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La fatiga por el proceso político en Cataluña pone a prueba la Diada

Caen las inscripciones en la manifestación de este año organizada por la ANC y Òmnium Cultural

Dani Cordero
Jordi Sánchez, presidente de la ANC, en el centro.
Jordi Sánchez, presidente de la ANC, en el centro. Massimiliano Minocri

La Assemblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium intentan mantener el optimismo con vistas a la celebración de la Diada pese a que la cifra de inscritos en su manifestación independentista contaba el viernes con 50.000 personas menos que hace un año. El número continúa siendo alto, casi 204.000 inscritos, pero la caída es una muestra de las dificultades con las que están topando las organizaciones independentistas para mantener el pulso ciudadano en su quinta convocatoria.

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Una de las explicaciones está en la “desorientación y fatiga” que, según palabras del presidente de la ANC, Jordi Sànchez, genera actualmente el proceso político catalán. La alianza entre Junts pel Sí y la CUP ha caminado por la cuerda floja todo el verano y el Gobierno catalán duda acerca de cómo tiene que culminar su hoja de ruta, que, según el pacto con los anticapitalistas, debe acabar en junio de 2017. Carles Puigdemont es partidario de organizar unas elecciones constituyentes y la CUP presiona por un referéndum unilateral.

Esas diferencias de criterio estarán presentes en el ambiente de las cinco ciudades catalanas —Barcelona, Tarragona, Lleida, Salt y Berga— que albergarán cada uno de los actos descentralizados convocados para el 11 de setiembre. Además, cuando el presidente de la Generalitat todavía no ha decidido si asistirá al acto reivindicativo —sí lo hará su predecesor Artur Mas, liberado de cargos institucionales—, quien ya ha confirmado su asistencia es la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y su partido, Barcelona en Comú.

Colau aprovecha el 11-S

La confluencia lo hará por primera vez. Hace un año evitó la manifestación para no situarse tras una pancarta independentista a las puertas de la campaña electoral. Ahora argumenta su asistencia por la necesidad de denunciar “un proceso de recentralización, privatización y recortes sociales”. Pero esa participación tiene otra lectura, ya que este Onze de Setembre debería ser el último antes de las próximas elecciones en Cataluña y Colau se plantea ser candidata.

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Su partido aprovechará para marcar el camino de sus alianzas. Podem, que integra la confluencia, compartirá con la CUP y ERC, dejando fuera al Partit Demòcrata Català, un acto conjunto para conmemorar los 40 años de la primera gran marcha catalanista.

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Sobre la firma

Dani Cordero
Dani Cordero es redactor de economía en EL PAÍS, responsable del área de industria y automoción. Licenciado en Periodismo por la Universitat Ramon Llull, ha trabajado para distintos medios de comunicación como Expansión, El Mundo y Ara, entre otros, siempre desde Barcelona.

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