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El heredero británico de Bob Dylan

Jake Bugg, que tocará en el festival Dcode, pone al día en sus canciones el sonido de Johnny Cash

Jake Bugg hace folk rock de letras ácidas con historias suburbiales.
Jake Bugg hace folk rock de letras ácidas con historias suburbiales.

Existe una foto en el que nuestro protagonista, balón en mano, posa alegremente con David Bisbal antes de un partido de fútbol celebrado el pasado mes de marzo en México y organizado la por discográfica de ambos. Es seguro que Jake Bugg no tenía muy claro quién era Bisbal ("No conozco su música, pero es un tío simpático. Sólo me dijeron que era un cantante famoso en España"); eran los mismos datos que el de Almería tenía sobre este británico. A sus 20 años, Bugg es conocido en el Reino Unido por ser el solista más joven en llegar al número uno de la lista de discos vendidos con un álbum de estreno.

Hijo de una familia de clase media —padre enfermero, madre comercial; separados— y criado en un suburbio de Nottingham, Jake agarró en por primera vez una guitarra a los 12 años. "A los 15 escribí mi primera canción sobre un chico que tiene que irse a la guerra y se sumerge en una profunda tristeza por tener que dejar a su novia", cuenta. Un año después deja los estudios y a los 17 ficha por Mercury Records. Con 18 llega a lo más alto de la lista de ventas con su primer disco. Un mérito encomiable, porque sus canciones son una puesta al día del sonido de Johnny Cash, Donovan o Bob Dylan, con quién acertadamente lo ha comparado The New York Times.

"Es un honor que digan esas cosas sobre mí, pero no me interesa demasiado. Lo que quiero es hacer buenas canciones", explica Jake por teléfono días antes de actuar en el festival DCode que se celebra mañana. "La última vez que estuve en España toqué en el Festival de Benicasim", recuerda. "Y fue el mejor concierto de nuestra gira". "No tengo nada preparado para el sábado. Me gusta improvisar, pero espero que sea también importante".

Jake no tiene todavía un discurso montado: a muchas preguntas contesta con el recurrente "sólo me interesa hacer música". Tampoco le gusta teorizar sobre si el rock se ha convertido actualmente en una música para adultos y los jóvenes están más preocupados por el pop comercial o las mesas de DJ. "Tengo claro que, aunque no esté de moda, el rocanrol nunca morirá".

Vídeoclip del tema 'There's a beast and we all feed it'.

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Su éxito en 2012 fue la constatación. "Es una de esas cosas que tardas en asimilar. Te imprime la presión de hacer cada vez un disco mejor. Al día siguiente de ser número uno me fui de gira por Estados Unidos como telonero de Noel Gallagher. No me conocía nadie. Tuve que currármelo otra vez desde cero y es lo mejor que me pudo pasar para mantener los pies en la tierra".

Su segundo y, por ahora, último disco Shangri La, de 2013, no acaparó tantos titulares. Aunque sus canciones siguieron siendo directas, sin artificios. Folk rock de letras ácidas con historias suburbiales. Ya está en marcha su siguiente disco: "Tengo ideas, pero todavía no se pueden llamar canciones. Mi vida ha cambiado dramáticamente: he pasado de no hacer nada a estar todo el día ocupado. Tengo inspiración suficiente". ¿Y sigue viviendo en Nottingham? "Realmente no, estoy todo el día viajando. Tengo dinero para comprarme mi propia casa, pero casi no paro por aquí". La próxima parada de Jake es Madrid, donde el sábado por la mañana volverá a jugar al futbol en un partido que el festival DCode ha preparado antes de los conciertos. Jake no jugará contra Bisbal como la vez anterior (el equipo de Bisbal ganó 5-3) sino contra una selección de periodistas de la Cadena Ser y del diario As. Pero le lanza un mensaje al cantante de Bulería: "Esto no ha acabado todavía: quiero la revancha".

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