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73 motivos para dejar (o no) un romance

Abel Folk y Mercè Martínez protagonizan un musical en el Goya

Un momento de la obra, escrita por Guillem Clua, en la que dos treintañeros deciden separarse.
Un momento de la obra, escrita por Guillem Clua, en la que dos treintañeros deciden separarse. David Ruano

Los flechazos inundan la gran mayoría de películas, novelas y obras de teatro románticas. En los argumentos chico conoce a chica, los fuegos artificiales sobrevuelan el horizonte y los finales son felices, previa promesa de amor eterno sellada entre lágrimas por los protagonistas. Frente a toda esta maraña de tópicos, la vida real se encarga de dar patadas a los guiones de Hollywood. El dramaturgo Guillem Clua lo tiene claro: “El amor para siempre no existe”, opina. Por este motivo decidió darle la vuelta a los guiones tradicionales y escribir sobre porqué se terminan las relaciones.

La pieza, 73 raons per deixar-te, es una comedia musical creada con Jordi Cornudella que tras recalar en el Festival Temporada Alta se estrena mañana en el Teatro Goya, donde permanecerá hasta el 10 de enero. La dirige Elisenda Roca y está protagonizada por Marc Pujol, Mercè Martínez, Mone Teruel y Abel Folk, quien llevaba 18 años sin interpretar un musical.

Los protagonistas son dos treintañeros enzarzados en una pelea sin fin. Empezaron a salir creyendo ser la pareja ideal, pero el tiempo se encargó de dar al traste con sus planes. Con la convivencia, las virtudes se convirtieron en defectos. Ahora se odian. De hecho, el musical se inicia con una discusión. “La primera vez que te vi…”, le dice uno a otro justo se alza el telón. Y de repente empiezan a enumerar una retahíla de motivos por los que romper, hasta 72. El número 73 aflora mucho después, y es lo que decanta la balanza hacia un lado u otro. ¿Por qué las personas deciden seguir o no con alguien cuando las mariposas ya se han marchado del estómago y se llevan 2, 5 o 7 años de relación?. ¿Nos estamos utilizando como un pañuelo? abordan los personajes.

Entretanto, para su nueva vida los jóvenes cuentan con la ayuda del padre de ella y la madre de él. Tampoco se soportan, lo que lleva al límite la relación familiar. “Quería explorar la oscuridad de la convivencia, de la rutina, de las cosas que normalmente no salen en escena. Es el gran trauma de las películas de Disney y de la creencia de la existencia de la media naranja”, explica Clua. Lo mismo opina Roca, que el año pasado ya dirigió con éxito otro musical, T'estimo, ets perfecte, ja et canviaré: “El enamoramiento es un estado de locura cursi, después llega la hora de la verdad. Hoy en día si algo no funciona lo dejas. Celebrar las bodas de oro solo lo veo en amigos de mis padres”, dice la directora, quien califica el montaje como una “terapia musical”.

La acción transcurre en Barcelona. Hay, por ejemplo, citas al desalojo de los indignados de plaza Cataluña durante el 15-M, y una canción ocurre en la línea 3 del metro. Un violín y un piano interpretan la música en directo.

Los diálogos están repletos de saltos al pasado en los que la pareja, con dos caracteres opuestos, rememora su historia. “Desde los 16 años cualquier espectador se sentirá identificado”, detalla Roca. Hay quien por miedo a la pérdida (muerte, cuernos...) se blinda ante las emociones, hay quien convive con el dolor para huir del amor, y hay quienes se quieren sin preguntarse el motivo. “Estos últimos, quizás, son los que lo hacen mejor. Quizás la clave no es creer que tu amor es eterno, sino querer como si se hubiese de terminar mañana. Quizás las historias de amor son preciosas, precisamente, porque siempre terminan. Y aquí es donde recae la belleza de los finales”, concluye Clua.

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