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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Ante el cambio demográfico, una vejez con dignidad

Un programa municipal permite planificar sabiendo las personas mayores que viven en cada manzana de la ciudad, su nivel de autonomía y los servicios con los que cuentan

Un señor mayor descansa en un banco en la calle, en Barcelona.
Un señor mayor descansa en un banco en la calle, en Barcelona.M. A.

La estrategia sobre cambio demográfico y envejecimiento: una ciudad para todos los ciclos de vida 2018-2030, que hemos impulsado desde el Ayuntamiento de Barcelona, es una mirada global ante el reto demográfico. Actualmente, 55.000 personas mayores de 75 años viven solas en la ciudad, seis más se incorporan cada día al Servicio de Atención Domiciliaria y otras 13 al de teleasistencia, el 72% de las cuales son mujeres.

Avanzamos hacia una ciudad con varios tipos de envejecimiento, donde gana peso una nueva generación de gente mayor activa mientras crece la cifra de personas de elevada edad con necesidades específicas de apoyo. En muchas ocasiones, además, carecen de vínculos sociales y familiares. Somos los Ayuntamientos los que, desde la proximidad, afrontamos el problema y vemos necesidad de innovar y adaptarnos a los cambios, siempre con el objetivo de poner a las personas en el centro de nuestras políticas. Barcelona es hoy líder en inversión social y en políticas de innovación, como el impulso de comunidades inclusivas que se articulen en clave de equidad generacional y sostenibilidad social.

Para mejorar la atención, hemos desarrollado un programa que elabora mapas que nos permiten, por primera vez, planificar sabiendo las personas mayores que viven en cada manzana de la ciudad, su nivel de autonomía y los servicios con los que cuentan.

La estrategia plantea 77 acciones hasta 2030 bajo cuatro ejes: el derecho a vivir en la ciudad a lo largo de la vida, la convivencia intergeneracional, el envejecimiento activo y la planificación del cambio demográfico. Muchas de ellas innovadoras, como las supermanzanas sociales y el transporte a demanda, pero fortaleciendo y ampliando muchos servicios como los Radars, que buscan paliar los efectos negativos de la soledad no querida, contando con la complicidad del entorno y convirtiendo el barrio en una familia; el Baixem al Carrer, los programas de formación a lo largo de la vida, las ayudas a la adaptación y accesibilidad del hogar y las nuevas promociones de viviendas con servicios por gente mayor que llegarán a 1.433 el 2019.

Hoy Barcelona cuenta con más de 60 servicios de atención a personas mayores, a los que se destinan 138 millones de euros, con un incremento del 60% del presupuesto en tres años.

A pesar de todo este esfuerzo, aún no es suficiente. Si no queremos que la edad sea un factor de exclusión e inequidad, hace falta que los gobiernos del Estado y la Generalitat pongan la autonomía personal y el cuidado de las personas en el centro de sus políticas. Este país continúa estando a la cola y en deuda con una generación que se ha ganado el derecho a vivir la vejez con dignidad.

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 Laia Ortiz es teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona.

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