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A selectividad con más de 25 años

Cae un 40% en cinco años el número de personas que hacen las PAU

Clara Blanchar
Los aspirantes a universitarios aguardan para entrar en una de las pruebas ayer en Barcelona.
Los aspirantes a universitarios aguardan para entrar en una de las pruebas ayer en Barcelona.MASSIMILIANO MINOCRI

Montse Sánchez tiene 47 años, trabaja colocando audífonos y necesita estudiar audioprótesis porque lo pide una nueva regulación. Carme Torres, 58 años, está en paro y quiere ampliar su formación: le gustaría estudiar lenguas modernas o nutrición. Iván García es más joven: cumple 25 en junio, es técnico de emergencias y quiere “subir un peldaño haciendo enfermería”. Los tres se examinaron ayer de selectividad en la convocatoria para mayores de 25 y 45 años junto a otras 3.055 personas en toda Cataluña. En su caso, en Facultad de Economía de la zona universitaria de Barcelona donde se examinaron los aspirantes a estudiar en la Universidad de Barcelona (UB) , la Pompeu Fabra (UPF) o la Politècnica (UPC). Hubo exámenes también en la Autónoma, para la Universidad Abierta de Cataluña (UOC), las de Tarragona, Lleida y Girona y los centros privados.

La diferencia entre las Pruebas de acceso a la Universidad (PAU) para mayores de 25 o 45 años está en que los segundos solo se examinan de lengua catalana, castellana y comentario de texto. Ayer, textos publicados en prensa de Jorge Wagensberg, Imma Merino y Gabriel Gener. Los más jóvenes también afrontan pruebas de inglés y de las materias específicas de la licenciatura que pretenden estudiar. Las pruebas de éstas tendrán lugar el próximo sábado.

El número de aspirantes a entrar en la universidad ha caído sustancialmente en los últimos cinco años. Un 40% en el caso de los mayores de 25 años y un 21% en los que superan los 45. Y eso pese a que la crisis y el paro han despertado un mayor interés por la formación universitaria. Una de las razones pueden ser las tasas para ir a clase, que este curso han subido un 67%.

De hecho, Esther Villanueva, de 46 años, que está en paro y ayer hizo la prueba con la ilusión de estudiar Derecho, admitía a la salida que si la nota le permitiera entrar, no se lo podría pagar. “No hay pasta ni para comer, cómo quieres pagar las tasas”, decía sin perder la sonrisa. Solo el examen de selectividad ya cuesta 87 euros.

El presidente de este macro tribunal que suma tres universidades y 1.900 aspirantes de los 3.000 que hay en total es Quim Valls. Apunta otro posible motivo de la caída de estudiantes: “Cada vez hay menos personas mayores de 25 años que no tienen estudios universitarios, la sociedad está cada vez más preparada”. Valls hablaba sin parar de firmar justificantes para que los que se acababan de examinar pudieran presentarlos en el trabajo. Como Bessy Matamoros. Es hondureña, tiene 31 años y trabaja de camarera, pero le gustaría estudiar “economía, para trabajar en una empresa”. Lo que más le costó del examen de ayer fue la prueba de catalán, reconocía. También acudió a pedir justificante Javi Guijarro, de Castellón. 26 años y empleado de una gran superficie quiere estudiar Biotecnología. Si entra, pedirá el traslado para simultanear trabajo y estudios. Las notas, el día 6 de junio.

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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