_
_
_
_
_

La orquesta ‘lejana’ y el Mozart cercano

Gran concierto del barroco al clasicismo de la Orquesta Sinfónica de Galicia

Tras sus conciertos con música del siglo XX la semana pasada, el programa que la Orquesta Sinfónica de Galicia ha interpretado en Vigo y A Coruña dirigida por su titular, Dima Slobodeniouk, ha supuesto un viaje a las más puras esencias del barroco y el clasicismo. En sus atriles, tres conciertos para violín y orquesta de Johann Sebastian Bach: el nº 1 en la menor, BWV 104; el nº 2 en mi mayor, BWV 1042; una “rareza” como el Concierto en sol menor, BWV 1056 r, y la Sinfonía nº 36 en do mayor, KV 425, “Linz”de Mozart.

Y esencia fue, incluso visual, todo el concierto. Los efectivos justos para los conciertos de Bach, veinticuatro instrumentos de cuerda y el clave, apenas ocuparon un tercio de la superficie del escenario. Pero la música de Alexandra Soumm, Slobodeniouk y la Sinfónica llenaron el difícil espacio acústico del Palacio de la Ópera con el espíritu del Cantor de Santo Tomás.

A algún viejo guitarrista pudo recordar la frase de Andrés Segovia sobre el sonido de la guitarra, instrumento del que el maestro de Linares decía “no suena floja sino lejana”. Es difícil hacer llegar hasta el último rincón del Palacio de la Ópera sonidos de la sutileza requerida por el titular de la Sinfónica en su acompañamiento al violín de Soumm. Pero fue tal la emoción que surgió de la música y fue tal la consiguiente atención del púbico que no se perdió ni una sola nota de los tres breves conciertos para violín programados.

Estos fueron en manos de Alexandra Soumm un auténtico derroche de técnica, sensibilidad y rigor interpretativo. Las ricas ornamentaciones de su cosecha, absolutamente ortodoxas. El acompañamiento de Slobodeniouk y la Orquesta Sinfónica de Galicia fue otra demostración más de la ductilidad enorme de este conjunto para adaptarse a cualquier estilo y exigencia que se le ponga por delante.

Ambos, solista y director, pertenecen a esa generación de intérpretes que han integrado las técnicas de interpretación “históricamente informada” con toda naturalidad: es decir, sin complejos pero también sin las exageraciones rigoristas que tanto se prodigaron -y aún se prodigan, dicho sea de paso- en décadas pasadas. En conjunto, una cabal demostración de cómo una orquesta con instrumentos modernos puede afrontar con éxito y naturalidad la interpretación de época.

Como regalo al público, Alexandra Soumm ofreció la interpretación del Largo ma non tanto -movimiento central del Concierto para dos violines en re menor, BWV 1043 de Bach- junto al concertino de la Sinfónica, Massimo Spadano, El diálogo de ambos solistas fue una auténtica gema engastada en la transparencia del acompañamiento de la OSG y Slobodeniouk. La versión llevó a mayor altura si cabe el entusiasmo del público bien ganado con los tres conciertos programados.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Tras el descanso fue difícil lograr del público el silencio necesario para afinar con cierta comodidad, tal vez por los efectos euforizantes del tentempié ofrecido en la pausa por una cadena de supermercados. Pero compensó. Una vez logrado, llegó Mozart; ese árbol frondoso que en A Coruña rebrota inevitablemente todas las temporadas como en una incesante primavera. Aunque a muchos nos traiga toda una floración de añoranzas sinfónicas y operísticas.

La Linz brilló en todo su esplendor sonoro: la viva elegancia del Allegro spiritoso tras la solemnidad de su introducción, tan haydniana como rara en él; la sutileza de discurso y redondez de sonido -pese a estar este adaptado a los efectivos encontrados en la ciudad austriaca de vuelta a Viena su viaje de reconciliación familiar- revitalizaron hermosos recuerdos haciéndolos vivo y brillante presente.

Luego, la orquesta gallega hizo patente el contraste entre un Minueto -algo pomposo y grandiosamente cortesano para adaptarse a los gustos del cliente- con su Trio de sencillez casi campesina. Y, para acabar, ese Presto cuyo crescendo inicial en manos de Slobodeniouk pareció surgir de la nada, antes del espléndido y dinámico desarrollo y de su brillante final logrados.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_