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Los partidos se estancan en su polémica sobre la memoria de las víctimas

El PP rechaza un acto convocado por el Parlamento porque “desvirtúa” la ley

Borja Sémper (izquierda) e Iñigo Iturrate este jueves en el Parlamento vasco.
Borja Sémper (izquierda) e Iñigo Iturrate este jueves en el Parlamento vasco. L. RICO

Un acto sobrio, con una ofrenda floral sin lemas, a las diez y media de la mañana del domingo 10 de noviembre. La Mesa del Parlamento ha decido este jueves, en una reunión extraordinaria a última hora de la tarde, recordar de esa forma a las víctimas. En ese acto la presidenta de la Cámara, Bakatxo Tejeria, leerá, con el apoyo de PNV, EH Bildu y PSE, un apartado del texto conocido como “suelo ético”, en cuyo debate estos partidos han llegado a chocar por el desacuerdo de la coalición abertzale con algunos de sus puntos, diferencias que han reducido a la mínima expresión la ponencia de paz del Legislativo.

Tejeria se referirá a que la “paz y la convivencia futura requieren el reconocimiento de la injusticia de la violencia, el reconocimiento del daño causado y de la dignidad de las víctimas, todas ellas merecedoras del derecho a la verdad, la justicia y la reparación”. El acto cuenta con el rechazo del PP, cuyo representante en la Mesa de la Cámara, Antón Damborenea, ha indicado a Europa Press que se está tratando de hacer ver que ha habido “muchas víctimas de todo tipo” cuando “no es así”.

EH Bildu rechaza en solitario urgir a Rajoy a impulsar el centro memorial

Damborenea ha asegurado que lo que se busca es “desvirtuar” la ley de Víctimas del Terrorismo y “diluir” la memoria de las víctimas de ETA “mezclándolo con otras cosas”. Por la mañana, el portavoz parlamentario de su partido, Borja Sémper, ha advertido de que no apoyarían una declaración que reconociera a las víctimas policiales desde el año 1960 a 1977, incluidas en el decreto de reconocimiento del Ejecutivo autonómico. Sémper ha asegurado que el consenso era posible si se homenajeaba a las “víctimas del terrorismo y a todas aquellas víctimas que en democracia han sufrido la vulneración de derechos humanos”.

Menos ayudas

Las indemnizaciones a las llamadas “víctimas de motivación política” bajan de 2,5 a 1,8 millones en el proyecto de presupuestos del Gobierno para 2014, aunque son más de cuatro veces superiores a las subvenciones a víctimas del terrorismo.

El proyecto compara las partidas con las de las cuentas que el Ejecutivo elaboró para este ejercicio y que tuvo que retirar.

A las víctimas del terrorismo se reservan 150.000 euros en concepto de subvenciones directas a fondo perdido y 290.000 euros para asociaciones de ayuda.

588.600 euros se destinarán a proyectos de derechos humanos, convivencia democrática y deslegitimación de la violencia.

Sus palabras han sido entendidas por el PNV como un intento de “reventar” las conversaciones para un acuerdo. Con las posturas fijadas, todo parece indicar que el cuarto Día de la Memoria que celebra Euskadi estará de nuevo marcado el 10 de noviembre por la división entre partidos, al igual que ocurrió en las últimas ediciones. El choque se produce siempre en el mismo punto: las víctimas más allá de la violencia de ETA.

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La complejidad de la etapa posterior a la violencia etarra en la esfera política se ha vuelto a ver reflejada este jueves en otro punto: el debate en la Cámara sobre el Memorial de Víctimas recogido por ley y que el Gobierno central debe sacar adelante. La discusión ha finalizado con otra correlación de fuerzas, con EH Bildu votando en contra en solitario, pero el resultado de ambos debates fue el mismo: la dificultad de lograr la unanimidad. La resolución aprobada, impulsada por el PSE, reclama al Ejecutivo de Mariano Rajoy que “retome de forma inmediata” los trabajos de ese centro nacional para la memoria de las víctimas y al de Iñigo Urkullu que “continúe trabajando” para igual fin.

El debate se ha movido sobre los parámetros habituales, sin que los partidos logren acercamientos, un extremo sobre el que el peneuvista Iñigo Iturrate llamó la atención: “Estamos estancados en las trincheras de cada uno”, ha dicho, tras lo cual ha reivindicado la ponencia de paz, hoy en suspenso desde que el PSE la abandonara en septiembre, porque se necesita “un espacio protegido” en el que hablar. EH Bildu ha rechazado el memorial porque tiene una “visión exclusivista, discriminatoria de las víctimas”, de manera que se “hurta la foto completa”, un ejercicio de “lavar responsabilidades”, ha señalado Julen Arzuaga.

Un acto sobrio

Sémper ha espetado a la coalición abertzale que la “única brecha que se agranda es la de ustedes y la democracia”, mientras que el parlamentario de UPyD, Gorka Maneiro, ha hablado de los “eufemismos del conflicto político” y defendió la iniciativa del memorial porque este busca, ha asegurado, mostrar la “verdad de los hechos ocurridos”. Entre esos dos bloques enfrentados, el PSE ha realizado una defensa de la memoria como arma para la deslegitimación de la violencia a través de Rodolfo Ares, quien ha afeado a Arzuaga que se arrogue la mayoría vasca cuando, en la votación que seguiría, la coalición quedaría en minoría, como así ha sido.

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