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Forcadell mantiene la presidencia del Parlament de forma simbólica

Por aplicación del artículo 155, no tendrá ninguna atribución al no poder realizar funciones de control del Govern

El hemiciclo tras el pleno celebrado en el Parlament el viernes.Vídeo: QUIQUE GARCÍA (EFE)
Àngels Piñol

Carme Forcadell mantendrá de forma simbólica el cargo de presidenta del Parlament hasta las elecciones del 21 de diciembre convocadas en Cataluña por Mariano Rajoy. La Ley Electoral General establece que en el periodo entre elecciones se constituye la Diputación Permanente pero, en este caso y por aplicación del artículo 155, no tendrá ninguna atribución al no poder realizar funciones de control del Govern, ya destituido. La Diputación la conformarán 22 diputados.

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Todos los diputados del Parlament mantendrán el salario hasta la constitución del nuevo hemiciclo que surja de las elecciones aunque han perdido el acta. El artículo 24 del reglamento de la Cámara establece que solo la conservarán los 22 que integran la Diputación Permanente, el órgano que rige la Cámara en el periodo entre comicios. Los 22 diputados están elegidos de forma proporcional a los escaños de su grupo parlamentario. Además de Forcadell, en esa diputación figuran el vicepresidente de la Mesa, José María Espejo-Saavedra (Ciudadanos) y la secretaria Anna Simó (Junts pel Sí). Los 19 diputados restantes se distribuyen de la siguiente forma: Junts pel Sí tendrá ocho; Ciudadanos y PSC, tres; Catalunya sí que es Pot y el PP, dos cada uno y la CUP un único diputado.

La Diputación Permanente, de acuerdo con los artículos 74 y 75 del reglamento, puede establecer funciones de control del Ejecutivo pero ahora quedan sin efecto al estar los consejeros destituidos de sus funciones y, por lo tanto, no tiene nada que controlar. En situaciones de normalidad, podría acordar la comparecencia de consejeros como ocurrió en 2011 por el caso de la crisis por los recortes en la Renta Mínima Garantizada en el primer mandato de Artur Mas. El Boletín Oficial del Estado establece expresamente que no pueden crear comisiones de investigación, pero esa medida decae desde el momento en que Rajoy ha convocado elecciones.

Adhesiones

El objetivo de los partidos independentistas es intentar transmitir normalidad y, de hecho, según Nació Digital, Forcadell ha convocado una reunión de la Mesa. Es más que probable que no acudan ni David Sánchez (PSC) ni Espejo-Saavedra (Ciudadanos) que asumen la convocatoria electoral. Los miembros de la Mesa —cinco sobre siete son soberanistas— acumulan cada uno de ellos dos querellas. Forcadell suma tres.

El independentismo intentó enfriar este sábado la situación a la espera de nuevas movilizaciones. Pero algunos diputados, como el caso de Germà Bel, quisieron constatar en público su fidelidad a Carles Puigdemont. “Oído Carles. Sigo siendo diputado del Parlament”, afirmó tras el discurso oficial del presidente destituido por Rajoy. “Buenos días, República! El BOE que diga misa: el president de la república catalana es KRLS”, dijo en alusión a la forma en que se identifica en las redes sociales a Puigdemont. Albano Dante Fachin, líder de Podem, admitió que le cuesta “muchísimo” considerar que la convocatoria electoral de Rajoy sea “normal” cuando esa facultad, por ley, le corresponde al presidente de la Generalitat. “Si no hay una estrategia conjunta, sería una traición al 1 de octubre”, dijo en alusión al referéndum considerado ilegal por el Tribunal Constitucional. Por contra, el presidente del grupo, Lluís Rabell, vertió la opinión contraria: “Al final, todo el mundo —o casi— participará en la convocatoria. ¡Qué diferencia de hacerlo con la Generalitat intervenida! Apuesta aventurera”.

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La gran duda es si la Fiscalía impulsará acciones penales contra los diputados que participaron en la votación secreta y con urna, que se contempla en el reglamento del Parlament, para votar la resolución de la proclamación de la república catalana. No es fácil que esas acciones penales prosperen porque cuatro de los 11 diputados de Catalunya sí que es Pot —Martínez Castells, Fachin, Nuet y Joan Giner— no señalaron el sentido de su voto a diferencia de sus compañeros. Una querella tiene que establecer el autor y su delito correspondiente y no está claro quién votó en contra de la secesión porque hubo menos síes que los que conforman la mayoría (se registraron 70 cuando son 72 diputados). “Fue un gesto solidario y antirrepresivo pese a no estar de acuerdo con la propuesta de votación”, señaló Giner.

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