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Del salón de casa al teatro

El espectáculo 'Animals de Companyia' llega al Capitol de Barcelona tras representarse en 70 domicilios particulares de toda Cataluña

Imagen de 'Animals de Companyia' representada el martes en casa de Estel Solé.
Imagen de 'Animals de Companyia' representada el martes en casa de Estel Solé.juan barbosa

"Aquí empezó todo", explicaba este martes sobre la obra de teatro Animals de Companyia señalando el salón de su piso la poeta y actriz Estel Solé. Es su primera creación dramática y se representa desde ayer en la Sala 2 del Club Capitol de Barcelona, donde permanecerá durante ocho semanas. El montaje, una comedia con tintes amargos, lleva a cuestas "una historia nada típica", narró Solé. Y es que Animals de Companyia da el salto a una sala de teatro tras el éxito conseguido en las más de 70 representaciones realizadas en comedores y salones de domicilios particulares de toda Cataluña. La obra retrata a un grupo de amigos —Jacob Torres, Martina Tresserra, Miriam Tortosa, Edu Buch—, reunidos para dar una cena de bienvenida a una compañera —Mercè Martínez—, quien ha permanecido ingresada dos meses por un trastorno psiquiátrico.

El argumento de la obra se gestó en el salón de Solé cuando dos años atrás ella, harta de la crisis económica y de la falta de trabajo, decidió salir adelante reuniendo allí a varios actores una vez a la semana durante meses. De aquellos encuentros nació Animals de Companyia. Pero cuando la ofreció a los teatros de Barcelona nadie quiso programarla. Entonces pensó una salida: "No había teatros, pero sí casas", explica Solé. Dicho y hecho, la estrenaron en noviembre de 2013 en casa de la diseñadora de interiores Bárbara Aurell. A partir de ese momento, el boca a boca hizo lo propio e iniciaron una gira que les llevó a salones de domicilios particulares, como el de la periodista Elisenda Roca, de toda Cataluña.

"Era una situación muy nueva para el público pero también para nosotros", narra Solé recordando espectadores apretujados en sofás a pocos metros de los actores, o improvisados coloquios entre copas con los asistentes tras la representaciones. Han llegado a actuar en restaurantes, jardines, e incluso en un castillo.

"Funcionábamos con un sistema de donativos cerrados. Hemos sido el regalo, por ejemplo, de parejas que celebraban su aniversario de boda y que no podían moverse de su piso por ser demasiado ancianos", relata Solé.

En alguna de estas representaciones les descubrieron Vània Produccions y Bitò Produccions, que apostaron por ellos y han propiciado finalmente su desembarco en el Capitol tras una gira por Latinoamérica.

El éxito de la trama es que la fiesta de bienvenida improvisada por los amigos se complica cuando uno de ellos decide confesar un secreto inesperado, afirma Martínez, que encarna a Beth. Su personaje intentó suicidarse y sus amigos no saben cómo comportarse ante ella, lo que provoca la risa de los espectadores. "No se espera la fiesta y no la querría, nadie ha ido a visitarla al psiquiátrico", detalla la actriz. Uno de los asistentes a la cena, enamorado en secreto de Beth, durante las semanas de ingreso psiquiátrico se ha mensajeado con ella haciéndose pasar por otra persona. Minutos antes del encuentro, el chico lo confiesa a sus amigos y pide que le cubran.

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A partir de aquí empiezan a aflorar los trapos más sucios de cada personaje, entre los que se encuentra un abogado con una vida gris y una presentadora de televisión. El valor de la amistad, la sinceridad y las envidias recorren la obra. "Es la constatación de que la soledad y la necesidad de afecto nos lleva a todos a convertirnos en animales de compañía", concluyen los actores.

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