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“No llegamos a tiempo y hay que poner voz a su silencio”

El mayor de los Mossos d'Esquadra agradece la medalla de honor del Parlament por su labor tras los atentados

Àngels Piñol
Carme Forcadell, presidenta del Parlament, junto al mayor Trapero y el resto de representantes de los cuerpos galardonados.
Carme Forcadell, presidenta del Parlament, junto al mayor Trapero y el resto de representantes de los cuerpos galardonados.Alberto Estévez (EFE)

El mayor de los Mossos, Josep Lluís Trapero, fue el primero en recibir ayer, de manos de la presidenta Carme Forcadell, la medalla de honor del Parlament. Los cientos de personas que estaban en el auditorio de la Cámara le rindieron una ovación en pie. Trapero agradeció el gesto y brindó la distinción hacia los mossos que estaban también en el patio de butacas. La escena se repitió nueve veces más con todos los representantes de los diferentes cuerpos policiales y de emergencias que recibieron un homenaje por su labor durante los atentados de Barcelona y Cambrils que segaron la vida a 16 personas y dejó heridas a 130 personas, siete de ellas ingresadas aún.

Además de los Mossos y la Guardia Urbana de Barcelona, el Parlament brindó la condecoración a la Policía Municipal de Cambrils y a estos servicios de emergencias: Protección Civil; Sistema de Emergencias Médicas; Centro de Urgencias y Emergencias Sociales de Barcelona; Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Cataluña; Bomberos de Barcelona, Bomberos de la Generalitat y Cruz Roja.

En un acto emotivo, Trapero, que habló en nombre de todos los homenajeados, afirmó que, pese al profundo agradecimiento, no hubieran querido nunca recibir un reconocimiento de ese tipo porque llega tras el dolor y el drama. Tras citar una por una y por sus nombres de pila a las 16 víctimas mortales —especialmente al pequeño Xavier, de tres años— el mayor halagó la generosidad de la sociedad catalana por mirar con complicidad a quienes visten uniformes “azules, blancos, rojos y verdes. Lo habíamos visto en otras sociedades más maduras, pero no era una foto nuestra”, señalo. Trapero mostró su “orgullo” por dirigir “a esta policía del pueblo” pero quiso huir de la autocomplacencia: “El día 17 se llevó 16 vidas, 16 personas, 16 proyectos y 16 sueños. Tenemos la responsabilidad como sociedad de poner voz a sus silencios, no olvidar que no estuvimos a tiempo y de mejorar, trabajando desde el rigor, humildad y exigencia. También desde la defensa de nuestra profesionalidad, la bondad de nuestras acciones y la honestidad de nuestros hombres y mujeres".

El acto se inició con la lectura de un texto de la periodista Lara Bonilla que calificó a los servidores públicos de “héroes” de la Rambla y de Cambrils personalizando varios casos como el de una urbana que atendió a un niño de cinco años que se rompió el fémur o como Alex asistió en Cambrils a varios de los heridos. Forcadell recalcó que en un momento de “gravedad extrema” los servidores demostraron “su valor, profesionalidad y compromiso público. Y en esas horas críticas nos reconfortó darnos cuenta que contamos con vosotros”. El president Puigdemont expresó su deseo de que no vuelva a suceder nunca más un atentado como los del día 17 —“Ni aquí ni en ningún otro lugar”— y remachó: “Cada día que no reculemos ni un milímetro contra violencia, terror y guerras, ganaremos”.

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