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Raphael: “Estamos todos mejor juntos que separados”

El cantante, que lleva más de medio siglo sobre los escenarios, actúa este viernes en el Palau Sant Jordi de Barcelona

El cantante Raphael, en un foto de archivo.
El cantante Raphael, en un foto de archivo.Bernardo Pérez

El Palau Sant Jordi recibe hoy una nueva visita de Raphael (Linares, 1943). Para ese concierto el polideportivo olímpico se ha reacondicionado como anfiteatro con una capacidad para 6.300 personas (al mediodía de ayer jueves se habían vendido ya 5.700 entradas).

Pregunta. Un año más en Barcelona.

Respuesta. ¡Y ya van 57!

P. ¿Alguna novedad?

R. Te parece poca novedad. Es maravilloso tener la fuerza y la ilusión que tengo y llevar 57 años.

P. ¿Habrá sorpresas?

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R. Raphael es una pura sorpresa desde que sale. Solamente cómo estoy de voz ya es una sorpresa. La gente de pronto me ve salir, empiezo a cantar y suena esto.

P. ¿Cómo consigue mantener esta voz a lo largo de las décadas?

R. Esto va en la constitución de cada persona, pero me he cuidado mucho y juego con ventaja: ¡me han puesto un motor nuevo!

P. En 2003 le trasplantaron el hígado, pero eso no afecta a las cuerdas vocales.

R. Algo tendrá que ver. La fuerza del organismo tiene mucho que ver con la voz.

P. Dentro de poco será Navidad y comenzará a sonar El Pequeño Tamborilero...

R. Es que marca la Navidad desde hace siglos.

P. ¿Qué siente al volverlo a oír en unos grandes almacenes?

R. Ternura. Es emocionante sonar en los grandes almacenes cuando llegan estas fechas. Cuando yo era pequeño se escuchaba a Frank Sinatra o algún flamenco que cantaba villancicos, pero esto del pom, pom, pom... es histórico.

P. ¿Cómo lleva el convertirse en un símbolo de la Navidad?

No es incompatible ser de Linares y bailar una sardana, porque se bailarla”

R. No sé si símbolo, pero si no sonase esa canción la gente pensaría que faltaba algo. Son muchos años. Lo gracioso es que los listos, o que se hacen los listos, de la discográfica no me la dejaban grabar porque esa Navidad ellos mismo sacaban la versión de Sinatra. Yo no tenía ni idea, la cogí de unos coros alemanes, y les dije, tenía 15 años, ¿qué tengo que ver yo con ese señor? A regañadientes me la dejaron hacer y mira...

P. ¿Prefiere una nueva canción o esas viejas melodías?

R. La primera canción debe ser siempre nueva, tanto para mí como para la gente. Como una tarjeta de presentación: cuidado que no van a oír lo mismo. Es necesario poner las cosas claras desde el principio pero luego ya saben que les voy a cantar las canciones que ellos quieren.

P. ¿El público las pide o usted quiere cantarlas?

R. Las canto por porque sé que es lo que les gusta.

P. El pasado año, en su último Sant Jordi, se vivía en Barcelona un ambiente sumamente cargado política y socialmente. ¿Cómo ve la situación actual?

He sido un hombre de suerte. Nadie ha osado quitarme el sitio a empujones”

R. Mis viajes a Barcelona siempre son maravillosos. La ciudad me ha recibido desde que tenía 14 años y siempre de maravilla. En mi caso concreto no ha cambiado nada y, a estas alturas del partido, no creo que cambie nada. En el aspecto general, creo que las aguas volverán a su cauce de una manera u otra. Creo que estamos todos mejor juntos que separados, porque sería bastante extraño que en un mundo tan globalizado fuéramos ahora a hacernos pequeñitos. No tendría sentido, pero yo no entiendo nada de esto, la verdad, vaya por delante por si digo alguna tontería, pero yo prefiero que estemos juntos.

P. Dyango dijo que no era incompatible cantar Suspiros de España y ser independentista.

R. No pasa nada. Soy andaluz de Linares y voy a Nueva York y cantó New York, New York. Tampoco hay incompatibilidad en que yo baile una sardana, porque sé bailarla, me enseñaron. O que un catalán pueda bailar, si tiene gracia, una sevillana, ¿por qué no?

P. En estos últimos tiempos todo el ambiente cultural, político, social,... vive en una nebulosa enrarecida, demandas de acoso, abusos, calumnias, plagios,...

R. Disparan a los políticos y a todo el que exprese su opinión. Se ha de mirar con cautela, tener la suficiente paciencia para dejar que las cosas pasen y vuelvan a su cauce. Personalmente no he vivido estas situaciones. He sido un hombre de suerte. Nadie ha osado quitarme el sitio a empujones. Lo han intentado legalmente, aportando cosas mejores que las mías, pero el público siempre se quedó con las mías.

P. Se ha dicho que hay dos Raphael, el del escenario y el de su vida personal.

R. ¡No! Soy exactamente igual dentro y fuera del escenario.

P. ¿Le gusta Raphael sobre un escenario?

R. Algunas cosas más que otras. En lo negativo, a veces se alarga demasiado, es un defecto que tiene. En lo positivo, su pasión por el escenario. Los que vengáis al Sant Jordi os vais a sentir orgullosos.

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