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Tribulaciones de un emblema ‘indie’

El sello discográfico Acuarela cumple 20 años de apasionada y caótica aventura Jesús Llorente, motor de la firma, rememora sus ascensos a contracorriente

Jesús Llorente, promotor del sello musical Acuarela.
Jesús Llorente, promotor del sello musical Acuarela.Isaac F. Calvo

De los nubarrones al optimismo en un lustro. “Celebramos los quince años del sello en 2008 y fue muy depresivo. Aunque 80 personas habían adquirido entrada por anticipado, al concierto solo acudieron 70. Y nadie compró en taquilla. Los súper rebosaban de gente llenando bolsas de comida para ver esa noche a Chikilicuatre en Eurovisión. Ahora veo las cosas mucho menos negras”. Al habla Jesús Llorente (Cádiz, 1972), dueño y motor de una de las etiquetas clave de la escena indiemadrileña: Acuarela. La casa que alumbró a Astrud, Sr. Chinarro o Migala, ligada a nombres de fuera como Xiu Xiu, Darren Hayman o esa pequeña sensación que han sido los Wave Pictures, cumple dos décadas de “eterna huida hacia delante”, según reconoce su propio factótum, decidido a “dejar de soterrar los errores y afrontarlos como gasolina para el futuro”.

Mientras tanto, Sr. Chinarro (Antonio Luque), encabeza esta noche en el Teatro Reina Victoria el cartel principal de los festejos programados para celebrar estos 20 años de pasión, revelaciones y zozobras. Lo completan Julie Doiron y Bored Spies, prueba del prestigio internacional del sello. “Hemos hecho poco hincapié en eso, a diferencia de otros que con mucho menos se han hartado de dar bombo a lo suyo”, admite Llorente.

El cerebro de Acuarela insiste en la espiral de fallos y contratiempos sufridos por el sello, como no prever el éxito de la Selección española en la Eurocopa de fútbol, también en aquel 2008. Su cabalgada al triunfo garantizó el fracaso de la única edición veraniega (en Puerto Real, Cádiz) del festival Tanned Tin, veterano cónclave invernal organizado por Acuarela con la mira puesta en exquisiteces novísimas o expertas. Y en diciembre de 2010, el abismo: “Estuve a punto de cerrar todo por el pozo sin fondo en el que se había convertido el Tanned Tin: las instituciones públicas retrasaban los pagos y yo, en mi desastre contable, iba desviando el presupuesto del sello al festival”.

A la cita castellonense (“desde que pasó en 2006 de Santander a Castellón se convirtió en fuente de estrés para mí”) Llorente le da ahora “uno o dos años de vida”. Su vocación es otra: “Conforme he ido pagando deudas gracias a las numerosas giras españolas de los Wave Pictures, he vuelto a sentir la necesidad del sello, de contaminar a personas con la música que me gusta. Esa es mi vida”. Y en un fin de semana en Tenerife, volvemos a diciembre de 2010, el embrión de lo que provoca su presente euforia: “En un concierto de Triángulo de Amor Bizarro me topé con el cantante de A Veces Ciclón y se conocieron los miembros de El Faro: ellos son precisamente los nuevos artistas de Acuarela junto a Manu Ferrón, que había hecho canciones, entre otros, para Los Planetas y al que debía sacar del armario artístico”.

Los excesos de optimismo marcan el devenir de Acuarela. “Después te das cuenta de que aquel dinero con el que contabas para un proyecto no llega o, si lo hace, debe destinarse a pagos urgentes”. Un ejemplo: el último disco del dúo asturiano Elle Belga no ha salido como se había acordado en formato físico, solo en digital (“que apenas supone inversión”). Llorente renueva su roster pero no uno de sus hábitos: los contratos verbales. “Puede que en el fondo lo haga por mí, para asegurarme la puerta de escape siempre, pero viene a ser como las parejas de hecho: uno se va cuando quiere y del mismo modo puede regresar si sigue habiendo amor”. Más argumentos: “El grado de compromiso que desarrollé con grupos como Migala no lo podría superar ninguna firma. Era tanta nuestra amistad que cometí el error de editar sus notables discos en solitario, para los que Acuarela no tenía público”.

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El disquero gaditano, también copropietario de una editorial, colaborador en medios escritos y a veces letrista, predica ahora en su afán de catarsis a favor de la diversificación (“a algunos organizarles solo las giras, de otros solo publicar los vinilos…”) y de las relaciones más permeables con los músicos. Se trata de evitar los compartimentos estancos: “En el caso de Remate, ni él se atrevía a decirme lo que no le gustaba del sello ni yo a él lo que creía que debía cambiar en su música. Al final, me enteré por la prensa de que había fichado por otra discográfica, Mushroom Pillow”. La misma a la que asegura haber malvendido en un momento de crisis el catálogo completo de Sr. Chinarro. Con él (Antonio Luque) ha recuperado la relación en 2013 tras años de distanciamiento: “Le pedí que supliera la baja a última hora de Jota (Los Planetas, Grupo de Expertos Solynieve) en el Tanned Tin. Ya no había ni billetes ni hotel, así que compartimos viaje en furgoneta y luego mi habitación: una vuelta a la camaradería”, rememora.

Antonio Luque (Sr. Chinarro), Julie Doiron y Bored Spies actúan hoy a las 21.00 en el Teatro Reina Victoria para celebrar el vigésimo aniversario del sello musical Acuarela

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