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La reubicación de la escultura de Miró costará la mitad de su precio

El arquitecto que cimentó la obra tasa en 94.700 euros el traslado

La escultura 25 d'abril 1707, de Antoni Miró, que el Ayuntamiento de Gandia quiere trasladar.
La escultura 25 d'abril 1707, de Antoni Miró, que el Ayuntamiento de Gandia quiere trasladar.Natxo Francés

La escultura 25 d'abril 1707 hunde sus raíces de acero y hormigón a medio metro de tierra en una rotonda de Gandia. Trasladarla y reubicarla en un lugar parecido costaría 94.706 euros, más la mitad de lo que se pagó por ella, según el arquitecto Vicente M. Vidal, quien se encargó de cimentar la obra que conmemora la batalla tras la cual los valencianos perdieron sus fueros.

La previsión presupuestaria la ha hecho el arquitecto, catedrático de la Universidad Politécnica de Valencia, a petición de los abogados que litigan por que la estatua permanezca en el lugar para el que fue pensada cuando la encargó el anterior alcalde socialista, José Manuel Orengo. El monumento son 26 metros de ancho y 30 toneladas de peso que costaron unos 180.000 euros. “No es algo que se quite así como así”, en palabras de su autor, Antoni Miró.

El coste que aventura el arquitecto Vidal Vidal —78.269 euros presupuestados más 16.437 de IVA— tampoco es desdeñable en esta época de crisis económica, más si se tiene en cuenta que la ciudad de Gandia se adhirió al plan de pago a proveedores del gobierno central pidiendo 22,5 millones de euros.

La polémica estatua toca un tema capital en la historia valenciana, la batalla de Almansa, acontecida en la fecha que da nombre al monumento. Miró volvió a repetir que el traslado se debe a una decisión de índole política como, según él, demuestran las acusaciones del alcalde de “connivencia con el catalanismo”. “Es un capricho estúpido y tonto. Nadie está en contra de la obra”, recordó Miró: “En siete años no ha sufrido ni una pintada o accidente”.

Actualmente, un juzgado de Gandia tiene abiertas diligencias contra el alcalde y el edil de Cultura de la ciudad, Vicent Gregori, después de que Miró solicitara medidas cautelares para detener cualquier cambio de ubicación.

Miró que se ha negado desde el inicio a un traslado sin conocer la nueva ubicación, explicó que “donde tenga que ir habrá que cementar” y deberá ser en un lugar similar al emplazamiento actual. “Esa pieza está hecha a conciencia. Es acero inoxidable”, reconoció el escultor no sin orgullo, “esconderla o descuidarla solo creará una capa de óxido que la protegerá. Da igual que esté bajo el mar que bajo una montaña. Está hecha para durar y quitarla va a ser complicado”.

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La propuesta del Ayuntamiento, según fuentes municipales, contempla que el escultor Jaume Espí quite en la plaza del País Valencià la escultura de Miró y coloque en su lugar una escultura con las letras de la palabra Gandia, que podrán leerse desde cualquier punto. Espí pagará de su bolsillo 7.500 euros.

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