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La Real Academia Galega elige presidente hoy en una reñida pugna

La elección entre Manuel González y Xesús Alonso Montero está en manos de una docena de miembros de la institución

La elección del sustituto de Xosé Luis Méndez Ferrín al frente de la Real Academia Galega va a ser hoy muy reñida. Y en vista de una votación tan ajustada entre los 28 académicos con derecho a voto, han alzado en las últimas horas el tono de sus críticas los dos candidatos, Manuel González (Mazaricos, 1951) y Xesús Alonso Montero (Vigo, 1928). Descontados los firmantes de apoyo a cada una de las listas y los aspirantes a figurar en sus respectivos equipos, la decisión queda en manos de una docena de miembros. Es la primera vez que se enfrentan dos candidaturas para dirigir la centenaria academia.

Cualquier posibilidad de consenso está hecha añicos y será difícil, para quien resulte elegido, recuperar un clima de concordia que todos consideran una prioridad restablecer tras la polémica que llevó a Ferrín a dimitir un año antes de finalizar su mandato. Tanto González como Alonso prometen independencia con respecto a los poderes públicos o mantener el recurso ante el Tribunal Supremo contra el decreto del gallego de la Xunta. Formalmente, existen pocas diferencias entre sus propuestas, pero se acusan mutuamente de falta de transparencia.

González, tesorero con Ferrín y con una candidatura continuista, niega irregularidades en la gestión económica. “Sólo faltó transparencia informativa y comunicación”, asegura, aunque admite necesario cambiar la contratación de personal, tras las acusaciones de nepotismo que llevaron al anterior presidente a dimitir.

Pero González, que lleva en su equipo a Francisco Fernández Rei, Xosé Luis Regueira, Xosé Luis Axeitos y Darío Xohan Cabana, tacha de “grave y preocupante” la falta de programa de su rival, que afirme no poder acudir dos veces a la semana a la sede en A Coruña de la institución o que confiese no saber usar Internet ni haber enviado nunca un correo electrónico cuando las nuevas tecnologías son indispensables en el fomento de la lengua.

Alonso Montero, por su parte, dice que cualquier deficiencia en contratos es responsabilidad de la directiva anterior y considera que la falta de transparencia fue patente con Ferrín. Y se defiende, indignado, de las acusaciones de pretender reducir la independencia de la Academia para ser más proclive al poder autonómico. “Un pacto con la Xunta sería antinatura”, proclama. En su directiva estarían Víctor Freixanes y Ramón Villares.

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