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tribunales

La Audiencia de Álava confirma que Villadelprat “descapitalizó” Epsilon

La sentencia elimina la calificación del concurso como “culpable”

El País

La Audiencia Provincial de Álava ha resuelto que la venta “fraudulenta” de bienes y derechos de Epsilon Euskadi dos años antes de declararse en concurso de acreedores no puede calificarse como “culpable”, aunque mantiene la condena que un juzgado de Vitoria le impuso a Joan Villadelprat, administrador único de la fracasada empresa automovilística, por “descapitalizar” la actividad más rentable de la compañía.

La sentencia de la Audiencia alavesa estima así parcialmente los recursos presentados por Epsilon y Villadelprat. Le considera responsable de la quiebra de la firma automovilística, en la que el Gobierno vasco invirtió elevadas sumas de dinero, pero elimina la calificación “culpable” del concurso al observar un “vicio procesal” en la causa.

El Juzgado de lo Mercantil número 1 de Vitoria calificó como culpable el concurso de Epsilon Euskadi y condenó a Villadelprat a 899.263,89 euros y tres años de inhabilitación para administrar bienes ajenos y representar a cualquier persona, al considerar que “agravó la situación de insolvencia” de la empresa. Además, le responsabilizó de “la salida fraudulenta de bienes y derechos” de Epsilon en los dos años previos a la declaración del concurso.

Ahora, la Audiencia confirma que Epsilon vendió el principal activo de la compañía, su rama de competición, una vez que la empresa había entrado en concurso de acreedores. La sentencia inicial destacaba que en abril de 2011 Epsilon vendió a la sociedad Epic Racing SA, creada el mes anterior y formada por personal de la propia Epsilon, todos los activos de la rama de competición, que tenían un valor neto contable de algo más de un millón de euros, junto con las relaciones vinculadas a esa rama y los trabajadores adscritos a la misma. La Audiencia provincial sostiene en su fallo que “tal venta sirvió para cerrar una vía adicional de pérdidas”.

La rama de competición proporcionaba a Epsilon el 97,5% de sus ingresos y su venta fue pactada en 200.000 euros, una cantidad que no llegó a abonarse por la compañía compradora. Añade que Villadelprat “desgajó” de Epsilon “la actividad más rentable” cuando había iniciado negociaciones con los acreedores, por lo que fue condenado en primera instancia al pago de casi 900.000 euros a los afectados por las deudas de la empresa automovilística.

La Audiencia confirma ahora que el administrador único “descapitalizó” la sociedad al transmitir “la rama que nutría de ingresos” y era “el motor de la empresa, su alma mater, el mayor de sus atractivos”. La venta de la rama de competición “abocó a la concursada a su liquidación”, dice la sentencia, que puede ser recurrida ante el Tribunal Supremo.

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Epsilon fue creada con ayudas públicas en 2007 para construir un nuevo centro de innovación e investigación de alto rendimiento para el desarrollo de componentes avanzados de automoción, pero acuciada por las deudas solicitó la declaración de concurso en julio de 2011 al acumular deudas que rondaban los 38 millones. La empresa recibió unos 50 millones en ayudas del Gobierno de Ibarretxe.

Según las sucesivas resoluciones judiciales, Villadelprat era consciente de la reducción del negocio y de que las pérdidas se elevaban a 1,3 millones en 2009, pese a lo cual agravó la situación de insolvencia con los créditos asumidos en 2010, como puso de manifiesto el informe de la administración concursal. Lejos de reducir el pasivo “contrajo nuevas deudas y créditos”, como los del Ministerio de Industria de 350.000 euros, una subvención de 642.746 euros del Gobierno vasco de diciembre de 2010 y los dos créditos de La Caixa y BBK de 300.000 euros cada uno ese mismo año.

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