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Una cantante muy poco matinal

Mara Barros presentó ayer al mediodía en el Teatro Lara su segundo disco, ‘Por motivos personales’

La artista ovetense podría haber sido muchas etiquetas, pero se ha sacudido todas: ni chica Sabina (aunque sea su corista), ni producto televisivo (aunque se diera a conocer en Popstars: todo por un sueño, uno de tantos realities de talentos musicales), ni artista advenediza (por más que no componga sus propias canciones). Mara Barros es, a sus 36 años, Mara Barros. Por su desarmante personalidad y porque siempre ha hecho lo que le ha dado la gana.

Mara Barros, durante su actuación de ayer.
Mara Barros, durante su actuación de ayer.santi burgos

Lo último, su segundo disco, Por motivos personales, que presentó ayer en el Teatro Lara, dentro de Los Matinales organizados por EL PAÍS en colaboración con Planet Events y Les Nits de l’Art. Para las 11 canciones eligió a sus cantautores y compositores preferidos, entre ellos Pancho Varona o El Kanka. “Yo soy, ante todo, buena seleccionadora”, gracejaba a su público, “fijaos si soy buena que ni uno solo de los temas lo he compuesto yo”. 

Barros tiene una masa de seguidores fieles que habían acumulado ganas de disco; han pasado ya 12 años desde su primer Dímelo tú (en aquella ocasión como Mara a secas, por si lo buscan en Spotify), con el padrinazgo de Pancho Céspedes. El segundo lo ha levantado gracias a las donaciones vía micromecenazgo de sus fans, aupada por el colegueo que se ha granjeado en el sector durante todo este tiempo, entre ellos el de Joaquín Sabina, artífice desinteresado de la ilustración de la portada. Aunque la influencia del de Úbeda, al que ha acompañado de gira por medio mundo, va más allá y recorre, inevitablemente, todo su repertorio, especialmente la manera de interpretarlo. Con un formato acústico gobernado por instrumentos de cuerda, sus canciones se abren sin complejos a la rumba, el bolero y la copla, y también al flamenco, con el que delata sus orígenes andaluces cada vez que asoma su registro de cantaora.

Se mueve Sara Barros por el escenario, curtida durante este tiempo en musicales de la Gran Vía y haciendo de Sabina en las Noches sabineras junto a Pancho Varona y los demás músicos de cabecera del cantante, con tremenda confianza y soltura. Recuerda la madurez de su actitud escénica a cantantes como Sole Giménez, de Presuntos Implicados, o María Monsonis, de Cómplices, bandas que, salvando las distancias, fueron en los años 90 la versión ibérica del AOR (Adult Oriented Rock).

La de Huelva aporta, además, muchas dosis de humor en sus breves parlamentos entre canción y canción, y enseguida establece un diálogo de tú a tú con el público, restando solemnidad al concierto para convertirlo en una quedada de amigos. “Yo es que soy muy poco matinal”, bromeaba a modo de disculpa después de carraspear un par de veces al micrófono, “a estas horas suelo estar en la cama todavía”.

El momento más emotivo fue cuando subió la cantautora Vicky Gastelo a interpretar a dúo la canción que le ha cedido para el disco. “Tú las haces tuyas por la forma tan bella que tienes de cantarlas”, le dijo a una emocionada Mara Barros, que culminó el concierto con una versión de ¡Ay, pena, penita pena! en la que ella echó el resto y su público no echó de menos a Lola Flores.

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