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Bargalló deshace las políticas de Rigau e impone su sello en Educación

El titular del ramo promete financiar las guarderías a las que la exconsejera les quitó recursos públicos

Jessica Mouzo
Josep Bargalló, en una imagen de archivo.
Josep Bargalló, en una imagen de archivo.efe

El Departamento de Educación ha vuelto a manos de ERC después de varios años en manos de CiU y el lavado de cara de la consejería empieza a palparse. El titular del ramo, Josep Bargalló, ha empezado a imponer su impronta y no le ha temblado el pulso a la hora de deshacer las grandes medidas de una de sus antecesoras, Irene Rigau. Para empezar, el nombre del departamento, que ella denominó Enseñanza y que desde el viernes vuelve a ser Educación, como en la etapa del tripartito.

Los sucesivos gobiernos de Artur Mas dejaron un departamento con 1.200 millones de euros menos de presupuesto, plantillas recortadas y ratios de alumnos por aula disparados. Unas circunstancias que tampoco el ejecutivo de Carles Puigdemont, más pendiente de mantener el órdago independentista, pudo revertir. Bargalló ha querido limpiar la cara de su departamento e imprimir un sello más progresista en las políticas educativas. Esto implica, de facto, desmantelar los ajustes y medidas aplicados por Rigau.

Para empezar, Bargalló ha sido taxativo en uno de los temas más espinosos del sector: los conciertos educativos. El consejero anunció que no renovará los acuerdos con los centros que segregan por sexo (los últimos convenios se suscribieron durante la aplicación del artículo 155 de la Constitución) y revisará todos los demás para evitar cualquier tipo de segregación, también la económica (centros concertados que cobran elevadísimas cuotas que impiden el acceso a las familias con menos recursos). La postura del Departamento da una vuelta de tuerca al posicionamiento que había mantenido hasta ahora el Govern, que evitaba tocar los conciertos educativos que segregan por sexo. Rigau, de hecho, llegó a defender estos modelos porque “garantizan el éxito escolar”.

En este cambio de postura respecto a los conciertos, el director general de políticas educativas, Carles Martínez, también avanzó a EL PAÍS que pondrá en marcha un sistema de financiación equitativa, que no lineal, a los centros concertados. La realidad socioeconómica del entorno influirá en el volumen del concierto.

Pero Bargalló también ha decidido rescatar del ostracismo la financiación de las guarderías. Después de sucesivos recortes (más de un 50%), Rigau dejó a cero la partida para los parvularios municipales e incluso desvió 81,7 millones de euros entre 2012 y 2014 del presupuesto de las escuelas infantiles para centros concertados. El actual consejero ha vuelto a tomar las riendas de la financiación de la educación de 0 a 3 años y ha incorporado una partida para este concepto en los Presupuestos de 2019, unas cuentas que aún están pendientes de aprobar.

Otra medida que ha deshecho Bargalló es la celebración de exámenes de recuperación en septiembre para los alumnos de secundaria. La medida, suprimida desde que la LOGSE entró en vigor, volvió a las aulas en 2011 con la excusa, según Rigau, de combatir el fracaso escolar y aumentar el número de graduados en la etapa obligatoria.

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Siete años despúes, sin embargo, Bargalló ha devuelto a junio las pruebas de recuperación para los alumnos de secundaria. El consejero alegó que, tras evaluar los resultados de la evaluación en septiembre en los grupos más vulnerables, “no ha habido ningún avance significativo y no aportaban nada”.

El consejero también ha dicho que no renuncia a recuperar la sexta hora, uno de los mayores recortes ejecutados por Rigau.

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Sobre la firma

Jessica Mouzo
Jessica Mouzo es redactora de sanidad en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidade de Santiago de Compostela y Máster de Periodismo BCN-NY de la Universitat de Barcelona.

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