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Blusens justifica el preconcurso como medida de expansión

El presidente de la marca compostelana niega que la situación de la empresa tenga que ver con la salida de Manuel Jove y se declara inocente de la imputación por fraude fiscal

José Ramón García
José Ramón García LAVANDEIRA jr (EFE)

“No, no queremos refinanciar, sino buscar financiación para comprar más”. José Ramón García, presidente de Blusens, rogó ayer ayuda a la prensa para sacar brillo a su marca de tecnología de consumo. “Tenéis que ayudarnos”, pidió, “porque vivimos de la imagen”: “Hay que ser tremendamente escrupulosos con lo que se publica porque el daño puede ser irreparable; incalculable”. El que hace poco más de un lustro recibía el Premio Nacional Joven Empresario convocó ayer una rueda de prensa en Santiago sin tanta alharaca como en aquellos tiempos en que llenaba el Bernabéu o la discoteca Pachá para lanzar al mercado un mp3. Un par de mesas minúsculas, lo justo para apoyar los micros; una silla y dos carteles anunciando la tableta especial Tadeo Jones, fue la escenografía elegida por este talentoso del márketing para exponer en un hotel vecino a su despacho de siempre la “posición defensiva, de guerra” en la que declara a su empresa. Blusens presenta preconcurso de acreedores para ganar "tres o cuatro" meses cruciales en los que renegociar su deuda. Pero el objetivo, según el hombre que fundó, junto con Miguel Silva, Blusens en 2002 con un capital de 3.000 euros, no es sobrevivir, sino crecer. De los 56 millones de ingresos del año 2011, su cota máxima, anuncia que quiere dar el salto a los 100; y multiplicar su expansión mundial de 30 a 50 países.

García defiende que el preconcurso no tiene nada que ver con la reciente salida de Manuel Jove de la sociedad (Inveravante había comprado en 2008 el 47'5%, y solo se comprometió "por cinco años, de 2008 a 2013"), y dice no comprender cómo su imputación por fraude fiscal de 800.000 euros (del que se declara inocente y atribuye a "un proveedor de un proveedor") sale a la luz justo ahora, cuando "es de 2008 y se refiere al ejercicio de 2005". Cree que no es casual que toda la información haya coincidido en junio de 2013, un mes en el que lo ha “pasado muy mal”. Asegura que el problema de liquidez lo hubo siempre, que todo lo que se ganaba se invertía en expandirse, y que el “estrangulamiento” ha venido con la reestructuración bancaria. “Antes teníamos 20 o 30 bancos a los que acudir en busca de crédito. Ahora, seis o siete”, explica, y luego culpa al "sistema”. Porque las fábricas chinas cobran al momento, y las grandes superficies que demandan tecnología a Blusens pagan a 120 días. La situación se empezó a viciar hasta el punto de que en 2012 la marca "tuvo que renunciar a pedidos por un valor total de 50 millones".

El compostelano habla de una estrategia prevista hasta 2020, y aun sumido en el preconcurso no pierde ocasión de promocionarse. En medio de la rueda de prensa, justo cuando empezó a hablar de los nuevos productos y divisiones que proyecta, casualmente o quizás no tanto sonó su teléfono móvil. Entonces mostró el prototipo a las cámaras. La llamada perdida sirvió para presentar la nueva ambición de Blusens: “En septiembre u octubre” saldrán al mercado los primeros smartphones del sello santiagués, pero made in China.

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Además, Blusens empezará a vender lámparas LED y el departamento de I+D, con una treintena de ingenieros gallegos, trabaja en el polígono de Costa Vella, al norte de la ciudad, en un sistema de reconocimiento personal para tabletas. Si llega a buen puerto el proyecto, el aparato deberá detectar por los “gestos” si lo enciende un niño o un adulto, por ejemplo. Este departamento de investigadores es, según García, uno de los que no han adelgazado en los últimos meses. El recorte de gastos ha llevado a una reducción de plantilla y en Costa Vella, donde se ensamblan televisores de plasma (pero con componentes asiáticos), de 140 se han quedado 90 trabajadores. En 2014, Blusens anuncia la apertura de una empresa en Brasil. En total, calcula el presidente, entre Galicia todos los países donde hay filiales quedan 130 empleados.

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