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Un canal de 22.000 metros cúbicos para rescatar los barcos de El Saler

El plan de reflotamiento prevé dragar 150 metros de longitud, 30 de ancho y cinco de profundidad La Dirección General de Medio Natural reconoce que hay flora y fauna afectadas por el rescate

El mordisco que los trabajos de rescate para reflotar el carguero Celia han producido en la playa de El Saler.
El mordisco que los trabajos de rescate para reflotar el carguero Celia han producido en la playa de El Saler.JORDI VICENT

Los infructuosos trabajos desarrollados hasta la fecha para reflotar uno de los dos cargueros varados en la playa de El Saler desde que hace 14 días un temporal azotó las costas valencianas han forzado al armador del Celia a un cambio de estrategia. Una draga excavará un canal de 150 metros de largo por 30 de ancho y 5,5 de profundidad para intentar mover el buque sin carga, pero con 60 toneladas de gas. El túnel desplazará más de 22.000 metros cúbicos de arena. Ayer, el primer día de trabajo, un socavón movió 3.000 metros cúbicos de arena del parque natural de l’Albufera.

La draga Los Olivillos llegó a Valencia el lunes procedente de Almería para excavar el canal de las dimensiones citadas necesario para poder sacar el Celia a flote, según explicó Salvamento Marítimo.

El resto de la faena correrá a cargo de la empresa holandesa Svitzer, contratada por el armador del Celia, que también se ocupará del reflotamiento del BSLE Sunrise, el otro buque varado desde el mismo día, debido a que los jefes de máquinas de ambos buques estaban en tierra cuando se desató el temporal. Su ausencia impidió poner en marcha los motores.

Una vez abierto el canal para llegar al Celia, el plan de reflotamiento prevé la descarga del barco, lo que los técnicos llaman deslastre, para mover posteriormente las cargas e intentar remolcar las embarcaciones.

La zona donde encallaron los barcos es un espacio protegido: la dehesa de El Saler se extiende entre el lago de L'Albufera y el cordón de dunas

Salvamento Marítimo apunta que una segunda draga procedente de Sagunto debía trabajar en torno al BSLE Sunrise, cargado con 130 toneladas de acero y 120 de gas, pero no ha llegado a su destino por un fallo en el motor.

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En opinión de Josep Ramón Medina, director del Laboratorio de Puertos y Costas de la Universidad Politécnica de Valencia —órgano que hace el seguimiento de impacto de la ampliación del puerto de Valencia sobre el litoral sur—, “no es previsible que se produzcan efectos significativos en la costa de El Saler porque la playa debe recuperase de forma natural en menos de un mes”.

Se presupone que los 22.000 metros cúbicos de arena dragada “se depositará a muy poca distancia del buque en la propia playa (seca o sumergida)”. Medina explica que “los movimientos naturales de la arena (unos 300.000 metros cúbicos al año de transporte bruto, sobre todo, en otoño) tenderán a regularizar todo en semanas”.

El riesgo de no actuar ahora es creciente, ya que el buque está en zona de rompientes y octubre y noviembre son meses de temporales

Respecto al riesgo medioambiental por la posible fuga de combustible durante los trabajos de reflotación, Medina cree que “la carga no parece muy contaminante”. Pero considera que “estas operaciones siempre tienen un riesgo apreciable, porque los buques no suelen estar diseñados para tirar de ellos en esas condiciones. Por tanto, está el riesgo de que el tiro de los remolcadores pueda ser de cientos de toneladas con cables muy largos, que si se rompen accidentalmente pueden resultar muy peligrosos para las personas que no estén lejos de los cables”.

“En resumen”, sostiene este experto, “un cierto peligro sí existe. Pero la opción de no actuar tiene también un riesgo apreciable y creciente, porque el buque está en zona de rompientes y los temporales fuertes en Valencia suelen venir en octubre y noviembre”.

La zona donde están encallados los barcos es un espacio protegido. La dehesa de El Saler se extiende entre el lago de l’Albufera y el cordón de dunas en la playa frente a la que permanecen varados los buques. Es tal el número de curiosos que se acerca a ver los mercantes, hacerse fotos e incluso bañarse junto a ellas, que la zona ha sido acotada.

La flora y fauna del parque natural de l’Albufera padece ya las primeras consecuencias negativas, desde que el pasado 28 de septiembre encallaran dos buques de carga en la playa de El Saler. “Tenemos conocimiento de que hay algunas especies que se han visto afectadas. Lo que estamos valorando es cuál es el nivel de afectación. Y con ese nivel tomaremos las medidas correctoras o pediremos las responsabilidades que haya que pedir”, reconoció este miércoles a este diario el director general de Medio Natural de la Consejería de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente, Alfredo González.

El traspiés de Bonig

La Consejería de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente es la responsable de la protección de la flora y fauna de los parques naturales de la Comunidad Valenciana. Pero, este miércoles, durante la presentación de un catálogo de parques naturales editado por la Universitat de València, la consejera Isabel Bonig tuvo un traspiés. Preguntada sobre el impacto medioambiental de las tareas de reflotación de los buques varados en la playa de El Saler, afirmó de forma natural: “Nosotros de momento no estamos haciendo nada”.

Afirmación que el director general, Alfredo González, pilló al vuelo para precisar: “Tenemos un grupo de agentes medioambientales que visitan la zona con carácter diario y nos remiten sus informes para hacer una valoración sobre si hay fauna y flora afectada o no. Nuestro trabajo es desde el agua hacia la tierra, en la parte interna de aguas la competencia es de Salvamento Marítimo y Costas. Nosotros nos preocupamos de lo que es la flora y fauna y de la playa”. Dicho esto, confirmó que el coste ecológico en algunas especies ya es visible.

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