_
_
_
_
_
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Simpatía

Andrea Motis y Joan Chamorro, sobre todo Motis, han llegado al final de un camino: el de la simpatía por la simpatía

Andrea Motis y Joan Chamorro durante su actuación el pasado viernes en el Festival de Jazz de Barcelona.
Andrea Motis y Joan Chamorro durante su actuación el pasado viernes en el Festival de Jazz de Barcelona.CARLOS PERICÁS

La noche no pudo comenzar peor. Un descalabro informático en el sistema de Ticketmaster se tradujo en que una mayoría no supiera dónde sentarse y eso a Palau de la Música lleno y entradas numeradas provocó un desconcierto total que desembocó en buena parte del público cabreado y 45 minutos de retraso en el inicio.

A pesar de ello, la salida a escena del ya popular combo de Andrea Motis y Joan Chamorro fue saludada con una ovación repleta de simpatía. Y así seguiría a lo largo de toda la velada: un concierto simpático ofrecido por un grupo simpático a un público entusiasta sin duda atraído más por esa simpatía que por la música en sí misma.

Festival de Jazz

Es difícil de creer que toda esa gente de distintas edades y procedencias que abarrotaba el Palau hasta el órgano fueran verdaderos jazzfans. Y es difícil de creer porque eso no sucede con la mayoría de conciertos de jazz que se ofrecen en Barcelona, ni siquiera con nombres mundialmente consagrados. Pero Motis y Chamorro juegan en otra liga que no es la del jazz ni la de los grandes conciertos, la suya es la liga de la simpatía, del caer bien y provocar una cierta ternura.

Cuando comenzaron su andadura resultaba entrañable ver a una inocente cría de quince años imitando a Billie Holiday con desparpajo y mostrando su ya buen hacer con la trompeta. Y a su lado, protector, el profesor que todo estudiante de música hubiera querido tener. Han pasado un par de años y la Motis es una ya jovencita alejada, lógicamente, de aquella candidez infantil, pero pocas cosas más han cambiado. Sus interpretaciones son siempre imitativas, sobrias e impecables pero excesivamente distantes. Y esa distancia, frialdad por momentos, las aleja de su modelo: Billie Holiday se consumía en su propio calor. Curiosamente, a su lado Chamorro es un magnífico Lester Young envolviendo la voz con su saxo tenor y mostrando sus buenas dotes solistas cuando el momento lo exige. Un blues a trío saxo-piano-batería fue realmente espléndido.

Mención aparte mereció la presencia de un grande como Ignasi Terraza en el piano. Un swing implacable y una elegancia total impregnaron todas y cada una de sus intervenciones elevando en mucho grados la temperatura de la oferta.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Andrea Motis y Joan Chamorro, sobre todo Motis, han llegado al final de un camino: el de la simpatía por la simpatía. Ahora sería necesario que emprendieran el camino de la música, del jazz, y ver hasta dónde son capaces de llegar. El futuro es suyo pero tienen que hacer ese camino y, probablemente, perder seguidores para ganar en profundidad.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_