Un conserje de instituto acepta 10 años y medio de prisión por abusar de alumnos
El acusado se ganó la confianza de los chicos aprovechando el tiempo que pasaban en su casa
El conserje de un instituto de Sevilla ha aceptado diez años y medio de cárcel por abusar de siete alumnos de entre 11 y 12 años, a los que sometía a tocamientos, ponía películas pornográficas y se bañaba con ellos desnudos en la piscina. El juicio contra el acusado, Manuel M.C., iba a celebrarse este lunes en la Sección Primera de la Audiencia de Sevilla pero la fiscalía rebajó su anterior petición de 25 años de cárcel a diez años y medio, que fueron aceptados por el acusado.
Manuel M.C., que cumple prisión preventiva por estos hechos, trabajó durante once años como conserje del instituto, por lo que disponía de vivienda propia en el centro. Los abusos, según la fiscalía, se produjeron entre 2008 y julio de 2012, cuando uno de los menores puso los hechos en conocimiento de la dirección del centro. Según los actos reconocidos, el procesado se ganó la confianza de los alumnos aprovechando el tiempo que pasaban en su casa para cambiarse de ropa, bañarse en su piscina, ver la televisión o jugar con su videoconsola.
Además de regalos, el procesado invitaba a los chicos a excursiones
El imputado, con la intención de satisfacer sus deseos libidinosos, hizo tocamientos en las piernas a los niños, justificándolos como si fueran bromas o muestras de cariño. Las prácticas fueron subiendo de tono hasta que el conserje llegó a poner películas pornográficas a alguno de los niños, a masturbarles y a conseguir que se bañaran desnudos en la piscina con él.
En el caso de dos de los menores, de 12 años, el acusado les realizó masturbaciones a cambio de móviles, bicicletas y botas de fútbol, y a otros cinco les regaló excursiones a la playa, visitas al parque temático Isla Mágica, una tableta electrónica y un móvil.
Manuel M.C. ha sido condenado por delitos continuados de corrupción de menores, abuso sexual, tenencia de pornografía, provocación sexual y exhibicionismo. La condena incluye la prohibición de llevar a cabo cualquier actividad retribuida o gratuita en centros educativos, lúdico-deportivos o cualquier otro donde se impartan clases u otro servicio a menores de edad.
El acusado ha aceptado también indemnizar a los menores y, una vez cumplida la pena, no aproximarse a menos de 300 metros y comunicarse por cualquier medio con las víctimas.
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