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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Desobediencia

El vendaval asquerosamente antidemocrático se ha llevado por medio el antiguo modelo de banca ciudadana que representaban las cajas de ahorro

La cuestión de la desobediencia civil tiene dos citas importantes en la agenda de la semana. La primera es una aproximación teórica a la materia, que hará el profesor Javier de Lucas en la conferencia que pronuncia está tarde en la Real Sociedad Económica de Amigos del País Valencià (http://www.uv.es/rseapv ). La segunda es una acción concreta de desobediencia civil convocada en las redes sociales, para el próximo jueves, con el título de ¡Dale un toque a Bankia! (http://toqueabankia.net/). El tema de la conferencia de Javier de Lucas, Desobediencia civil y ciudadanía, es sin duda una oportunidad para que, de paso, los más jóvenes conozcan esta entidad doblemente centenaria y sus aportaciones a la sociedad valenciana.

No es casual que una institución, nacida a la luz de la Ilustración, como es la RSEAPV, se interese por el asunto de la desobediencia civil. Entre otras cosas porque su origen, además de por la búsqueda de la modernización económica, estuvo marcado por el anhelo de transformar a los súbditos en ciudadanos. Y si algo está empujando a amplios sectores de la sociedad actual a adoptar nuevas formas de desobediencia y resistencia civil es precisamente la deriva oligárquica que, de la mano del poder financiero, está retrotrayendo a la condición de súbditos a una ciudadanía que cada vez se siente menos representada, poniendo en crisis el actual modelo de democracia.

Como es bien sabido, en nuestro país esa deriva oligárquica, ese vendaval asquerosamente antidemocrático se ha llevado por medio, entre otros bienes y derechos, el antiguo modelo de banca ciudadana que representaban las cajas de ahorro y con ellas ha dilapidado su obra social y los ahorros de muchos impositores a través de las denominadas acciones preferentes, que otros prefieren llamar estafa. Y a poca memoria que hagamos, no puede olvidarse que, entre otros servicios al País, a la RSEAPV le cabe el horno de haber fundado en 1878 la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Valencia, que al fusionarse con la de Castellón en 1990, pasaría a ser Bancaja y luego sería absorbida en el agujero negro de Bankia.

Así las cosas, no deja de tener cierta lógica, y también una cierta justicia poética, que a la lección teórica, que impartirá Javier de Lucas, le suceda en un par de días el ejercicio práctico de desobediencia civil que, entorno a Bankia, han planteado un grupo de ciberactivistas. Un ejercicio práctico de desobediencia civil, planteado como absolutamente pacífico, que tiene, incluso, un punto de happening mediante el recurso a lo que los organizadores llaman “el cansinismo”. Es decir ponerse pesados, cansinos hasta la extenuación, para paralizar las oficinas preguntando por todos los productos que ofrecen, pidiendo explicaciones sobre la letra pequeña de los papeles que nos remiren a casa, o llevando a cambiar todas esas monedas de céntimo que inevitablemente se nos han ido acumulando.

Por lo demás, este ejercicio práctico de desobediencia civil coincide con la huelga convocada en el sector de la enseñanza, algo que debería llevara a reflexionar a los sindicatos sobre la necesidad de implementar nuevas formas de lucha que hagan efectivo el derecho de resistencia, un derecho fieramente humano.

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