencia y el sector de afines que lo mantiene. En el comunicado enviado a sus inscritos Podemos resalta la “enorme gravedad de la situación generada por la coordinadora de En Marea”.

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Villares ha eludido pronunciarse por el momento pero en su entorno se interpreta la posición de Podemos Gallcia como una jugada “organizada desde Madrid” para hacerse con el espacio de En Marea y Marea Atlántica de cara a las municipales. “Es una maniobra de Pablo Iglesias, que no fue capaz de controlar En Marea, para quedarse con este espacio político”, afirman fuentes del sector oficialista que tildan de “ridículas” las quejas por la limpieza de las primarias. “Se trata de deshacer En Marea para quedarse con su espacio”.

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