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Un festival alternativo organizado por ‘millennials’

El LPS reúne este fin de semana en Cercedilla grupos internacionales que van del 'ska' al 'punk'

Los asistentes a la primera edición del festival LPS en el verano de 2016.
Los asistentes a la primera edición del festival LPS en el verano de 2016.G. T. Cabanyes/LPS

Organizarse para conseguir una alternativa de ocio con la que sentirse cómodos. Esto es lo que ha conseguido el grupo de 50 jóvenes que organiza el festival gratuito LPS este fin de semana en la plaza de toros de Cercedilla. Tras el éxito de la primera edición del verano pasado, estos chavales van a seguir poniendo ritmo a las noches del municipio. Buscar presupuesto desde cero, negociar con empresarios que no confían en la poca experiencia de unos organizadores jóvenes o traer artistas internacionales hasta la sierra de Madrid ya es prueba superada. Estos chicos, muchos de ellos músicos que no superan los 30 años, han demostrado que pueden conseguir cualquier cosa si se lo proponen "pero siempre con el apoyo de otros". Así este evento trae dos días plagados de música ska, folk, balkan y punk (sábado 22 y domingo 23 de julio). El año pasado asistieron más de 1.100 personas. En esta edición esperan ser aún más.

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"Nos hemos tirado meses juntos ideando el festival y lo entendemos como una forma de cambiar el mundo. La oferta de ocio es muy limitada en todas partes y el LPS (cuyas siglas responden a Libre Pensadores de la Sierra) demuestra que hay alternativas, si las buscas", explica José Barrios, de 28 años. Barrios cuenta que durante las giras con la banda Spin Te Kú por Holanda y Bélgica conocieron festivales pequeños y bien cuidados, que dedican especial esmero a la decoración y que invitan artistas poco conocidos pero de calidad. "Bebiendo de esta corriente empezamos a cuajar la idea de nuestro festival. En Cercedilla ya tenemos un entorno natural bonito y lo hemos engarzado con la música. En medio de esta atmósfera se crea un ambiente con más trasfondo", explica.

Una de las grandes trabas que han encontrado estos chicos ha sido la negociación con los proveedores. "Al ser un evento muy nuevo y con unos organizadores jóvenes ha costado negociar con los proveedores para que nos diera la posibilidad de pagar después del evento. Ha sido difícil que las empresas crean en nosotros", cuenta Barrios.

El Ayuntamiento, que financió el 100% de la primera edición, esta vez les ha cedido el espacio y proporciona la seguridad del evento, pero estos chavales han tenido que salir a buscar el presupuesto de 8.000 euros. Un 25% lo han conseguido a través de un crowfunding, pero no han querido apoyarse solo en esta vía. "El reto era financiarlo con otros medios para alcanzar la madurez como asociación y cohesionarnos", cuenta este joven músico. Para ello han organizado muchas actividades: conciertos, mercadillos de artesanía, espectáculos con las que han sacado 4.000 euros. El resto esperan alcanzarlo con la de venta de bebidas y merchandising durante el festival. Los beneficios que obtengan los donarán a alguna asociación que aún han elegido. El año pasado fue para la Escuela de Música del municipio.

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La madera de pino es la protagonista en la decoración del festival, un elemento que recoge la esencia de la sierra de Madrid. Además, todo lo que sucede en el LPS tiene un hilo argumental que une las actuaciones "como si fuera una obra de teatro de muchas horas". Así se darán paso a los conciertos de los británicos Buffo´s Wake con una combinación de gypsy-punk, balkan-cabaret y horror-folk, a los mexicanos The Kamer con su particular fusión de rock y balkan, y a grupos nacionales como los gallegos Ulträqänss con un contundente cóctel acelerado de rock, punk y folk  y a Skalone, una madrileña banda de ska-jazz. Los DJ amenizarán la fiesta hasta bien entrada la madrugada.

El domingo, con un formato más relajado y alegre, parte un desfile desde la plaza mayor de Cercedilla hacia el parque histórico de Pradoluengo. Allí sonarán los acordes de los madrileños Alpargata, con su fusión de música latina con el jazz y Tongo, grupo emergente que mostró su potente directo en la pradera de San Isidro este año. 

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