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Turbias vísperas para el congreso del PP

La bronca en el gobierno municipal de Santiago y los casos de Baltar y Bárcenas ensombrecen lo que se presumía un cónclave triunfal para Feijóo

Xosé Hermida

Se presumía como el típico congreso de aclamación, una oportunidad más para presentar un partido entregado a su líder, el gran triunfador electoral del pasado octubre, y para difundir el mensaje de un regreso del PP al “galleguismo de Manuel Fraga”. Con la única incógnita de saber si Alfonso Rueda continuará en la secretaría general del partido, tras ser nombrado vicepresidente de la Xunta, incluso se podría esperar un cónclave aburrido. Pero los acontecimientos de los últimos días han agitado las vísperas de la cita que comienza hoy en Lugo y que reunirá a 2.000 compromisarios del PP gallego. La crisis interna en el gobierno municipal de Santiago y la querella del fiscal contra José Luis Baltar han enturbiado las jornadas previas a este XIV congreso del partido, que ni siquiera podrá librarse de la sombra del caso Bárcenas ante la presencia en Lugo de la secretaria general de los populares, María Dolores de Cospedal.

 El nombramiento de Rueda como vicepresidente de la Xunta, el pasado diciembre, abrió las especulaciones sobre su posible abandono del cargo de número dos del partido, un gesto con el que Feijóo pretendería repartir juego, evitar una excesiva acumulación de cargos y cortar cualquier clase de lectura en clave sucesoria. Pero, fiel a su estilo, el presidente se ha recreado en el mutismo e incluso ha dado a entender que mantendrá a todos en la incertidumbre hasta última hora. Muy pocos están en el secreto de las deliberaciones presidenciales, y aun así en los últimos días en el partido se ha extendido la sensación de que Rueda continuará en la secretaría general, entre otras cosas porque no se ha visualizado otra opción clara. Tres de los cuatro presidentes provinciales han expresado esta semana un apoyo cerrado a Rueda. Solo el de A Coruña, Carlos Negreira —el más próximo a Feijóo— se mostró más tibio en su respaldo y deslizó que hay otras posibles opciones. Rueda se declaró ayer “a disposición” del presidente para continuar en el cargo, aunque confesó que también ha tratado con Feijóo de posibles alternativas porque “el banquillo es amplio”.

Si sigue inamovible el secretario general, lo volvería a acompañar un número tres con funciones de portavoz, cargo que ya desempeñó desde el anterior congreso el locuaz Antonio Rodríguez Miranda —quemado en su empeño por denunciar escándalos reales o ficticios— y que en esta ocasión parece destinado a una mujer. Las diputadas Marta Rodríguez Arias y Paula Prado son las mejor situadas, según fuentes populares.

Prado, en todo caso, ha estado inmiscuida en los últimos días en el principal agujero con que llega el PP gallego a su congreso, la crisis en el Ayuntamiento de Santiago. La diputada, también concejala en la capital gallega, quedó frustrada por no sustituir como alcalde a Gerardo Conde Roa cuando este tuvo que dimitir tras destaparse que cometió un delito fiscal al no declarar 291.000 euros. Desde entonces, Prado y un grupo de concejales han mantenido tensas relaciones con el nuevo alcalde, Ángel Currás, que han derivado en guerra abierta después de que este y una concejala del sector contrario a él fuesen citados a declarar como imputados en el caso Pokémon. La cúpula del partido ya no desmiente la fractura del gobierno compostelano, donde las dos partes se tiran a la cabeza las relaciones con la empresa Vendex, eje de la trama Pokémon. Rueda les dio ayer un aviso público. Admitió que había hablado con Currás para exigirle “unidad” al gobierno local. El secretario general mantiene mejores relaciones con Prado, pero Currás cuenta, de momento, con el apoyo tanto de Feijóo como de Carlos Negreira, que quieren evitar como sea el bochorno de un segundo relevo en la alcaldía de Santiago en menos de un año. A salvo de nuevas revelaciones sobre el caso, el presidente confía en la versión de los hechos que le ha transmitido Currás, quien se declara inocente.

El otro caso judicial que ha copado los medios de comunicación en los últimos días, los enchufes masivos de Baltar, también planeará sobre el congreso. Y vaticina un interés especial al discurso que pronunciará mañana, en la clausura, el hijo del barón y actual presidente del partido en Ourense, José Manuel Baltar, quien en pocas semanas afronta su propio cónclave provincial. La tercera sombra inquietante será la del extesorero del PP nacional Luis Bárcenas. Cospedal, que representará en el congreso a la dirección nacional del partido, no podrá evitar que el asunto se le cuele en lo que estaba previsto como un acto de exaltación a Feijóo. Mariano Rajoy, recluido en su silencio de La Moncloa, ya anunció días atrás que no vendría.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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