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Santa Eulalia, de tejidos de lana en la Boqueria al lujo del paseo de Gràcia

La tienda de ropa celebra este año su 175 aniversario

Mar Rocabert Maltas
La tienda de ropa Santa Eulalia, en el paseo de Gracia.
La tienda de ropa Santa Eulalia, en el paseo de Gracia. CONSUELO BAUTISTA

Cuando Josep Taberner bajó desde Guils de Cerdanya hasta Barcelona para abrir una tienda de tejidos de lana en la entonces céntrica calle Boqueria, en 1843, nada podía imaginar del destino lujoso de aquella humilde apertura. Después de 175 años, esa pequeña tienda es ahora el comercio de lujo Santa Eulalia, situado en el paseo de Gràcia, 93, en un local de alquiler, propiedad de Amancio Ortega. Además de ropa prêt-à-porter de marcas internacionales de lujo, mantienen el taller de sastrería para hombres, de los pocos que quedan y el más grande de España, según su propietario, Luis Sans, quien gestiona el negocio junto a su mujer, Sandra Domínguez.

La historia de Santa Eulalia es sobre todo de éxito, por algo cumple este año el 175 aniversario con una gran tienda en el céntrico lujoso paseo de Gràcia, que cuenta con 70 empleados. El comercio fue renovándose y ampliándose con los años, pasó de vender tejidos de lana a las primeras prendas confeccionadas y sobre todo se distinguió por vestir a medida, que era lo habitual de la época. En 1859, la tienda se trasladó al Pla de la Boqueria en un edificio de varias plantas que pasó a llamarse Almacenes Santa Eulalia, en honor de la santa que allí fue martirizada por los romanos. De la construcción del edificio se encargó el arquitecto Pere Falqués, conocido por ser el autor de las farolas modernistas del paseo de Gràcia.

Interior de la tienda de lujo Santa Eulalia.
Interior de la tienda de lujo Santa Eulalia.CONSUELO BAUTISTA

La familia Sans entró en el negocio en 1908, cuando el entonces propietario, Domingo Taberner, hijo del fundador, un hombre que había prosperado con diferentes negocios, buscó a alguien del sector que le llevara los almacenes. Este fue Lorenzo Sans Vidal, originario de Sant Feliu de Llobregat, abuelo el actual propietario, que ya tenía una tienda de ropa de mujer en la misma calle de la Boqueria. Al fallecer Taberner dos años después, compró todo el negocio a la viuda. De modo que en 1910, Santa Eulalia ya pasó a ser de la familia Sans. La tienda fue creciendo y los años veinte fueron de esplendor. Santa Eulalia organizó el primer desfile de moda en 1926.

La prosperidad llevó a reformar la tienda en 1934, con un interiorismo estilo Bauhaus. “Nadie podía imaginarse que dos años después empezaría la guerra”, remarca Luis Sans, que explica que luego vino la peor etapa. “La tienda fue colectivizada” durante la Guerra Civil, y le profanaron el nombre llamándola Santeulalia, para borrar cualquier rastro religioso. “Los antiguos propietarios de empresas fueron perseguidos y asesinados, mi abuelo estuvo escondido”, explica Sans. Aun así, no se desvinculó del todo de la tienda, porque el presidente del comité de empresa iba a verle para pedirle consejos sobre cómo gestionar los almacenes, que en esa época confeccionaron uniformes militares para oficiales de la República, porque la demanda de ropa a medida cayó en picado.

Santa Eulalia mantiene el taller de sastreria.
Santa Eulalia mantiene el taller de sastreria.CONSUELO BAUTISTA
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Lo que salvó Santa Eulalia, según relata Sans, fue que su abuelo recomendó al entonces encargado que comprara todos los tejidos que pudiera, porque cuando acabara la guerra habría escasez de todo. Y así fue. Finalizado ese período de devastación, delante de la incipiente demanda de tejidos en todas partes, Santa Eulalia se valió del material acumulado para remontar el negocio. Entonces fue el traslado al paseo de Gràcia, donde vivía mucha de su clientela. En 1941 abrieron la primera tienda de mujer en el céntrico paseo, y en 1944 se inauguró una tienda de hombre en el paseo de Gràcia, 93, dónde está actualmente.

En esta tienda se hacía a medida todo lo que la burguesía del momento demandaba, ya fuera ropa para vestir en fiestas o para hacer deporte. Trajes y corbatas de lana gruesa servían para practicar esquí, e incluso se vendía el material para deslizarse por la nieve, así como para hacer equitación o golf. “Entonces no había tiendas de deporte, los clientes que jugaban a tenis o esquiaban se hacían la ropa a medida”, apunta Sans. También la ropa náutica, y hasta llegaron a venderse barcos.

Sandra Domínguez y Luis Sans, dueños de Santa Eulalia.
Sandra Domínguez y Luis Sans, dueños de Santa Eulalia.CONSUELO BAUTISTA

En 1995, cuando Luis Sans tomó las riendas del establecimiento, se concentró la oferta de mujer y hombre en el número 93 del paseo de Gràcia y se dejó de hacer alta costura para apostar por el prêt-à-porter de lujo. “Ya no tenía interés, la alta costura es el reflejo de una época”, justifica. La tienda se transformó completamente recuperando mobiliario y carteles antiguos que se habían conservado, un trabajo del prestigioso interiorista neoyorquino William Sofield. Este año se celebra allí el 175 aniversario, y uno de los actos más destacados será una performance en la calle del artista Antoni Miralda el 7 de abril, que empezará en el Pla de la Boqueria para terminar en el enclave actual. Arte y moda se darán la mano para acercar, por un día, Santa Eulalia a todos los barceloneses.

 

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Sobre la firma

Mar Rocabert Maltas
Es periodista de tendencias y cultura en la redacción de Cataluña y se encarga de la edición digital del Quadern. Antes de llegar a EL PAÍS, trabajó en la Agència Catalana de Notícies. Vive en Barcelona y es licenciada en Periodismo por la Universitat Pompeu Fabra.

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