Gipuzkoa aprueba la reforma fiscal con los votos de la oposición

La reforma fiscal ha superado esta mañana su último trámite en Gipuzkoa. Como estaba previsto, los tres principales partidos de la oposición en el territorio, PNV, PSE y PP, artífices a su vez de la reforma, han aprobado con sus votos la misma en el primer pleno del año de las Juntas Generales, en contra del criterio de Bildu y Aralar. Lo pactado por las tres formaciones introduce cambios en el impuesto de Sucesiones y Donaciones, Sociedades e IRPF y entra en vigor desde el pasado uno de enero con carácter retroactivo y supone la traslación del acuerdo alcanzado a nivel autonómico al territorio, y que ya fue sancionado en 2013 por las Juntas de Bizkaia y Álava.

La reforma fiscal no es el único varapalo que ha sufrido esta mañana el Gobierno de Martin Garitano, que ha visto como las tres formaciones, también como estaba previsto, han tumbado el proyecto foral de peajes. El diputado general no ha dudado en tildar a los tres partidos de "perdedores". "Han ganado la votación pero van a perder", ha espetado Garitano en relación al rechazo del sistema de peajes propuesto por la coalición. "Representan el fracaso, son capaces de construir un nuevo fracaso para ocultar el de un día. Son unos perdedores, no tienen nada que ofrecer", ha añadido Garitano

El debate que ha seguido a las votaciones de la reforma fiscal no ha sido más que la reproducción otra vez de los mismos argumentos que ya han esgrimido las diversas formaciones en los trámites previos que han desembocado en la aprobación de la reforma.

PNV, PSE y PP se han felicitado de la aprobación de la reforma, a la vez que han destacado que los cambios introducidos suponen una "armonización" entre territorios, además de mayor estabilidad y la consecución de un importante acuerdo de país.

Bildu por el contrario ha cargo contra los cambios introducidos en los impuestos, que suponen "una regresión", según ha defendido la portavoz de la coalición, Idoia Ormazabal. "El pacto de la oposición sigue siendo otro sustrato ideológico para bajar la recaudación fiscal y la exigencia a los que más tienen", ha añadido.

Ormazabal ha reproducido las cifras que ayer esgrimió la diputada de Hacienda, Helena Franco, y que establecen una merma de 26 millones de euros para las arcas de la provincia por los cambios introducidos en los impuestos. La propia diputada también ha participado en el debate para defender que el Gobierno de Martin Garitano no ha actuado presionado por "lobbys", a diferencia, según ha dado a entender, de la oposición, ya que ha achacado a la presión de determinados sectores la reforma fiscal, presentada "cuando por primera vez sobre la mesa había una propuesta progresista", ha afirmado en referencia a los cambios que la Diputación de Gipuzkoa había diseñado en materia fiscal.

Franco ha puntualizado que "los impuestos son los recursos que necesitan las administraciones públicas para llevar a cabo sus actuaciones y sin recursos no pueden hacer nada", y que la reforma pronto demostrará que "no habrá dinero para financiar la actividad pública". La diputada también ha resaltado que los cambios de la oposición perjudican a los que menos tienen ya que "más de las tres cuartas partes de la recaudación se percibe de las aportaciones de los trabajadores".

La portavoz foral y diputada de Infraestructuras Viarias, Larraitz Ugarte, ha sido la encargada de defender el proyecto de peajes. Una propuesta que sabía de antemano que no saldría adelante, ya que PNV, PSE y PP habían presentado sendas enmiendas a la norma. Ugarte, después de detallar la iniciativa, que preveía el cobro a los vehículos pesados en todas las vías de alta capacidad del territorio, ha remarcado que "el problema que hay en las carreteras no lo hemos creado nosotros, sino el afán salvaje de construir", en referencia a los anteriores gobiernos de Gipuzkoa y a la supuesta mala gestión de Bidegi, con una deuda de 900 millones, que Bildu siempre ha achacado a PNV y PSE.