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El juicio al tercer acusado de asesinar a hachazos a un joven en Castellón arranca hoy a puerta cerrada

Solo tendrán acceso por cuestiones de seguridad los padres del procesado y los de la víctima

Familiares de la víctima, ante la Ciudad de la Justicia de Castellón en una imagen de archivo.
Familiares de la víctima, ante la Ciudad de la Justicia de Castellón en una imagen de archivo.ÀNGEL SÁNCHEZ

El juicio contra el acusado de la muerte a hachazos del joven de 24 años Maikel N. F. en Castellón el día de Reyes de 2017 arranca este viernes a puerta cerrada con la selección del jurado popular por razones de seguridad. Sí podrán entrar en la sala de vistas los padres del procesado y los de la víctima. Así lo ha acordado la Audiencia Provincial de Castellón, a petición del fiscal y la defensa del procesado, mayor de edad y para quien el ministerio público pide una pena de 22 años de cárcel.

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Se busca evitar los altercados e incidentes que ya se produjeron en el juicio a los otros dos menores que intervinieron en el crimen, condenados hace un año por estos hechos a penas de ocho y cinco años de internamiento por sendos delitos de asesinato y hurto, y a cinco y tres años de libertad vigilada cuando abandonen el centro. Ambos tenían 14 y 17 años en el momento de los hechos. Según el fiscal, el asesinato, cometido en la vivienda de los padres de uno de los menores, fue “planificado” para saldar una deuda por drogas.

La Audiencia Provincial argumenta que su decisión de celebrar las sesiones del juicio a puerta cerrada “tiene como fundamento evitar los graves incidentes sucedidos, tanto dentro de la sala de vistas como en las inmediaciones de la misma” durante el juicio ante el Juzgado de Menores de la capital de la Plana a los menores acusados por su participación “en los mismos hechos que son objeto del presente procedimiento del tribunal del jurado”. Se refiere a los altercados protagonizados “por algunos de los familiares de la víctima, que no supieron controlar las emociones derivadas de lo sucedido pese a las advertencias de que fueron objeto por parte de quien presidía la sesión”.

En la última jornada del juicio, decenas de personas próximas a Maikel N.F, el joven asesinado en enero de 2017, se concentraron en los pasillos y el acceso al Juzgado de Menores, llegando a golpear la puerta y lanzando insultos a los dos acusados. La Guardia Civil tuvo que intervenir y la sesión quedó suspendida durante una hora.

“Es por ello que, en previsión de que se repitan los incidentes, por más que parezca que se puedan prevenir mediante la ayuda de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, visto también que ninguna parte del proceso se ha opuesto de forma expresa a esta posibilidad, resulta procedente celebrar las sesiones del juicio a puerta cerrada”, indica. Añade no obstante que resulta procedente permitir la entrada “al padre y a la madre de la víctima y a los progenitores del acusado, por su indiscutible especial interés en la causa”.

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Según la calificación del fiscal, el asesinato, cometido en la vivienda de los padres de uno de los menores, fue “planificado” para saldar una deuda que mantenía uno de los adolescentes por un asunto de drogas con Maikel, y que este venía reclamando desde tiempo atrás. La víctima recibió 12 golpes con un hacha, “heridas causadas todas ellas en vida” y que le produjeron la muerte tras “dos o tres minutos de dolorosa agonía”, apunta el fiscal.

Tras el crimen el acusado, “movido por el ánimo de beneficiarse a costa de los bienes ajenos” y junto a los dos menores, registró el cadáver. Robaron a la víctima sus pertenencias y se las repartieron junto a las pequeñas piezas de hachís, alguna joya y 60 euros que portaba. La cuantía no superaba los 400 euros. Luego enterraron el cuerpo en un huerto de naranjos en el Camí d’En Riera, a las afueras de la capital de La Plana y próximo a la casa donde ocurrieron los hechos. Allí se localizó el cadáver una semana después, tras un amplio dispositivo de búsqueda puesto en marcha por parte de la familia y el entorno más próximo a la víctima.

El fiscal pide para el acusado una pena de 22 años de cárcel y el pago de 620.000 euros de indemnización para la pareja sentimental de la víctima, sus dos hijos, sus padres y sus cinco hermanos.

El juicio continuará durante otras tres sesiones, el 26, 27 y 28 de noviembre.

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