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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Más vivienda asequible en Barcelona

Necesitamos empresarios comprometidos con el bien común, y que la Generalitat y el Gobierno pongan recursos

Barcelona sufre una nueva burbuja de precios en la vivienda tanto de alquiler como de compra. Los precios han subido de forma sostenida en los últimos años en toda el área metropolitana por diversas causas: un marco legal y de incentivos fiscales perverso o la vivienda entendida cada vez más como un bien de inversión. Una tormenta perfecta que está provocando la expulsión del vecindario de sus barrios.

La gravedad del problema provocó que el pasado mes de febrero, todos los grupos municipales del Ayuntamiento de Barcelona, excepto el PP, votaran a favor de una propuesta para aumentar la vivienda asequible en Barcelona. Una iniciativa presentada por cinco entidades ciudadanas: la PAH Barcelona, el Sindicato de Inquilinos, la FAVB, la ABTS y el Observatorio DESC.

Esta medida, que se aprobó inicialmente el pasado 18 de junio, comporta un cambio en la normativa urbanística que permitirá incrementar el parque público de vivienda en todos los distritos y regular el mercado inmobiliario exigiendo a los promotores privados que se corresponsabilicen.

La medida plantea la obligatoriedad de que las promociones de viviendas con más de 600 metros cuadrados de techo, ya sean de reforma o de nueva creación, destinen un 30% de su superficie a vivienda asequible. Una propuesta que desarrolla lo previsto en la Ley de Urbanismo y en la Ley de Vivienda y que se inspira experiencias anteriores de ciudades como París o Nueva York.

Con este mecanismo esperamos hacer crecer el parque de vivienda asequible en unas 350 nuevas viviendas asequibles cada año. De las 16.000 viviendas que se construyen de media en Barcelona cada diez años, 3.200 serían viviendas asequibles. Además, queremos garantizar una distribución territorial equilibrada del parque de viviendas protegidas para evitar que se concentren en determinados barrios periféricos.

Con esta medida todo el mundo gana. Para las familias supone ver ampliado el parque de vivienda asequible, y, por lo tanto, una mejora de sus opciones para acceder a ellas. Para el sector de la construcción de Barcelona supone una protección con respecto a los fondos especuladores y oportunistas sin escrúpulos. La expectativa de negocio continúa, pero para construir, no para especular.

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Desde Barcelona estamos impulsando cambios en las reglas del juego del urbanismo y emprendiendo políticas de vivienda pioneras. Sin embargo, la magnitud del problema al que nos enfrentamos requiere de todos los apoyos y complicidades: vecindario, entidades, sociedad civil, partidos políticos, administraciones.

Necesitamos empresarios comprometidos con el bien común, necesitamos unos Gobiernos de la Generalitat y del Estado fuertes que pongan sus recursos económicos y normativos al servicio de la creación de vivienda pública. Se trata de una responsabilidad compartida en la que hay mucho en juego. Barcelona ya se ha comprometido.

Janet Sanz, Teniente de alcalde de Ecología, Urbanismo y Movilidad del Ayuntamiento de Barcelona.

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