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Un concejal de Iniciativa trató de vender su acta por 15.000 euros

El partido echó a su edil en Cabrera d’Anoia por sus actitud ante una moción de censura

Primero una subida de sueldo y después un pago de 15.000 euros. Según unas grabaciones a las que ha tenido acceso EL PAÍS, el concejal de ICV en Cabrera d'Anoia (Anoia), José Fernández, presionó al alcalde para conseguir recompensas económicas por su cargo electo. Primero le pidió un salario de 1.600 euros a cambio de seguir apoyando al Gobierno municipal. Ante la negativa, exigió 15.000 euros para dejar su cargo al número dos de ICV en el municipio. Un juzgado de Igualada investiga al edil tras la denuncia interpuesta por el alcalde, que le acusa de amenazas, cohecho, conspiración para el fraude y coacciones. Fernández sigue como edil no inscrito tras retirarle ICV la confianza.

Un juzgado de Igualada investiga al edil tras la denuncia interpuesta por el alcalde

Fernández se reunió con el alcalde, Salustiano Monteagudo (PSC), a finales de agosto de 2016. En esa conversación, le expuso su intención de abandonar el Gobierno municipal y firmar una moción de censura con ERC y CiU porque, entre otras cosas, Monteagudo le había negado el sueldo por su cargo como concejal de fiestas de Cabrera d'Anoia, un pueblo de 1.351 habitantes.

Fernández trataba de aprovechar su posición de fuerza en el Ayuntamiento. Las elecciones municipales de mayo de 2015 dibujaron un Consistorio muy atomizado. Cinco formaciones se repartieron los nueve ediles. ERC y PSC se hicieron con tres cada uno. CiU, ICV-EUiA y el partido local GVSCA ganaron uno. Monteagudo fue investido alcalde gracias al apoyo de Fernández y de GVSCA.

“Esto es como si vas a comprar una licencia de taxi”, llegó a comparar el concejal, ahora no adscrito

“Me empiezan a fallar las fuerzas, no quiero estar con vosotros”, le dijo el entonces edil ecosocialista a Monteagudo 15 meses después de las elecciones. Una decisión que en un primer momento argumentó por el incumplimiento del programa electoral, aunque después admitió que era por la retribución: “Ese es el tema principal, el campo de fútbol no tiene nada que ver”.

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La conversación subió de tono entre reproches sobre el programa de Gobierno. "¿Entonces tú qué quieres, que me vaya a mi casa y ya está?", espetó Fernández al alcalde. Monteagudo da por imposible un acuerdo con su socio de Gobierno y da por perdida la alcaldía. Días después, Fernández presenta la moción junto a los cuatro ediles de ERC y CiU. Pero todo dio un giro antes del pleno del Ayuntamiento. La dirección comarcal de l'Anoia de ICV, encabezada por Eusebi Alonso, pide a Fernández un tiempo para meditar su apoyo a la moción.

A la dirección comarcal ecosocialista le llegó información de las maniobras del edil. “Le pedimos explicaciones y no nos convenció”, explica Alonso. Asimismo, le hicieron entender que desde la dirección verían bien que abandonara el Gobierno municipal si tenía algún motivo, pero no que apoyara una moción y se integrara en otra coalición inmediatamente. “Esto daba pie a muchas especulaciones”, reconoce Alonso. Sin apoyos de su partido, el concejal acabó por retirar su apoyo a la moción antes de que se celebrara el pleno.

Sin subida de sueldo y con su partido dudando de su versión, el edil dio un giro de 180 grados a su estrategia. Al día siguiente del debate de la moción que no fructificó, Monteagudo y el número dos de la lista de ICV, Andrés Toledo, se reunieron con Fernández en casa de este.

“Yo ya no voy a andar con más trapicheos, ni con unos ni con otros, te tengo que dejar solo”, le vuelve a decir al alcalde. Pero esta vez ya no tenía la baza de presionar con aliarse con la oposición. Fernández propuso entonces entregar el acta de concejal al número dos de la lista de ICV, hombre que le daría apoyo al Gobierno de Monteagudo. Pero Fernández exigía unas “condiciones”: el pago de una cantidad cercana a la mitad del sueldo que su compañero de filas iba a percibir durante los 33 meses de legislatura que quedaban, 15.000 euros, aproximadamente. “Esto es como si vas a comprar una licencia de taxi”, llega a comparar el edil.

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