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La plaga de la mosca negra preocupa a los municipios del Sureste

Los afectados exigen a la Comunidad más inversión para acabar con los insectos

 El río Jarama a su paso por Rivas-Vaciamadrid, donde prolifera la mosca negra.
El río Jarama a su paso por Rivas-Vaciamadrid, donde prolifera la mosca negra. Carlos Rosillo

Un verano más y la plaga de la mosca negra sigue teniendo en jaque a ocho municipios del sureste de Madrid. El martes, representantes de las localidades afectadas volvieron a quejarse por la inacción de la Confederación Hidrográfica del Tajo y la Comunidad. Les exigen que realicen una inversión que acabe de una vez con el insecto. Los Ayuntamientos aseguran que no cuentan con recursos ni competencias. La Consejería de Medio Ambiente explica que las competencias de plagas son municipales y que en la ribera de los ríos solo puede actuar la Confederación, pero que aún así realiza labores preventivas.

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Las ocho localidades que colindan con los 58 kilómetros de cauce de los ríos Jarama y Henares son las que más sufren a los simúlidos: Mejorada del Campo, Torrejón, Rivas, Arganda, Velilla de San Antonio, San Fernando, Alcalá de Henares y Coslada. No existen estadísticas, pero algunos municipios reconocen que la incidencia es menor que en años anteriores. En Torrejón, donde el pasado verano se atendió a 1.800 personas, las quejas han descendido a la mitad. Pero de momento no existe una solución común. “Las acciones individuales de cada municipio no valen de nada porque los mosquitos no entienden de fronteras. Es necesaria una operación conjunta”, insistió el martes Jorge Canto, concejal de Salud Pública en Arganda.

Ese día, los municipios afectados ofrecieron una rueda de prensa conjunta en San Fernando para quejarse de la inacción de la Administración. La alcaldesa de San Fernando, Catalina Rodríguez, leyó una misiva en la que piden más inversión a la Comunidad y a la Confederación Hidrográfica del Tajo para atajar un problema que llevan padeciendo cinco años. Es la segunda ocasión en la que ponen de relevancia sus quejas. El verano pasado ya lo hicieron en Arganda. Los insectos que tantos quebraderos de cabeza les están dando apenas miden seis milímetros, aparecen entre mayo y octubre, y rasgan la piel dejando una pequeña inflamación rojiza y sangrante que causa bastantes molestias.

Controlar la larva

Un portavoz de la Consejería de Medio Ambiente explica que la competencia sobre plagas es municipal, pero que aún así están realizando labores preventivas en el río Henares. Entre ellas, el desbroce de vegetación en los puntos donde está más localizada la mosca negra. Para ello han necesitado un permiso de la Confederación, que es el organismo que alberga las competencias de los ríos. Los municipios piden controlar el proceso larvario de los insectos, una operación que ya realiza Torrejón gracias a un barco anfibio, pero los costes para las arcas municipales alcanzan los 200.000 euros.

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“Desde lo municipal tenemos que decir basta a ese saco competencial que nos delegan sin acompañar de dotación presupuestaria”, se queja Alberto Egido, concejal de Medio Ambiente en Alcalá, donde el problema ha remitido casi por completo. En opinión de Egido, la Confederación y la Comunidad deben sentarse a hablar para que los municipios no tengan que “asumir tareas impropias”. La alcaldesa de San Fernando señala que el verano pasado los municipios afectados se reunieron con el Gobierno regional, que les iba a poner en contacto con la Confederación, pero que ese encuentro no se ha producido aún. Este periódico no ha podido contactar con dicho organismo. Tampoco, incide Rodríguez, ha respondido a los escritos que han presentado los municipios hasta la fecha.

“La Comunidad de Madrid nos ha dicho que hagamos lo que queramos, pero no tenemos recursos”, explica Antonia Alcázar, alcaldesa de Velilla. La localidad colocó en 2016 unas cajas-nido de murciélagos que se alimentan de insectos para combatir el problema de la mosca negra. En Rivas lo han implantado este año, pero aseguran que no basta.

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